-Kai, ¿por qué estás aquí? ¿Acaso ocurrió algo?La mirada de Bell derritió a Kai en el acto.
-¿Por qué desapareciste?Ella bajó la vista, incapaz de articular las tormentas que la asolaban, menos aún ante Kai.
-Ya no puedo ser tu terapeuta... Mañana hablaré con el Doctor Nick para que asigne a alguien más.Kai sintió cómo su mundo se desmoronaba, mostrándose vulnerable por primera vez.
-¿Qué? No, no puedes hacerme esto, Bell. No puedes abandonarme.Ella temblaba, reprimiendo las lágrimas con todas sus fuerzas.
-Está decidido, es lo correcto. Nos hemos involucrado demasiado y eso es inapropiado. Fue un error.-Bell, no soportaría perderte. No ahora que comienzo a comprender lo que significa tenerte en mi vida. Tú has sido el faro en mi noche eterna, y la sola idea de tu partida es más aterradora que la oscuridad perpetua.
Su voz se quebró al final.
Lágrimas traicioneras escaparon de los ojos de Bell.
-Kai... Lo lamento, quería decírselo a Evan... No era mi intención lastimarte. No puedo mezclar mis sentimientos con mi trabajo.Kai se petrificó, digiriendo las palabras de Bell.
"¿Sentimientos?", se cuestionó.
-¿Qué sentimientos?Bell tragó duro, cerró los puños buscando coraje, debía ser honesta, aunque Kai no correspondiera a sus sentimientos.
-Yo... creo que me he enamorado.Una chispa de esperanza lo iluminó, sin importarle de cuál de sus personalidades hablaba Bell, solo deseaba estar a su lado.
-Bell, entiendo que esto es complicado para ti, pero no puedes simplemente borrarte de mi vida, o de la de Evan- dijo, su voz fracturada por la emoción.Bell alzó la mirada, encontrándose con los ojos suplicantes del joven.
-No es tan sencillo. Como terapeuta, existen límites que no debo traspasar, y mis sentimientos...- su voz se desvaneció mientras luchaba por mantenerse firme. -...han traspasado esos límites.
Kai avanzó un paso, acortando la distancia entre ellos.
-¿Y si traspasamos esos límites juntos?- propuso con dulzura. -No como terapeuta y paciente, sino como dos almas perdidas en el caos.
El corazón de Bell latía desbocado ante la proximidad de él, pero no podía ceder, aún desconocía cuál de las dos personalidades había conquistado su corazón.
-No podemos. Hay reglas, ética profesional... y luego está Evan. No puedo hacerle esto a él.asintió lentamente, su rostro tenía una máscara de comprensión y dolor.
Fue entonces cuando Blair emergió detrás de él.
-Evan, tu padre desea formalizar el compromiso.Rodó los ojos, girándose hacia ella con la intención de confrontarla, pero Bell lo detuvo.
-Kai, por favor, no lo hagas. Es importante para Evan que su padre lo valore.Eso no le importaba, pero sabía que a Bell sí, y eso le daba una razón para quedarse.
-¿Te importa Evan?Bell asintió.
-Sí, por supuesto.Tocó el cabello de la joven acomodando lo de tras de su oreja. Necesitaba ese contacto con ella.
Cruzó los brazos y desafiante, dijo.
-Entonces, si te vas, prometo causar un escándalo en una iglesia que hará que Evan pierda el apoyo de su padre y termine en un psiquiátrico. Si te quedas, fingiré ser él.Bell observó cómo Blair se acercaba. Él consultó su reloj.
-Se te acaba el tiempo.Ella estaba dividida, si se quedaba, su profesionalismo se desvanecería, y tendría que enfrentar a Evan con Blair... A pesar de todo, decidió quedarse, apoyarlo el tiempo que fuera necesario.
-Está bien. Lo haré. Me quedaré.Sonrió, triunfante.
-Disculpa, Blair, Bell no se siente bien.Le dio un codazo a Bell, instándola a seguir la farsa.
-Sí, me siento mareada, quizás sea por la magnitud de la casa...Blair entrecerró los ojos, escéptica.
-¿Eres la enfermera?-Doctora. Es mi doctora.
Enfatizó la palabra "mi", enviando un escalofrío por la espina de Bell.
Blair sonrió con sarcasmo.
-Claro... Disculpa, pensé que eras una enfermera. No pareces doctora.Bell exhaló, resignada.
-Vamos. Nos estarán esperando y no quisiera que Winter se sienta menospreciada.El joven sonrió, y al ver esa sonrisa única en él, Blair sintió celos.
-Sí... Además, tengo que ponerme al día con ella. Después de todo, somos mejores amigas.Blair se adelantó, y Bell rodó los ojos, exhausta. La había conocido hace menos de cuarenta minutos y ya no la soportaba.
El joven peliazul rió para sí mismo al ver su actitud, siguiéndola.
"Bien hecho."-Silencio, Kai.
Bell se giró al oír un susurro.
-Kai, ¿estás bien?-Sí...
Bell asintió y continuó su camino, sin darse cuenta de que quien la seguía no era Kai, sino Evan.
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Two Faces (Evan Peters Y Kai Anderson)
RomansaEvan, un joven de 28 años, se enfrenta a la complejidad de su existencia marcada por un trastorno disociativo de identidad. Conocido por sus dos identidades, Evan y Kai, su vida toma un giro inesperado cuando su padre le impone una condición: somete...