23- Salida

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Bell acababa de salir de la ducha, envuelta en el calor de su ropa limpia, cuando un sobresalto la invadió al descubrir a Kai sentado fuera del baño. La peluca que adornaba su cabeza distorsionaba su figura y ocultaba su identidad hasta el punto de hacerlo irreconocible.

-Kai... ¿Qué es esto?

-¿Te apetecería compartir un picnic en la plaza? -propuso él con un tono de voz forzado, intentando ser irreconocible.

Bell parpadeó, desconcertada.
-Un... -articuló, mientras la idea tomaba forma en su mente.

Kai se puso de pie, sacudiendo el polvo de su ropa.
-Sí. Me he disfrazado así para pasar desapercibido. Ayer me di cuenta de que los rumores vuelan cuando me vieron con Blair.

Ver a Kai con aquel cabello era una visión extraña.
-¿No te resulta incómodo?

Kai jugueteó con un mechón de la peluca.
-No, para nada. Meadow me la prestó -dijo, restándole importancia al hecho de que era una peluca femenina.

Bell no pudo evitar sonreír ante la situación.
-¿De verdad quieres hacerlo?

Él asintió con entusiasmo infantil.
-Quiero atesorar los pequeños momentos que tengo aquí. No sé cuándo Evan volverá para arrebatarme el tiempo.

Bell, con una sonrisa que iluminaba su rostro, aceptó.
-Vamos entonces.

...

...

...

Juntos, se encaminaron hacia la plaza, donde la hierba verde y el cielo azul se convertían en cómplices de su encuentro clandestino. Se acomodaron sobre una manta a cuadros, rodeados de canastas llenas de frutas, panes y dulces.

Mientras saboreaban uvas y se dejaban llevar por la risa, Bell confesó:
-A mi madre le encantaba hacer este tipo de salidas. -Sus ojos se empañaron de melancolía.
Kai la observó, compartiendo su sentimiento.

-¿Fue una buena madre?

Bell levantó la vista al cielo, entrecerrando los ojos ante el resplandor del sol.
-No recuerdo mucho, mi infancia es como un sueño difuso... Solo tengo claros los momentos en que salía con ella, probablemente los más felices de mi vida.

-¿Desde qué edad tienes recuerdos?

Preguntó Kai, movido por la curiosidad.
Bell miró a una familia que jugaba cerca de ellos.
-Desde los ocho años, más o menos. Antes de eso, es como si no existiera nada.

Kai sintió una punzada de inquietud. No era común que alguien no recordara su niñez.
-¿Y tu padre?

-No puedo visualizar el rostro de mi padre, solo conservo fragmentos dispersos de él en mi memoria. Pero hay algo que sí recuerdo con claridad: un bate de béisbol.

Esa revelación perturbó al joven. Conmovido, tomó su mano.
-Estoy aquí para ti -prometió, y en ese instante, algo auténtico y profundo brotó entre ellos.

Ella le devolvió la sonrisa.
Kai la abrazó, pero su mirada se fijó en una figura familiar a lo lejos, junto a un árbol. Era Oliver, que de alguna manera los había seguido.
Inquieto, propuso retirarse.
-Creo que es hora de volver a casa.

Bell se mostró sorprendida, pero no indagó más.
-Está bien...

Se levantaron, recogieron sus pertenencias y se alejaron del lugar. Caminaban sin prisa.
-¿De qué hablasteis con Blair ayer?

La pregunta de Bell tomó por sorpresa a Kai, quien buscó evadir la respuesta, consciente de que Bell sabía que algo que Blair había dicho lo había hecho aparecer.
-Quería conversar.

Bell exhaló, intentando contener su ansiedad.
-Sí, me lo imagino, Kai -dijo con un deje de sarcasmo, arrancando una risa en el joven-. Solo quiero saber qué dijo para que te mostraras. Me inquieta.

Kai guardó silencio, debatiéndose entre la verdad y la omisión. Bell interpretó su silencio como molestia.
-No es que me preocupe que hayas venido, es decir, sí... Pero no de la manera que piensas. Me preocupa por ambos, no quiero que ni tú ni Evan estéis en situaciones de estrés. Espero que entiendas.

Kai se detuvo y se giró hacia ella, mirándola a los ojos.
-Entiendo tu preocupación, Bell, y no pienso mal de ti. Además... saber que te importo me tranquiliza -dijo, acariciando su cabello-. Nunca imaginé que me amarías.

Bell se sonrojó hasta las orejas.
-¿Y qué sucedió después? -cambió de tema.

Kai echó un vistazo detrás de ella; Oliver los seguía descaradamente, ya sin ocultarse.
Rodeó los hombros de Bell con su brazo izquierdo, guiándola y ocultándole la vista de su esposo.
Bell no sospechó nada.
-Al principio fue amable, hasta que mencionó tu nombre. Sabía que si hablaba así de ti, yo aparecería.

Bell frunció el ceño.
-¿Y después qué ocurrió?

Kai miró sobre su hombro; Oliver estaba más cerca que antes.
-Quería discutir algo que pasó hace años -dijeron al llegar al auto, donde Kai guardó rápidamente las cosas en el maletero y la ayudó a subir.

Ya en el coche, Kai arrancó y observó por el retrovisor a Oliver, inmóvil.
Tranquilizándose, continuó.
-La encontré teniendo relaciones con Tony.

Bell abrió los ojos, sorprendida.
-¡¿Cómo?!

Kai se aseguró de que nadie los siguiera.
-Sí. Yo pensaba que ella amaba a Evan, que sería feliz a pesar de mi existencia. Blair me respetaba, y eso era suficiente. Qué equivocado estaba.

Bell tragó saliva, aún asimilando lo escuchado.
-Por eso Tony alejó a Evan de la familia, ¿verdad?

El joven sonrió, orgulloso de la astucia de Bell.
-Sí, pero no solo por eso -su expresión se ensombreció al recordar-. Estrangulé a Blair y después incendié la oficina de Tony con él dentro.

Bell se quedó sin palabras, consciente del peligro que representaba Kai.
-Entiendo...

El silencio se apoderó de ambos; Bell procesaba la revelación, y Kai pensaba en Oliver.

Al llegar a casa, Bell se apresuró a descargar el maletero. Kai, sumido en sus pensamientos, planeaba cómo lidiar con el esposo de Bell.

Cuando vio que ella había terminado, se quitó la peluca y se acercó al umbral de la puerta.
-Bell -la llamó, y ella se giró-. ¿Sí?

Como era su costumbre, la besó sin previo aviso. Esta vez, ella rodeó su cuello con los brazos, intensificando el beso.
Pero en ese instante, Bell sintió un empujón.

Alarmada, vio a Kai tocándose los labios.
-Kai, ¿estás bien?

El joven la miró, furioso.
-¿Kai?

Bell sintió un mareo.
Evan emergió de las profundidades de Kai, tomando conciencia del momento compartido. La ira se dibujó en su rostro al darse cuenta de que Bell había besado a Kai.

 La ira se dibujó en su rostro al darse cuenta de que Bell había besado a Kai

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Two Faces (Evan Peters Y Kai Anderson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora