7- Dolor

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La carcajada de Bell resonó con un matiz de molestia.
-No.

-¿Por qué no? Eres mujer, ¿verdad?

Sin prestar atención a la provocación, Bell tomó el botiquín y comenzó a aplicarse los primeros auxilios.

Kai, ofendido por su autosuficiencia, se cruzó de brazos.
-Yo iba a hacerlo.

Ella rodó los ojos con exasperación.
-Kai, soy médica. Puedo manejarme sola. Además, ya me ha quedado claro que no tienes interés en conocerme.

La hemorragia había cesado. Bell abrió su mano lentamente para inspeccionar la gravedad de los cortes. Kai sintió una punzada de malestar al imaginar el dolor que ella debía estar soportando.

-Necesito hilo y aguja -solicitó.

Kai extrajo un pequeño frasco que contenía agujas y un carrete de hilo quirúrgico.
-Listo.

Bell señaló una aguja curva.
-Perfecto, ahora ensarta el hilo.

-De acuerdo.

Respondió él, y con destreza cumplió la tarea. Bell tomó la aguja con suavidad y se preparó para suturar la herida. Kai la detuvo, sujetándola del brazo.
-Espera...

Bell lo miró sorprendida.
-¿Qué sucede?

-¿Vas a hacerlo sin anestesia?

Ella contempló su mano, luego la aguja y finalmente a él.
-Ah... ¿Quieres que te confíe un secreto?

Kai suspiró, frunciendo los labios, y soltó su brazo. Bell continuó con su labor. La aguja atravesaba su piel de un lado a otro sin provocarle el más mínimo gesto de dolor.

Kai, fascinado, no pudo contenerse.
-¿No sientes dolor?

Ella sonrió y, lamiéndose los labios, reveló:
-Soy insensible al dolor de nacimiento. Ese es mi secreto.

Kai reflexionó, comprendiendo por fin la ausencia de dolor desde el principio. Fue entonces cuando recordó a Oliver, el esposo de Bell.
-¿Por qué estás casada?

Preguntó con un tono de disgusto y exigencia.
Bell se encogió de hombros.
-No sabía que necesitaba permiso para casarme.

Kai bufó, aún más irritado.
-Eres joven, como yo. No entiendo cómo puedes estar casada con semejante bruto. Alguien que intenta apuñalar a otro y además te lastima no es un buen esposo.

-Esto no es nada -murmuró ella.

Pero Kai la escuchó.
-¿No es nada?

Interrogó. Entonces comprendió que Oliver le había hecho cosas peores. Tomó su mano para captar su atención y sus miradas se encontraron.
-¿Qué te ha hecho?

Bell parpadeó varias veces, esquivando su mirada.
-Nada.

Se zafó de su agarre, cortó el hilo y vendó su mano. Se levantó de un salto y comenzó a guardar el material médico.
-Es tarde, me voy a dormir.

Kai se puso de pie junto a ella.
-Bell, si él te toca un solo cabello, lo mataré. Te lo juro.

Ella se giró hacia él, entrecerrando los ojos para enfocarlo mejor.
-Eres diferente a lo que decían los informes... juraría que eres Evan si no fuera por el lenguaje que usas.

El joven de cabellos azules tragó saliva, nervioso.
-Somos distintos. Él y yo somos personas diferentes, ten eso claro.

Bell asintió por cortesía, aunque no estaba convencida.
-Tienes razón, lo siento. Voy a dormir.

Levantó su mano en señal de despedida, y fue entonces cuando vio el brazalete. Lo contempló mientras se dirigía a su habitación. De repente, Kai le agarró la muñeca adornada con el brazalete.
-Tú...

Bell frunció el ceño, confundida.
-¿Estás bien?

Kai le sostuvo el mentón con sus dedos.
-A la mierda.

Bell no tuvo tiempo de responder; sus labios fueron capturados por los de él.
La besó como nunca nadie la había besado, incluso su lengua roso sus labios varias veces antes de separarse.
La tomó del cabello y le jaló un poco.
-Solo yo puedo hacerlo. Jamás dejes que Evan te toque.

Dicho esto, la soltó e ingresó en su habitación.
Bell se quedó ahí con la espalda apoyada sobre su puerta.
Se tocó los labios con su dedito índice. Su corazón estaba acelerado y sentía mucho calor en las mejillas.
Se le había olvidado respirar d ella impresión.
-Es mi paciente...
repitió varias veces hasta sentir que volvía en sí.

Entró a su cuarto y cerró la puerta.
De pronto sintió una punzada en su mano herida.
-Eso fue dolor?

La punzada desapareció.
Había sido un día extraño, pero algo le preocupaba de sobremanera.
Oliver.

Oliver

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Two Faces (Evan Peters Y Kai Anderson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora