Tengo su sello

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Eres un pecado y yo me declaro tu pecador personal.
By Kelly Ami Gómez.

Termine de meter lo que me faltaba en la maleta cuando la voz de Julián irrumpió en la habitación.

- terminaste pequeño?- pregunto y asentí con la cabeza.

El tomó mi maleta y la saco de la habitación. Hoy regresabamos a Miami de la luna de miel, extrañaría Trieste ya que era un lugar expectacular. Cerré la habitación y recorrí los pasillos hasta llegar a las escaleras, las baje y Julián me esperaba en la entrada.

-Vamos Ian y Alisson ya nos están esperando en el aeropuerto- dijo y salió de casa.

Ingresamos en el vehículo y Julián puso marcha hacia el aeropuerto. En el camino observé el paisaje y las hermosas olas chocando contra el acantilado, el hermoso cielo azul y el delicioso aroma que dejaba la naturaleza a su paso.

Llegamos y nos desmontamos, Julián tomó las dos maletas y nos aproximamos a donde se encontraban Ian y Alisson. Juntos nos dirigimos al chequeo de las maletas y nos adentramos a la sala de espera para abordar el avión.

- gracias por invitarnos a pasar un tiempo con ustedes lejos de Trieste- dijo Alisson abrazada a mi.

- sí gracias, tengo muchos años que no viajó a Miami- dijo Ian sonriendo.

- para nosotros es todo un placer- dije sonriendoles.

Entramos al avión y nos sentamos en nuestros respectivos asientos, apoye mi cabeza en el hombro de Julián y cerré mis ojos.

...

Salíamos del aeropuerto. Yo había pasado el viaje completo dormido y estaba un poco bobo del sueño que aún poseía. Valerio nos esperaba fuera.

- como les fue- dijo dándonos un abrazo.

- excelente, mira a quien trajimos de regreso- dijo Julián señalando atrás de él en donde se encontraban Ian y Alisson.

- chicos tenía mucho que no los veía- dijo y los saludo.

Valerio nos guió a donde había estacionada una Tahoe, esta tenía el espacio suficiente para todos nosotros. Ingresamos y minutos después llegamos al edificio de Julián. Valerio se estacionó en el parqueo subterráneo y subimos por el elevador hasta el piso perteneciente a él.

- Mat puedes enseñarles las habitaciones a Ian y Alisson- pregunto Julián y yo asentí, los guíe por el pasillo y le dispuse una habitación a cada uno y yo ingrese a la de Julián.

Narra Julián.

-Gracias por irnos a buscar Val- le dije a Valerio.

- siempre, no te preocupes.

- que a pasado con lo de mis hermanos?- pregunté ansioso por saber si ellos fueron los culpables o no.

- Lucifer se esta encargando de ellos, tenías razón fueron los culpables del accidente que tuvieron.

- sabía que habían sido ellos- dije apretando mis puños- que le está haciendo papá.

- se puede decir que desde que ustedes se fueron a Trieste ellos fueron apresados y a hora están sufriendo el castigo mayor.

- se lo merecen- dije sentándome en el sofa.

El castigo mayor se caracterizaba por tortura continúa durante varios meses, al ser inmortales y no poder morir pero si sentir dolor extremo, el castigo era una serie de penitencias tortuosas y dolorosas en extremo. Latigazos, golpes, encierros y hasta violaciones sin parar durante mínimo tres meses. El dolor que se siente era inigualable y solo los verdaderos errores o pecados eran pagados de esa forma.

-sí- afirmó Valerio.

- chicos díganme que por aquí hay preciosidades que puedo degustar- dijo Ian entrando a la sala y rompiendo así la tensión del momento. No dude en reír por esas palabras.

- Qué si hay? dios aquí hay de todo un poco- dijo Valerio y haciendo señas con las manos como si degustara un platillo- Julián tiene él suyo, yo tengo él mío, solo falta buscar uno para tí.

- ¡como que tienes el tuyo!, si sólo me fui una semana fuera de Miami- dije sorprendido.

- puede que haya hecho un par de cositas con el pelirrojo - dijo con una sonrisa socarrona y encogiéndose de brazos.

- estoy perdido, de que pelirrojo hablan?- pregunto Ian.

- de uno de los amigos de Mat, pero no sabia que estabas en contacto con él.

- sí, desde el incidente de Mat hemos conversado, salido y besado unas cuantas veces - dijo riendo.

- pero que pícaro nos saliste Val, pensé que él único que le gustaba salir con mortales y niños era Julián - dijo apoyado en una pared.

- ¡nunca pensé que me gustaría un humano y menos un chico de diecisiete años que va aún al colegio!- exclamó él - pero entonces conocí a ese bombón de cabello rojo y puf aquí estoy colado por él. Enserio sólo tienes que conocer a los amigos de Mati y ya estarás completamente loco por esos niños- dijo y yo asentí con la cabeza. Todos tenían una belleza y una peculiaridad significativa.

- apoyo lo que dice Val, son extremadamente atractivos- dije.

- quienes son extremadamente atractivos?- pregunto la voz de mi pequeño atrás de nosotros.

- tus amigos Mati. Es eso cierto? - pregunto Ian cuando Mat se hubo posicionado a mi lado, lo tome por las caderas y lo hize sentarse arriba de mi.

- sí, son muy atractivos los chicos como las chicas - dijo y posicionó su cabeza en mi pecho - oye Valerio como van las cosas con Josh, acaso ya lo hiciste cambiar de orientación sexual.

- claro Mati, por quien me estas tomando - exclamó Val haciendo una cara de ofendido.

- tan rápido? - pregunto Mat y pude ver como su rostro adoptaba una expresión sorprendida.

- claro, ese pelirrojo es una preciosidad no lo dejaría ir- dijo y sonrió.

- a quien de tus amigos me presentaras Mati?- pregunto Ian. Mat se callo un momento mientras pensaba.

- presentale a Verónica- dijo Val- seguramente le encantaría. Esa morena tiene su encanto- dijo él.

-ya activaste mi curiosidad cuando me la enseñarás?- pregunto.

- mañana ve junto a Julián a buscarme al colegio hay te la mostraré- dijo él e Ian asintió.

-obvio yo también iré a ver a mi pelirrojo, deseo verlo con esos ajustados pantalones que usa para ir a clases, me dan ganas de follarlo- dijo Val haciendo expresiones pícaras y todos comenzamos a reír.

- bueno chicos son las cinco de la tarde y Mat tiene clases temprano, así que si nos disculpan iremos al cuarto a Follar- dije y me levante con Mat aún arriba de mi todo rojo de la vergüenza.

- oh pero si te has calentado con lo que a dicho Val- dijo Ian riendo.

- y no sabes cuanta razón tienes- dije antes de cerrar la puerta de la habitación, dispuesto a pasar un exquisito momento con mi Mat.