Evan, un joven de 28 años, se enfrenta a la complejidad de su existencia marcada por un trastorno disociativo de identidad. Conocido por sus dos identidades, Evan y Kai, su vida toma un giro inesperado cuando su padre le impone una condición: somete...
Kai se aproximó a la modesta vivienda con pasos medidos, cada uno resonando con el peso de las emociones no expresadas y los secretos que llevaba consigo.
La casa, aunque pequeña, irradiaba un calor hogareño que solo podía emanar de un lugar lleno de amor y recuerdos compartidos.
Al cruzar el umbral, fue recibido por el abrazo de Anna, que lo envolvió con una fuerza que parecía querer curar todas las heridas del pasado. Winter, se unió al abrazo, pero su estancia fue efímera; el deber la llamaba con urgencia. - ¿ Que haces aquí? - preguntó si madre.
Kai le acaricio el cabello solo como el sabía hacerlo. - Quería visitarlas y conocer tu nuevo hogar.
Winter cortó la llamada y dijo. - Lo siento, Evan tengo que ir a la corte, necesito aplazar un juicio. En una hora estaré aquí.
Kai asintió con comprensión, aunque su corazón se apretó al verla partir tan rápidamente. Una vez que Winter desapareció en la distancia, Anna lo guió hacia el interior, hacia la calidez de la cocina donde tantas conversaciones habían tenido lugar.
- Siéntate, hijo - dijo Anna con dulzura - ¿Café o prefieres algo más?
Kai vaciló un instante antes de responder. -Un chocolate caliente sería perfecto, si no es molestia.
Anna sonrió y se dirigió a la cocina. Mientras Kai observaba sus movimientos familiares, una sensación de nostalgia lo invadió. La cocina era pequeña pero acogedora, con cada utensilio y adorno contando una historia de los días más felices.
Cuando Anna regresó, le extendió un tazón humeante adornado con una generosa capa de crema batida. - Con crema, como te gusta, Kai - dijo ella con una sonrisa que revelaba conocimiento y complicidad.
Kai se quedó mirando el tazón por un momento antes de levantar la vista hacia su madre. - ¿Cómo supiste? - preguntó con voz temblorosa.
Anna se sentó frente a él y tomó sus manos entre las suyas. - Una madre siempre sabe - repitió ella con ternura - Evan nunca pudo soportar el chocolate caliente; decía que era demasiado dulce para su gusto.
Kai sonrió ante la simple verdad de sus palabras. - No vine a discutir - comenzó Kai, su voz firme pero llena de una vulnerabilidad palpable - Pero necesito respuestas. Necesito entender...
Anna asintió, preparándose para revelar verdades que habían permanecido ocultas durante demasiado tiempo. - Pregúntame lo que necesites saber - dijo ella con calma.
Kai respiró hondo antes de formular la pregunta que había estado quemando en su mente durante años. - ¿Por qué nunca le dijiste a Evan sobre mí? ¿Por qué todos guardaron silencio sobre que yo era a la verdadera personalidad?
Anna miró a Kai directamente a los ojos, y en ellos se reflejaba una mezcla de dolor y amor incondicional. - Porque... - comenzó ella, y las palabras que siguieron cambiarían todo lo que Kai creía saber sobre su familia y sobre sí mismo.- Tu padre nos dijo que era lo mejor. Nunca entendí el porqué hasta que ví como trataba a Winter. Tenías tanta rabia contra nosostros. Esperaba que los medicos te ayudasen pero no fue así. Así que fingimos que todo estaba bien.
Kai sintió que el aire se le escapaba de los pulmones, como si las palabras de Anna le hubieran sustraído la capacidad de respirar.
Anna asintió lentamente, su mirada nunca abandonando la de su hijo. - Tu padre... él estaba convencido de que era la única manera de protegerte. De protegernos a todos. Yo busqué el motivo del porqué tu mente decidió divertirse, la única razón que encontré fue que fuiste testigo del accidente que Melissa tuvo.
Kai se levantó bruscamente, la silla raspando contra el suelo con un chirrido agudo. Caminó hacia la ventana y miró hacia fuera, intentando procesar las emociones que lo inundaban. - Entonces supiste que ella estaba en ese estado por la caída y no por una demencia... Sabes porqué pasó eso?
Kai estaba listo para decirle la asquerosidad que su padre había hecho junto con sus amigos Pero Anna dijo. - Se lo que tú padre, Nick y Gustab hicieron y no me refiero solo a Melissa, hablo de Bell.
Kai se quedó sin palabras por un momento, la sorpresa pintada en su rostro. - ¿Cómo... cómo lo supiste? - logró preguntar con voz temblorosa.
Anna suspiró, una sombra de tristeza cruzó su mirada. - Hace unos meses contraté a un investigador privado para seguir a Tony por esto de la candidatura, no confiaba en que hiciera todo sin sobornar y quería estar preparada. Ahí fue cuando está persona escuchó sobre que querían enviar a una chica llamada Bell con Evan y hablaron de todo lo que hicieron.
Kai asintió lentamente, la confirmación de sus temores le daba una sensación amarga de vindicación. - Es verdad, mamá. Papá era parte de un grupo... hacían cosas terribles a Bell cuando era solo una niña. Y yo... yo tengo una de las grabaciones.
Anna cerró los ojos por un instante, como si intentara alejar la imagen que esas palabras evocaban. Al abrirlos de nuevo, había una determinación férrea en ellos. - Entiendo.
Kai se sentó junto a su madre - Tenemos que hacer algo al respecto. No podemos dejar que esto quede impune.
Anna le tomó ambas manos. - Hijo, no. Debemos pensar bien las cosas. Yo pensaré en algo y lo voy a consultar con alguien de la policía, antes de eso, nada.
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