46 - Amigos

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— Papá, ¿puedo ir a ver a Melissa? — preguntaba Kai, un niño de ojos curiosos y cabello alborotado, cada vez que visitaba la oficina de su padre.

— Claro, hijo, pero no la distraigas mucho — respondía su padre con una sonrisa indulgente.

Melissa, la secretaria de su padre, era una presencia cálida en la oficina estéril. Con su voz suave y sus palabras alentadoras, se había convertido en una figura materna para el pequeño Kai.

— ¿Terminaste tus deberes, Kai?— inquiría Melissa, mientras organizaba papeles en su escritorio.

— Casi, solo me falta este problema de matemáticas — decía Kai, frunciendo el ceño ante la hoja de cálculos.

— Déjame ayudarte — ofrecía Melissa, inclinándose sobre la mesa para ver el trabajo de Kai. — Mira, es simple solo debes multiplicar y dividir el resultado. todo se simplifica.

Kai la miraba con admiración, asombrado por cómo los números obedecían a sus dedos.

— Eres la mejor, Melissa — decía con gratitud.

— Oh, es nada, Kai. Sabes, mi hija es muy inteligente también. Estoy segura de que sería una gran amiga para ti — comentaba Melissa, su mirada perdida por un momento en un futuro soñado.

— ¿Cómo se llama? — preguntaba Kai, la curiosidad brillando en sus ojos.

— Bell — respondía Melissa con una sonrisa. — Y estoy segura de que sería maravilloso si algún día ustedes dos pudieran conocerse.

La oficina, normalmente un remanso de tranquilidad, se vio perturbada por la repentina aparición de Gustab. Su imponente figura se recortaba contra la puerta mientras sus ojos buscaban a Melissa.

— Necesito hablar contigo — dijo Gustab, su voz baja pero firme.

Melissa, sorprendida por la interrupción, asintió y se levantó de su silla. Se dirigieron a un rincón más privado, donde las palabras podían ser intercambiadas sin temor a ser escuchadas.

Kai, curioso, intentó concentrarse en sus deberes, pero el tono elevado de la conversación captó su atención.

— ¡No puedes simplemente ignorar tus responsabilidades, Gustab! — exclamaba Melissa, su voz temblorosa por la emoción.

— Esa niña no es mi problema. Fue un error, ¡una aventura sin importancia! — replicaba Gustab, su rostro endurecido por la negación.

— Bell es tu hija, ¡merece tu reconocimiento y tu apoyo! — insistía Melissa, las lágrimas amenazando con desbordarse.

— ¡No voy a arruinar mi vida por un desliz! No hay custodia ni pensión que valga — decía Gustab, dando un paso atrás como si quisiera huir de la realidad de sus palabras.

Kai, escondido detrás de una puerta entreabierta, observaba la escena con ojos grandes y confundidos.

En el clímax de la discusión, la presencia de Kai se convirtió en el catalizador de un caos inesperado. Tony, intentando imponer orden, se interpuso entre Melissa y Gustab.

— ¡No pueden hacer esto aqui! — exclamó Toni, su voz llena de urgencia.

Pero las palabras de Tony llegaron tarde. En un arranque de ira, Gustab empujó a Melissa, quien tropezó y cayó por la ventana abierta. El sonido de la caída fue seguido por un silencio aterrador. Había ido 3 pisos hacia abajo.

Tony y Gustab se miraron, el pánico reflejado en sus ojos.

— ¿Qué vamos a hacer ahora?— murmuró Toni, su voz apenas audible.

— ¡Esto es un desastre!— respondió Gustab, su rostro pálido.

Bajaron rápido por las escaleras. Al ver a la mujer desmayada se asustaron.
Decidieron llamar a Nick, el estudiante de medicina buscando su consejo experto.

— Deben verificar si está... si está muerta — sugirió Nick con seriedad.

Al acercarse a Melissa, encontraron que aún respiraba,  además sus murmullos eran débiles pero audibles.

Kai, oculto en las sombras, había sido testigo de todo. La imagen de Melissa cayendo, los murmullos desesperados, y la conspiración que se tejía ante sus ojos.

— Tenemos que  protegernos. Esto nunca sucedió — dijo Nick, asumiendo el mando de la situación.

— ¿Y si ella habla? — preguntó Gustab, el miedo tiñendo su voz.

— Nos aseguraremos de que no tenga la oportunidad— respondió Tony, su determinación marcando el inicio de un pacto sombrío.

Melissa, con la voz temblorosa pero firme, enfrentó a sus agresores.
— Les contaré todo a la policía—  declaró, su mirada desafiante. —He visto los videos que grabaron con mi hija, y por esto los denunciaré, por todo, incluso por este intento de asesinato.

Gustab, en un acto de desesperación, tomó una piedra y golpeó a Melissa en la cabeza.

Kai, escondido, observaba con horror. Tony, consciente de la presencia de su hijo, lo llamó.
— Kai, ven.

El niño no quería ir, por miedo Pero su padre lo obligó.
— VEN AHORA!

Con miedo, se acercó.
— Toma esa piedra. — con una autoridad cruel, lo forzó a golpear a Melissa.

Kai, en trance, obedeció, su mente incapaz de procesar la violencia que sus manos infligían. Golpeó a la mujer una y otra vez hasta que su padre quedó satisfecho.

El brazalete de Melissa brillaba bajo la luz de la luna, un objeto que Kai reconocería años más tarde.

Era un símbolo de su inocencia perdida, un recordatorio de la verdad que ahora conocía.
Tony lo tomó d ella hombros.
— Si dices una sola palabra, te encerraran con nosotros, serás la desgracias de esta familia y jamás serás mi hijo.

Kai estaba en completo Silencio. Su padre había obligado a un niño de 7 años, destrozar el cráneo de una mujer.
— Nick dice que vendrá con una ambulancia...

Tony sonrió y tomó en brazos a su hijo,  llevó a Kai de vuelta a la oficina y lo sentó frente a un televisor.
Buscó entre los cajones de su escritorio unos VHS.
— Miraras esto hasta que te canses, es hora de hacerte hombre.

Las imágenes traumáticas desfilaron ante sus ojos, fragmentando su psique.
En ese momento, para sobrevivir al trauma, la mente de Kai se dividió, dando origen a Evan, un refugio para su dolor y confusión.
Fue creado de la necesidad de Kai de escapar y esconderse.  Pero ahora, con el DVD girando en su computadora, Evan enfrentaba la verdad completa, un pasado que no podía ser ignorado ni dividido más.

  Pero ahora, con el DVD girando en su computadora, Evan enfrentaba la verdad completa, un pasado que no podía ser ignorado ni dividido más

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Two Faces (Evan Peters Y Kai Anderson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora