29- Noche

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-¿Tu hijo?- preguntó Kai, su voz oscilando entre la ira y la decepción.

Con un orgullo que no admitía réplica, Nick asintió.
- Sí.

Kai observó a Bell, sus ojos destilaban una preocupación que él interpretó erróneamente. Se relamió los labios, intentando digerir la revelación. -¿Sabes... sabes lo que le ha hecho a Bell en el poco tiempo que estuvo conmigo?- señaló a la joven con un dedo acusador. -¿Tienes idea de lo que pudo haberle hecho antes de que la conociera? ¿Sabes acaso que la envió al hospital por los golpes que le propinó?

Nick carraspeó, intentando limpiar la tensión del aire, mientras Tony, visiblemente molesto, intercedió. -Evan, no apruebo la forma en que hablas del hijo de tu doctor y mi amigo.-

Kai, con el puño tenso y listo para descargar su furia, fue interrumpido por Nick. -No, déjalo, tiene derecho a expresarse, es lo justo.- Se ajustó la corbata con una calma forzada. -Sé que no ha sido el mejor esposo ni el mejor hombre, pero quiere cambiar eso, quiere sanar, igual que tú, Evan. Y no podemos negarle esa oportunidad.

Un sarcasmo helado se dibujó en la sonrisa de Kai mientras su mirada se posaba en Bell. Fue entonces cuando notó la mano de Tony descansando sobre la cintura de ella. -Qué mie...

-Hijo, creo que es hora de que vuelvas con tu esposa. Se les hace tarde para su noche de bodas - interrumpió Tony.

El corazón de Bell y Kai se paralizó al escuchar esas palabras, ninguno de los dos había asimilado que aquello debía suceder. -No... Yo no... -Kai intentó protestar, pero la mano de Tony lo silenció.

Bell, temerosa de que los hombres descubrieran que quien estaba allí no era Evan, se apresuró a tomar a Kai de la mano y alejarlo del par. -Disculpen - murmuró con una voz apenas audible.

Casi arrastrándolo, lo llevó hasta la entrada del hotel. -¡Por qué mierda te toca! - exclamó Kai, incapaz de contener su desdén.

Bell le dio una ligera palmada en el brazo. -Cállate, o te van a descubrir- susurró con urgencia.

A Kai, sin embargo, poco le importaba ser descubierto.

En ese momento, Kai se volvió hacia Bell, su mirada penetrante buscando la verdad en sus ojos.
-Si me lo pides, no me acostaré con Blair. Solo dímelo- dijo con una voz que denotaba más preocupación que la que había mostrado antes.

Bell, con un suspiro que parecía cargar el peso del mundo, negó con la cabeza.
-No es mi asunto, tu y ella son marido y mujer, puedes hacerlo o no- murmuró, su voz apenas un hilo. - Pero es lo que se espera de un esposo.

Sin decir una palabra más, Bell se alejó. Subió al auto que Gustab le había dejado, y con cada metro que se alejaba, sentía cómo su corazón se partía en dos.

...

...

...

La habitación estaba bañada en la suave luz de la luna que se filtraba a través de las cortinas, creando un ambiente que debería haber sido romántico. Pero allí, sentados en la cama, estaban Kai y Blair, la tensión entre ellos era casi palpable.

Blair rompió el silencio, su voz era un susurro apenas audible.
— Evan, sé que esto no es fácil para ti... y quiero que sepas que no tienes que hacer nada que no desees.

Kai, atrapado en la tormenta de su propia dualidad, encontró la determinación para enfrentar a Blair con la verdad en sus ojos.

—Blair, hay algo que necesito confesarte — empezó, su voz resonando con una firmeza inesperada. —No puedo... no puedo seguir adelante con esto. No es por falta de cariño hacia ti, sino porque mi corazón ya tiene dueña.

El corazón de Blair se sumió en la tristeza, aunque la revelación no fue una sorpresa.
—Es Bell, ¿cierto? — inquirió, su voz reflejando una comprensión dolorosa.

—Así es — confirmó Kai, imitando la entonación de Evan, sintiendo cómo la sinceridad aliviaba su carga.

Blair experimentó una confluencia de emociones: alivio por la honestidad de Kai y celos por la mujer que había conquistado su corazón de tal forma.
—¿Y qué hay de Kai? No me imagino que él sienta algo por Bell.

Kai cerró sus manos en puños tensos.
—Kai también la ama...

Esta revelación desató una ira implacable en Blair.
—¿Qué? Eso es imposible... Kai desprecia a todos.

Kai se puso de pie abruptamente, buscando el alivio del aire fresco.
—Excepto a ella.

Blair esbozó una sonrisa amarga, su enojo palpable.
—Ahora comprendo por qué tu padre quería que Bell estuviera cerca de mí.

Kai se giró, confundido. Blair dejó caer su vestido de novia.
—Él sabe que Kai tiene sentimientos por ella, por eso desea que ella esté conmigo, para evitar que Kai cometa alguna locura.

El joven frunció el ceño, desconcertado.
Ella se despojó de su ropa interior, quedando expuesta.
—Además, Bell nunca interferiría entre nosotros, porque estamos casados. Así que Kai tendrá que permanecer en las sombras.

Se quedaron en silencio, mientras ella se acercaba a él, ambos sumidos en sus pensamientos y emociones.
Blair lo rodeó con sus brazos, intentando transmitirle la calidez de su piel, pero para Kai, esto no despertó ningún sentimiento.
—Ella nos verá juntos, abrazados, besándonos, tomados de la mano... Quizás ahora mismo piense que estamos cumpliendo con los deberes de esposos.

Kai la apartó, sujetándola por las muñecas.
Blair contempló los ojos oscuros de su ahora esposo.
—Tal vez — dijo ella, con un atisbo de dolor —Pero recuerda, estás casada con migo, no con Kai.

Con un suspiro que parecía cargar todo el peso de su alma, Kai se alejó de Blair y salió de la habitación, dejando tras de sí un silencio que lo decía todo. Blair, con el corazón palpitante y la mente en un torbellino, buscó su teléfono con manos temblorosas y marcó.

—Oliver, necesito que te encargues de Bell — su voz era un susurro cargado de determinación. —Asegúrate de que esté lejos de nosotros.

 —Asegúrate de que esté lejos de nosotros

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Two Faces (Evan Peters Y Kai Anderson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora