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Para la curiosidad de muchos así es como me imagino al sexy de Julián Valente, tuve que hacerle un par de arreglos a la foto en los ojos pero espero que les guste.

Él se detuvo y beso mi cuello, yo mordí mi mano para evitar que algún otro sonido saliera sin consentimiento.

-no te haré daño - dijo rozando mi oído con su lengua- sólo tendremos sexo cuando sepas todo de mi y nos casemos.

Cuando se alejo y salio del baño me deje caer al piso mojado y cubrí mi rostro con mis manos y lloré, lloré de frustración, de dolor y de injusticia.

Pase fuerte la esponja por los lugares que el tocó y que sentía aún sus dedos calientes rozar, mi marca había vuelto a estar de su color normal sin el rojo pasión que había tenido los días anteriores.

Cuando descarga toda la rabia con la esponja deje que el agua borrará los rastros de jabón y salí envolviendo mis caderas en una toalla.

Me puse lo primero que encontré en mi ropero y salí de mi cuarto dispuestos a salir de casa, en el transcurso a la puerta no encontré ninguna presencia indeseable que fastidiara mi intento de escape.

Recorrí todo el camino a casa de Ángel y cuando llegue y él me abrió la puerta me lanze a sus brazos.

-Mati que pasa?- pregunto con su dulce voz.

-necesito un abrazo- dije con voz quebradiza y el reforzó sus brazos a mi alrededor atrayendome por completo dentro de la casa.

Nos sentamos en su sillón yo en sus piernas, si en sus piernas, no piensen cosas que no son, la única relación entre ángel y yo es amistad.

Duramos unos minutos así mientras yo me relajaba por los latidos de su corazón.

-ahora sí, que paso Mati.

-sólo estoy cansado de esta situación, estoy cansado de que mis padres quieran hacer lo que se les antoje con tal de tenerme bajo su mando. Tengo dieciséis años y de verdad quiero vivir mi vida sin temor a que estúpida decisión hayan tomado ellos sin consultarme y sin yo tener a un jodido prometido morboso.

-morboso, que te hizo- dijo el y sentí su cuerpo tensarse, les había dicho que Ángel era extremadamente celoso.

-é.él-aclare mi voz - él no me a hecho nada - dije ocultando mi rostro en su cuello.

-Mathew no me mientas- dijo él en tono exigente.

-no me hables hací- dije con mi voz quebrada.

-lo siento Mati, es sólo que me preocupo por ti. Por favor dime, el te hizo algo?.

-él entró al baño mientra me duchaba- dije en un susurró.

- él se intento propasar contigo.

-entró desnudo y me acarició y paso sus manos por todo mi cuerpo - dije rojo de vergüenza. El tomó mi rostro entre sus manos e hizo que lo mirara a la cara.

-intento algo más que eso?-dijo mientras escuchaba el sonido chiriante de sus dientes. Yo negué con la cabeza y él soltó un suspiro frustrado.

- no te enojes conmigo Ángel.

-nunca lo haría Mati, ok?- yo asentí y lo abraze.

Esa noche me quede a dormir en su casa, había llamado a mis padres para informarles y habían aceptado a regañadientes.

A la mañana siguiente él me había dejado en la entrada de mi casa para que me alistara y fuera a clases y él rumbo a la universidad.

Subí las escaleras lo más rápido que pude y me encerré en mi recámara, tome una placentera ducha y me puse el uniforme correspondiente de deporte.

Mi día había transcurrido normal con algunas pesadas bromas de parte de mis amigos con el asunto de mi compromiso y lo "bueno" que estaba mi prometido.

Estaba cansado de escuchar Julián esto, Julián aquello, que si Julián se vería de esta manera en boxers o de aquella otra manera y cuando Julián él tan mencionado hombre había aparecido en la entrada de la escuela para que me fuera con él, solo quería rebanarlo con un cuchillo de mantequilla.

-Buenas tardes- dijo él con su petulante y fuerte voz.

-Buenos días- dijeron a coro mis amigos dándome jaqueca por el tono que utilizaron mis amigas.

-soy Julián Valente el prometido de Mathew, es un gusto conocer a sus amigos- dijo con una sonrisa mientras me veía a los ojos.

-el gusto es nuestro, soy Isabela, ella es Lily, él es Fran y él Eduardo - dijo señalandolos.

-es un placer. Me temo que les robare a Mathew por está tarde.

-claro adelante - dijo Isabela mientras le sonreía y yo me preguntaba que clase de amiga tenía.

Él me arrastró a su vehículo de una manera delicada mientras me despedía de los chicos.

En el transcurso a no se donde me mantuve callado y pensando en nada en concreto.

-Mathew en que piensas te he estado llamando desde hace un rato - dijo Julián después de sacudirme un poco.

-en nada, donde estamos- dije al ver que se había estacionado frente a un edificio alto.

-estamos en mi departamento, quiero hablar contigo a solas y en donde nadie pueda interrumpirnos- nervioso lo seguí por todo el edificio hasta el elevador, él presionó el piso 20 y el elevador comenzó a subir. Mantuve mi vista en el piso en todo momento incluso cuando entramos en el departamento.

-quieres algo de beber Mat- dijo mientras se quitaba su chaqueta y dejaba mi mochila en una esquina, yo asentí ya que sentía mi garganta seca- quieren jugo de manzana.

-sí esta bien- dije sorprendido que él supiese el sabor de mi jugo favorito, lo vi desaparecer por una puerta y yo me quedé viendo todo el departamento. Era grande y limpio, los colores predominantes eran un poco de crema pero mucho rojo y negro.

Me recorrió un escalofrío por lo espeluznante que podían verse algunas cosas en la sala, como por ejemplo una enorme hacha en una vitrina de cristal, objeto que me sorprendió.

-toma - dijo Julián atrás de mi, salte del susto.

-gra.gracias- dije recibiendo el vaso, el me vio a los ojos y dijo.

-no es un hacha es una Hoz- dijo inclinando su rostro a un lado y haciendo que un escalofrío recorriera mi columna, como el supo lo que pensaba.

-como sabes lo que pensé - dije dejando el vaso en la mesa.

- se todo lo que pasa por tu mente - dijo sonriendo con esa mueca perturbadora en los labios.

-ni que fuese tan obvio - dije.

-no lo eres, para nada- dijo.

- y como sabes lo que pensaba?...

Tengo su selloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora