3- Brazalete

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Nick miró a la muchacha.
-Dime Winter, cómo es Kai?

Ella ansiosa por responder, se inclinó hacia el médico.
-Es violento, con palabras, gestos y acciones. A veces, mal educado, pero es muy inteligente, puede manipular a la gente a su antojo.

-Escuchen, la mayor parte de las segundas personalidades, son violentas, es muy extraño que no lo sean, es un método de defensa. A veces odian la identidad real, tratan de hacerse daño y de dominar el cuerpo. Es normal, entre lo que se considera normalidad.

Evan estaba algo incómodo.
-No es normal tener otra personalidad.

Nick sonrió.
-No. Tener trastorno disociativo es extraño. Sin embargo se puede vivir con ello teniendo ayuda de la familia y de la medicina. Por ellos Evan, te voy a recetar unos antipsicoticos, debes tomarlos cada día al despertar, para mantener a raya a Kai.

Evan observó una pulsera que estaba sobre él escritorio de Nick, su mente estaba centrada solo en ese objeto, sentía que lo llamaba.
Dejó de escuchar lo que el doctor decía, estaba tan concentrado que no escuchó cuando la puerta se abrió.
-Evan?

Winter lo movió, sacándolo de su trance.
-Dime?

La joven, preocupada, dijo.
-Escuchaste lo que dijo Nick?

Evan miró dónde estaba el doctor, pero no lo vio.
-No... Dónde está?

Winter le tomó el rostro a su hermano.
-Eres Evan verdad?

El chico le apartó las manos con cuidado.
-Si. Lo soy.

Winter le jaló el cabello haciéndolo gritar.
-Winter!

Ella sonrió.
-Si, eres tu. Kai me hubiese golpeado por hacer eso.

Evan se sobó la cabeza.
-Donde está Nick?

-Ha verdad. Dijo que papá le pidió tenerte vigilado todo el tiempo, pero como eres completamente funcional, no te van a internar. Por eso, un estudiante de Psiquiatría va a estar a cargo de tí. Fue a buscarlo.

Evan frunció el seño. Le preocupó que su salud mental estuviese a cargo de un estudiante, pero por lo menos no sería encerrado.
-Una cosa por otra.

Winter sacó su teléfono y le escribió a su madre.
Evan por mientras, se levantó del sofá y fue a ver el brazalete.
Lo iba a tomar cuando la puerta se abrio.

Nick entró y tras él una chica. Llevaba una coleta y unas gafas, era la chicas más común del mundo, pero para Evan, fue como ver a la persona por la que fue creada.
-Evan, ella es la doctora Bell Spitford, está estudiando psiquiatra para especializarse. Estara a cargo de tí.

Bell le sonrió como nadie nunca le había sonreído.
-Un gusto.

Evan estaba sin palabras. En verdad existía el amor a primera vista?
Winter miró a su hermano y entrecerró los ojos.
-Mi hermano es algo tímido... Cuánto tiempo estara a su cargo?

Bell se acomodó los lentes.
-Tres meses.

Evan estaba sin pestañear.
-Tres meses?

Nick se cruzó de brazos.
-Exacto, por ahora, puede ser más. Estarán juntos día y noche, todo el tiempo, así si llegas a tener una recaída, Bell estará ahí y podrá ayudar con los conooque tiene.

Evan sonrió ampliamente.
-Me alegra...

Winter, sorprendida de ver a su hermano así, miró a ambos jóvenes y levantó las cejas.
-Bien... Los llevaré a la casa, me pediré la dirección a papá.

Winter se alejó unos metros del grupo y escribió por mensaje.
Mientras esperaban, Nick escribio la receta del medicamento.
-Listo. Con esto puedes retirar el remedio abajo en la farmacia.

Miró su reloj y dijo.
-Debo ir a una reunión, te dejó en buenas manos Evan.

Tomó sus cosas y se fue por la puerta.
Evan empezó a jugar con los dedos, miraba a su hermana, quien se alejaba poco a poco de la pareja.
-Si quieres te acompaño a retirar el medicamento por mientras tu hermana contacta a tu padre.

Evan, nervioso, aceptó.
-Si ... Bien. Vamos.

Bell sonrió y lo guío hasta las escaleras. Ahí está el mismo chico que los había atendido en la puerta pero ahora estaba limpiando el suelo.
-El es un, em...

No quería sonar despectivo. Bell supo que estaba buscando la palabra correcta.
-Paciente, si, es un paciente.

-Oh...

La chica sacó un número para esperar su turno.
-Es Liam, el tiene trasto del espectro autista, sus padres lo dejaron aquí cuando cumplió los 10 años. No soportaron ser la busla de sus conocidos, tampoco supieron tratar a su pequeño.

Evan lo observó, se veía completamente normal.
-Pero se ve, funcional.

-Si, siempre lo ha sido, su trastorno no es limitante, ha pasado aquí ya 13 años, sabe cómo funcionan las cosas y quiso ser de utilidad, por eso se le dió un cargo. Le ayuda a tener una vida.

Evan lo continuó observando, desde su perspectiva era completamente normal, tal vez el causaba la misma impresión a los demás.
-Parece cómo cualquier otra persona.

Bell se volteó hacia Evan. Sus ojos tenían una mirada triste.
-Todos parecemos normales, pero cada uno tiene sus demonios. Unos más que otros.

La voz se le quebró al final, algo que Evan notó de inmediato. Quería preguntarle por los suyos pero justo lo llamaron al mesón.
Bell fue en su lugar y con la receta, pidió el medicamento.

Fue ahí cuando vio el brazalete en la mano derecha de Bell.
Sintió un dolor soportable en la cabeza.
-Mierda.

Susurró, se dió pequeños golpes con el dorso de la mano.
-No, no ahora Kai...

Logró controlarse.
Bell se acercó a él, con una mirada entusiasta.
-Listo. Ten.

Le entregó la bolsa y una botella con agua. Sus manos rozaron pero ella no lo notó.
-Gracias ...

-Debes beber unaa ahora.

Evan abrió la botella, sacó una pastilla del envoltorio y sin dudarlo, bebió.
En eso, Winter apareció.

-Por fin, tengo la dirección.

Se puso al lado de su hermano, quien estaba sonrojado.
-Estas bien? Tus mejillas están rojas.

Evan se tomó la mejilla derecha con su mano tratando de ocultarlo.
-Si? No sé...

-Puede ser el remedio.

Dijo Bell y Evan asintió rápidamente.
-Si, eso debe ser.

Winter dió una sonrisa apretada.
-Bien, vamos.

Las dos se dispusieron a caminar, Evan por mientras miró su reflejo en la ventanilla, estaba rojo como tomate.
Miró su mano que había rozado con la de ella, no sabía lo que le pasaba, pero si estaba seguro de algo, no dejaría que Kai le hiciera daño.
Se volvió a mirar y dijo.
-No con ella Kai, no con ella.

-No con ella Kai, no con ella

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Two Faces (Evan Peters Y Kai Anderson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora