Tengo su sello

8

Amores el es mi amado Mathew Green, a que es hermoso. Mi futuro esposo Dylan Sprayberry.

-bañoooo?-pregunté asustado.

-claro, no crees que te acostarás sin bañar.

-no te preocupes no huelo mal- dije riendo nervioso.

-lo se, hueles exquisito- y mi cara volvió a estar como el día de San Valentin en las calles, completamente rojo.

-por favor Julián- le pedí.

Vi como el Suspiraba y se sentaba a mi lado en la cama, tomó con sus manos mi rostro y acarició mis mejillas.

-prometo no hacerte nada, solo bañarte, como te dije no tendremos sexo hasta que nos casemos, confía en mi soy tu futuro esposo- y no puedo creer que sus palabras estaban teniendo efecto en mi y de verdad estaba pensando dejarme duchar por él - confías en mi?.

-por más que me cueste creerlo sí, confío en ti- dije sonrojado y el sonrio, pero no de esas sonrisas egocéntricas que siempre cargaba esta era dulce y sincera.

Deje que me cargará al baño y me pusiera en el lavamanos de nuevo, mientras me ayudaba a desprenderme del pantalón y yo me quitaba el polo. Cuando estuve sólo en boxers me sonroje cuando sentí sus dedos en el elástico de el.

-para que te sientas más cómodo llenaré la bañera de burbujas y así no tendré vista a tu hermoso pene que dices- y aunque sus palabras al principio me gustaron el tuvo que arruinarlo pero acepte su idea y él se giró dejándome aún en bóxer mientras el llenaba la tina.

Cuando término se giro y se acercó a mí. Se deshizo de mis boxs y me dejo cubrir con mis manos mientras el me depositaba en la bañera con los pies fuera del agua por el vendaje.

Tomó una esponja y comenzó a acariciar mi piel con ella suavemente y sin dobles sentidos que pensaba que tendría, en ningún momento intento acariciar donde no debía y cuando era el turno de mis partes íntimas dejo que yo lo hiciera.

Cuando termino de ducharme, me seco con una toalla y me cargo hasta el cuarto, busco unos boxers que poner y en ese momento me quede viendo su rostro y pensé la muerte no era tan mala después de todo.

Vi como el se quitaba el t.shirt y los pantalones jeans, quedándose en boxers acostado a mi lado, me cubrió con la sábanas e hizo que recostara mi cabeza en su pecho.

Los latidos de su corazón eran una hermosa melodía que me hizo dormir la noche entera. Al momento de despertar me encontraba sólo en la cama y pensé que él se había ido.

Pero a los segundos lo vi entrar con una bandeja con el desayuno e inmediatamente me sonroje era la típica escena de película y me gustaba.

-espero que hayas dormido bien anoche- dijo colocando la bandeja en mi pierna y dándome un beso en los labios.

-sí dormí bien gracias- dije sonriendole sinceramente desde que lo conozco, este Julián si me gustaba.

-bueno según me han dicho te encantan los pancakes con Nutella y fruta, también una tasa de café con leche.

- sí me encanta- dije sonriendole y tomando un bocado de el pancake, estaba delicioso y sin darme cuenta había soltado un gemido vergonzoso.

-veo que te gusta- dijo sonriendo y yo asentí avergonzado, el limpio la comisura de mi labio y llevo un rastro de nutella que había quedado a su boca- hasta el desayuno en ti sabe mejor- dijo sonriendo con picardia y casi me atragantó.

Durante el desayuno decía una que otra bobada haciendo que mi tonto rostro pareciera un arcoíris.

Al momento de tomar mi ducha mañanera lo pude convencer de que me dejara duchar solo, no creo soportar verlo así de dulce como anoche.

Me encuentro acostado en mi cama viendo el techo y sintiéndome completamente aburrido.

Julián aproximadamente hace hora y media salió a no se donde para no se que y como soy un "minusvalido" entre comillas no pude ir a clases, ni puedo caminar por mi propio pié, que idiota suena esa frase.

Suspire ruidosamente y tome de la mesita de al lado el contrato que mis padres firmaron y que hizo que tuviera está marca y lo comencé a leer.

......
Nosotros Dominic Green y Mariane Moore aceptamos el convenio establecido con Lucifer en el cual acordamos dar a nuestro hijo primogénito en el momento que cumpla dieciséis años para que establezca una unión sentimental con uno de sus hijos en este caso Julián Ulysseus Valente a cambio de riquezas hasta el momento de nuestra muerte.

Prometemos que no habrá inconvenientes y que nuestro hijo o hija aceptará libre o impuesto la unión establecida con dicha persona.

Juramos no intervenir en la ruptura de ese matrimonio ni aunque nuestro descendiente así nos lo pidiera y que al momento de la unión ayudaremos a realizarla aceptando primeramente una cena en la cual se dará a conocer dicho compromiso y luego una unión legal entre nuestros hijos.

Familiares, amigos, conocidos de las dos partes serán alojadas en un establecimiento para el momento de la fiesta y luego de que dicho suceso ocurra dejaremos que nuestro hijo o hija se valla a vivir con su pareja a donde este le parezca conveniente.

......

No pude seguir leyendo y lo deje a un lado, era doloroso saber que no podría ver a mis amigos, a mis hermanas y a todos aquellos que fueron importantes en mi vida por una decisión errónea.

Faltaban tres semanas o menos para la boda y saben lo más gracioso es que sería el día treinta y uno de octubre el día de los muertos.

El sentido de humor de estas personas eran de mal gusto, pero yo no podía opinar en nada de lo que ellos decidían. Yo solo era un títere que manejarián hasta el día de mi boda.

En un par de horas según me había avisado mamá, me llevarían a probarme un traje para mi boda y a que fuera a ver donde sería realizada la fiesta, aunque me negará una y otra vez ellos no desistian de esa estúpida idea.

Una hora después entró Julián por mi y me cargo hasta la planta baja para irnos a la cita con él modista.