☆ CINCUENTA Y SIETE

5.4K 599 607
                                    

Minho observó como Jisung tomaba a gusto el jarabe de frutilla, sintiéndose un poco más aliviado porque el medicamento sí estaba haciendo efecto, al menos ya no tenía fiebre.

Sus ojitos aún estaban rojos y la tos lo interrumpía cuando quería contar algo, lo que le hacía preguntarse si en verdad estaba listo para ir a la escuela. Pero ya sabía con exactitud que él iría a pesar de tener cuarenta grados de fiebre, con la excusa de que tenía que entregar una tarea. No pudo terminar de escuchar porque la tos volvió, a pesar de que esta era menos leve que la de hace algunas horas, logró que una mueca de preocupación se instalara en su rostro. 

¿Qué diablos le había hecho Jisung?

—¿Seguro que quieres ir? —preguntó, mientras se acercaba a él para acorralarlo contra la mesada. Notó las mejillas rojas del menor y sonrió—. Me pondrás muy contento si decides faltar.

—Estoy bien, no hay necesidad de faltar...

Minho dudó de sus palabras, pero también dudó sobre acercarse y de dejar su rostro en la curvatura de su cuello, así poder descansar al menos cinco minutos mientras su olor le llenaba las fosas nasales y a la vez sentía que tan necesitado estaba de faltar a la escuela para quedarse con él y abrazarlo bajo las mantas. Hizo un ademán: levantó su mano para acariciar su mejilla pero enseguida la volvió a dejar sobre la mesada.

—No tenga miedo, hyung —dijo en un susurro.

—¿A qué le tendría miedo? —su ceño, a veces no le entendía.

—A decir o a hacer lo que siente. Tiene la libertad de hacerlo... eso sí, no haga cosas que lastime a las personas, pero tiene toda la libertad de hacer lo que su corazón quiera, no lo piense tanto. Mi psicóloga dijo que si yo no hago lo que siento, mi alma se entristece... La suya ya está bastante amargada, así que no tiene por qué entristecerse —giró su cabecita, mirando fijamente a Minho, esperando a que su risa aparezca. Y así fue, aunque fue una más leve de lo que esperaba, pero al menos sabía que no había metido la pata.

—No tengo miedo, solo que esto es muy nuevo para mí —confesó e hizo lo que quería hacer.

Pasó sus manos alrededor de la cintura ajena y enterró su rostro en la curvatura del cuello. Jisung sonrió y enredó sus brazos sobre la espalda de Lee, convirtiendo aquello en un lindo abrazo.

—No se cohíba, hyungcito.

Minho no asintió, pero dejó un pequeño beso sobre su clavícula y volvió acerrar sus ojos, esperando a que Jisung se olvidara que tenían que ir a la escuela.

—¡Llegaremos tarde! —deslizó sus manos hasta tocar los anchos hombros y así empujar a Lee suavemente. 

Al abrir sus ojos, se encontró con prácticamente nada, ya que Jisung salió corriendo, para agarrar su mochila mientras lo apuraba.

—Quién me mandó a estar loco por él —suspiró y resignado, tomó su bolso para salir de la casa. 

 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
━ 𝑰𝒏𝒇𝒂𝒏𝒕𝒊𝒍 ✧ 𝑴𝒊𝒏𝑺𝒖𝒏𝒈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora