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-te ayudare- dijo Josh del otro lado de la línea- arregla tu maleta y ven a mi casa- dijo.

-de verdad esto es lo correcto Josh?- pregunté aún con duda de irme.

- esto es lo correcto Mat y se que en el fondo lo sabes- no, lo que definitivamente se, es que amo a Julián y temo que este haciendo lo incorrecto- deja de pensar Mat, arregla tu maleta y ven, todo se resolverá- dijo.

- esta bien- dije antes de colgar.

Deje el celular arriba de la cama y comencé a sacar mi ropa del closet hasta que sentí una presencia detrás de mi. Me giré y Julián se encontraba detrás de mi con el ceño fruncido.

- que estas haciendo- pregunto, no le respondí, me había quedado paralizado- Mat- dijo de nuevo, pero no dije nada. Él se me quedo observando por unos momentos y entendí lo que hacía.

- no te atrevas a leerme la mente- dije apuntandolo.

- te irás- creo que lo dije demasiado tarde- que clase de cosas fue capaz de decirte Josh.

- la verdad Julián, la verdad. Todo lo que a estado pasando no debía de haber sucedido y tu lo sabes- dije agachando mi mirada.

- te equivocas, esto si esta bien. Que tu seas mi esposo, que estés embarazado, que estemos juntos. Todo lo que sea referente a ti esta bien- exclamó.

- Julián, no puedo quedarme, debo irme, lo siento- dije y me giré para que no pudiera ver las lágrimas que se deslizaban por mis ojos.

-no te iras, aunque tenga que encerrarte no te irás y sabes por qué? Porque me amas y yo te amo. No aceptaré que lo mas importante para mi se valla.

- no puedes detenerme aquí en contra de mi voluntad- dije a la defensiva y dándole la cara.

- sí puedo, observame- dijo y se acercó a la puerta, la cerró con seguro y se giró- ahora te haré el amor hasta que esa tonta idea de dejarme se valla de tu mente- dijo y se comenzó a acercar a mi. Como típica escena de película romantica, tropecé con la cama y caí en esta.

- no te atrevas Julián o te arrepentirás- dije amenazandolo. Él alzó una ceja y dijo.

-me arrepentiré más si no lo hago- se quitó la camisa, trate de levantarme para huir de hay, pero su mano me detuvo y me lanzo de nuevo con delicadeza a la cama. Se sentó encima de mis caderas sin dejar caer todo su peso en mi- me dejaras?- pregunto de nuevo, con sus ojos negros observándome, con temor?

- es lo mejor- dije y evite su mirada.

- pues esto seguirá- dijo y se lanzó directo a mis labios. Me beso con pasion, con deseo, con temor. Me beso sin escrúpulos, sin descanso, sin cuidado. Me beso para que me quedara, para que lo amara y lo cuidará. Simplemente me beso.

No correspondí el beso o eso trate, pero eran más las ganas de quedarme con él, que la de irme sin él. Así que cedí. Cedí a sus caricias, a sus suspiros sobre mis labios, cedí a él. Lo bese, le correspondí el beso con tanta ansía de vida, que si no lo hacía, moriría.

Sus manos me recorrieron, eliminaron toda barrera entre nuestros cuerpos. Me desnudó, me observó, me toco, me amo y yo le correspondí con temor, con esperanza, con miedo, con deseo, con pasión y con el sentimiento mas puro que puedo sentir en mi vida, le correspondí con amor.

Sus manos me separaron y su cuerpo se posicionó entre mis muslos, su dedos me prepararon y su miembro me exploro de principio a fin.

-te amo- susurró en mi oído. Palabras cargadas de alivio y de sentimientos.

- te amo- le dije. Amor único y verdadero amor.

Su estocadas eran lentas, dulces y sencillas y mis respuestas ahogadas, anhelantes y desesperadas. Sentí la excitación recorrerme y llegue a la cima del mundo. Llegue al clímax de pasión y caí en picada a su corazón. Una sensación de alivio me envargaba, era como si esto hubiera sido lo correcto.

Él apoyo su frente contra la mía y con palabras temblorosas dijo.

- no te vallas Mat, no me dejes pequeño- una gota salada se había deslizado por su ojo izquierdo y había caído en él mio. Cerré mi ojo y sonreí.

- no me ire, puede que esto este mal, pero tu lo haces muy bien- dije sonriendo. Su rostro floreció, sus mejillas se sonrojaron y sus ojos brillaron.

- eres mi perdición pequeño. Acabarás conmigo un día de estos- dijo negando con la cabeza y depositando un beso en mis labios.

- no es mi intención - dije sonriendo.

- para mi es un placer pequeño- dijo volviendo a besarme.

Observé un momento como su expresión se suavizó y su ceño fruncido se relajó, dándome una vista de su ceño liso y perfecto.

El salió de mi y se acostó a mi lado, me atrajo hacia él y yo apoye mi frente en su pecho, sintiendo el curso normal de su respiración y los lentos y sincronizados latidos de su corazón.

- tu corazón pequeño- dijo y lo observé por un momento - es tuyo desde el momento en que te vi por primera vez, siempre fue y será tuyo.

Yo sonreí y lo bese, amaba a este hombre, era sin duda mi perdición también, mi dulce perdición.

Cerré mis ojos y navegue en sueños de felicidad y armonía.

Tengo su selloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora