☆ TRES

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Jisung estaba en su quinto suspiro silencioso, bueno no tan silencioso ya que Lee los podía oír. Aunque él iba unos pasos más atrás que él, notaba como iba con la cabeza gacha, ¿esas cosas ridículas que se puso le pesaban?

Lo observó un poco más y con detenimiento; pasó sus ojos por sus zapatillas rojas de niña mimada y luego por sus piernas, desde acá se notaban que eran suaves y pequeñas. Ese short de color rojo resaltaba un poco su trasero, pero enseguida apartó la vista de ahí y la colocó sobre el borde de la camiseta a rayas blancas y negras, que sobresalía del chaleco blanco, que también estaba ocultado por la mochila brillante en su espalda.

¿Qué tan inútil debe ser para vestirse así? ¿Acaso no tenía algún espejo en donde se viera como está vestido? Parece el día de los disfraces y él se disfrazó de un infante sin saber combinar el negro y el blanco.

¿Por qué no era alguien normal? Vestirse como las personas normales que saben que eso es parecerse a un payaso. ¿Por qué no se vestía de negro o algo así?

Apartó los ojos y los condujo hasta sus pies y sus botas negras. Sus ojos dolían de solo verlo, esto iba a hacer un calvario para Lee.

Iba a ser un sufrimiento inaguantable para él, como si estuviese condenado a sufrir.

Vio como Jisung se detuvo enfrente de una mansión. El menor se hizo a un lado para que Lee entrara, el cual lo hizo con su ceño fruncido. Al entrar por completo, Yuri se hizo presente con una gran sonrisa, la cual se intensificó al notar a la nueva y única persona -aparte de sus amigos-, que había traído su hijo.

—Mamá, él es mi... compañero de clase, Lee Minho —el mencionado, como era educado, hizo una reverencia ante la mayor—. Minho hyung, ella es mi madre, Yuri. Estaremos haciendo un trabajo en mi habitación, ¿puedes llevarnos el almuerzo allí?

—Claro que sí, Sunggie —sonrió por última vez y se metió a la cocina a preparar todo.

Lee miró a Jisung, ya que se había quedado quieto en el mismo lugar. Al encontrarse con sus ojos, el menor reaccionó enseguida, un poco nervioso por eso. Comenzó a subir lentamente las escaleras y llegó a su cuarto.

Al notar la palabra "Jisunggie" en madera, pintada de un leve rosa y lleno de brillos, levantó una ceja y sonrió burlón. Entró a la habitación y reprimió sus carcajadas.

Color.

Había color por todas partes, brillos, posters y hasta pegatinas en la pared o se las confundió con fotografías.

Mierda, si este niño sigue así, morirá virgen...

Lee fue hasta una repisa, en donde se encontraban más fotografías y reprimió aún más sus ganas de estallar en risas cuando notó que los marcos estaban pintados y decorados con garabatos extraños y stickers de animales, como en el caso de un patito, cuando se centró en la fotografía de un Jisung pequeño con sus mejillas ocupando el sesenta y cinco por ciento de su rostro. Miró la foto y luego a la persona que estaba a su lado, sacando de su mochila lo necesario.

Solo cambió su edad, luce como el mismo niño patético...

—Uhm... ¿quieres sentarte en el escritorio o en la cama?

—Donde sea, estoy bien —respondió con su voz seca.

Jisung solo asintió y dejó unos cuadernos encima de la mesa, para luego prender su computadora y conectarla a internet, debido a lo largo del trabajo, esto no se podía hacer solo con libros de la biblioteca.

Como vio que Han se sentó en la cama, él se dirigió a la silla del escritorio, centrándose en la gran pantalla y en la foto que tenía fondo; unos osos de colores con algo en la panza.

—¿Cuantos años tienes...? —preguntó el más alto de lo que quería. Jisung levantó su cabeza y luego sonrió.

—La misma que usted pero un año menos, ¿y usted, Minho hyung? —la mirada de Minho le hizo saber demasiado bien, que no fue una buena broma. Pero pasa justificarla, la aprendió de Felix, así que debía hacerlo algún día.

—La misma que tú pero un año mas —respondió siguiéndole el juego, por mas que haya sonado mas frio que el propio invierno—. ¿Qué tenemos que hacer?

—El trabajo es de biología, las plantas y sus organismos y los distintos reinos que predominan la naturaleza. El cuestionario tiene veinte preguntas, supongo que algunas las haremos aquí y para otras necesitaremos la información de los libros, además de las clases...

—¿Con tanto de esos, no tienes uno por aquí? —el menor negó con tristeza.

—No, lo siento —tomó la hoja con las preguntas y les hizo un pequeño corazoncito rojo a las cuales pueden responder hoy, sin la necesidad de una respuesta tan detallada como la información de los libros—. Pero yo puedo hacerlas, no es necesario que usted esté conmigo hasta el final. Quiero decir, podemos hacer estas cinco y yo hago las otras quince...

—Hablas mucho, ¿lo sabes? —Lee apartó su mano del mouse de la computadora—. Te dije que necesito la nota. La señorita Taeyeon es inteligente, se dará cuenta que lo hiciste tú, cerebrito.

—¿Cerebrito...?

—¿No lo eres? —preguntó el mayor, conectando por fin sus ojos—. La profesora me puso contigo porque necesito la nota para aprobar e ir a último año, supongo que sabes que repetí.

—Lo sé... pero no me considero cerebrito, solo que tengo buenas notas porque yo si soy... — Jisung abrió en grande su boca para luego taparla—. Lo siento, nunca quise decir que tú no eres...

—Ya déjalo ahí, niño, no me has herido.

Lee le sacó el papel de las manos para ver las preguntas. Notó los corazoncitos rojos y no pudo pensar en otra cosa que en lo ridículo que era.

"¿Qué clase de organismo son las plantas?"

Fácil.

Minho comenzó a buscar el circulito de Google, que anteriormente, la pagina estaba ya abierta, pero él la había cerrado porque le había llamado la atención el fondo de pantalla. No podía encontrarlo.

—¿Donde está el coso de Google? —preguntó con su tono serio. Jisung largó una risita.

—Déjame a mi ese lugar —sonrió de oreja a oreja.

Ambos se levantaron de sus asientos, siendo conscientes del poco espacio que quedaba desde la cama hasta el escritorio. Siendo conscientes de que Jisung estaba a centímetros del pecho de Lee, quien lo miraba desde arriba con un semblante serio. El rostro del menor se coloreó enseguida de un rojo intenso, que hizo resaltar la pegatina de estrellita que tenía en su pómulo. Con algo de timidez, Han levantó la cabeza y se encontró con los oscuros ojos de su hyung.

Sin embargo, había encontrado un brillo en particular, uno que lo cautivó y lo hizo sonreír.

━ 𝑰𝒏𝒇𝒂𝒏𝒕𝒊𝒍 ✧ 𝑴𝒊𝒏𝑺𝒖𝒏𝒈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora