Tengo su sello

27

El amor se volvió inmortal en mi vida, cuando tu ingresaste en ella.
                            By Kelly Ami Gómez

Me desperté con un dolor en el cuerpo y cuando mis ojos se adaptaron a la oscuridad de la habitación, pude darme cuenta que aún estaba en la habitación del hospital. Trate de acariciarme la cara con mi mano derecha pero algo la tenia atrapada, gire mi vista y vi a Julián recostado en mi mano con nuestros dedos unidos e inconcientemente sonreí.

-ya estas despierto- dijo con su voz más grave y abriendo sus imponentes y oscuros ojos que por más que los observarás no podías extraer más secreto del que él quería demostrar.

-sí- dije y él giro su rostro y me observó por unos minutos- que pasa? Por que me miras así?- pregunté.

-hoy amaneciste más hermoso que de costumbre- dijo y provocó un sonrojó inmediato en mi.

-deja de decir estupideces seguramente estoy hecho un asco por el accidente- dije y vi como su rostro adoptaba una expresión sería.

-cuantas veces tendré que decirte que eres la más hermosa creación del mundo- dijo y pensé que mi rostro explotaría.

-Cállate- dije y tape mi rostro, escuché su hermosa risa cerca de mi oído causandome un escalofrío- Julián cuanto tiempo estaré aquí- pregunté inclinando mi cabeza a un lado y apoyándola en su hombro, dándome una mejor vista de su perfil.

-bueno según el doctor si permaneces estable mañana podremos irnos.

-pero si tengo cuatro días aquí- dije fastidiado hoy estábamos a cuatro de noviembre.

-sí cariño pero el accidente que tuviste fue grave- dijo dejando un pequeño beso en mis labios haciéndome desear más. Inmediatamente pensé en nuestra luna de miel y que la hemos estado fastidiando por yo estar aquí. En su rostro se formó una sonrisa y dijo.

-así que estas triste por no tener una luna de miel, no te preocupes pequeño no necesitó de eso para hacerte disfrutar de placer. Como quiera aún tenemos una semana- mi boca se abrió en grande, él me había escuchado?- sí ya mi mente se recuperó.

-yo.yo- trataba de decir pero sus labios detuvieron mi nerviosismo.

Estos se movían tal cual experto en este arte de pasión, sus dedos acariciando mi cabello eran como un afrodisíaco y sentir su respiración encima de mis labios era simplemente un delirio.

Lo quería, quería sentirlo sobre mi, en mi y sin duda dentro de mi. Lo necesitaba con urgencia, lo necesitaba con pasión y desespero.

Sentí sus dedos adentrarse por la única y obsoleta tela que cubría mi herido cuerpo y no me importó que me viese en estas decrépitas condiciones con tal de sentirlo piel contra piel.

Sus movimientos se detuvieron y él se alejo de mí, dejando un diminuto hilo de saliva colgar de mi labio inferior. Vi como se aproximó a la puerta y cerró esta con seguro.

Sus ojos se dirigieron a los míos y sus manos a su ropa desprendiéndose desesperado de ellas. Moría por sentirlo y moría por verlo completamente como vino al mundo.

Cuando no quedo ningún impedimento para observar su perfecta piel lechosa, deje salir un suspiro lleno de excitación de mis labios. Su perfección me cegaba hasta el alma.

Sus pasos eran lentos y decididos y se acercaba sin impedimento a mi cama, dándome una mejor vista de toda su perfecta y esculpida anatomía. Benditos sean los dioses por darme la oportunidad de ver dicho espécimen. Cuando esté se encontraba frente a mi deslizó sus pecaminosos dedos desde mi rostro hasta mi cuello quitando así el nudo que se encontraba hay y desprendiéndome de lo único que cubría mi excitado ser.

Sus labios volvieron a apoderarse de los míos con un ímpetu admirable y sentí sus suspiros atravesar mi ser. Sus manos recorrieron mi cuerpo y mis dedos su trabajada espalda. Él era tan sobrecogedor y tan dominante en el sexo que me hacía querer ser su simple y deseoso sumiso.

Sentí sus dedos atravesar la capa de piel entre mis nalgas y mi ano y uno de sus largos dedos adentrarse en mi, aferre mi mano a sus hombros y solté un largo e insoportable jadeo lleno de placer. Su dedo entró y salió de mi a su digna conveniencia y yo no oponía resistencia a las magníficas sensaciones producidas.

Me centre en sentir todo el deseo que mi cuerpo podía aguantar y los labios de Julián detenían los insesantes e inescuchables gemidos provocados por sus mágicos y expertos dedos en mi bombeante y excitado ano.

Sus dedos fueron remplazados por su largo y grueso miembro ocasionando que un grito lleno de pasión y dolor salieran de mis entumecidos labios.

Sus manos fueron apoyadas a cada lado de mi rostro y sus movimientos dentro de mi comenzaron lentos y decididos y fueron volviéndose apasionados y acelerados, enterré mis dedos en su piel y bese sus labios tratando de callar todo lo que moría por gritar a los cuatro vientos.

Julián aumento sus movimientos provocandome un inexplicable deseo y dándome a entender cuán deseoso y feliz se encontraba por estar en mi interior.

No podía explicar por qué todo el hospital no se había enterado de que me encontraba dando toda una escena digna de un video porno en esta habitación. Los movimientos de la camilla contra la pared retumbaban por toda la habitación y podía jurar que por todo el piso también.

Cuando comencé a sentir los indicios de mi esperado orgasmo, Julián detuvo bruscamente sus movimientos y observó por la ventana, eran aproximadamente las nueve de la noche y no entendía por que el paraba las magníficas sensaciones que me había provocado.

Quito una de las manos que se encontraban al lado de mi rostro y dijo.

-quiero que confíes en mi, por favor- dijo y yo asentí confundido y muriendo por volver a sentir sus movimientos dentro de mi.

Él acercó uno de sus dedos a mi rostro y una de sus uñas creció considerablemente, ocasionando que me asustará. Él cambio de posición, colocandonos sentados a ambos con él aún dentro de mí. Su uña se dirigió a su muñeca derecha e hizo una pequeña incisión, tomó mi muñeca e hizo lo mismo mi rostro formó una mueca de dolor, y la incisión había ocasionado que un hilo de sangre comenzará a escurrirse por ambas brazos.

-cuando yo te diga quiero que lamas mi herida, por favor, luego te explicaré- me dijo y asentí aún con miedo en mi interior, que fue remplazado por el placer que ocasionaba que volviese a moverse en mi interior. Cuando las sensaciones de mi próximo orgasmo acecharon mi cuerpo él dijo- ahora - y así lo hize tome su mano y la lleve a mis labios bebiendo así de su dulce sangre y él igual de la mía. Dicho acto hizo que mi cuerpo explotará de placer llevándome tan al cielo que tuve el mejor orgasmo de mi vida. Sentí como todo el dolor era eliminado de mi cuerpo y como si hubiera sido rejuvenecido.

Cuando el orgasmo dejo de invadir mi cuerpo este cayó inerte hacia atrás rebotando en la camilla, dejándome ver a un Julián satisfecho y con un pequeño toque de sangre en sus labios.

-Bienvenido a la inmortalidad pequeño- dijo y entendí que fue todo esto.

Acabo de ser parte de un ritual?...