☆ SETENTA Y DOS

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Minho dejó un pequeño beso en los labios del menor, acariciando luego con su nariz la mejilla sonrojada. Y entonces escuchó su celular sonar, interrumpiendo el momento maravilloso que estaba viviendo. Miró la pantalla y el nombre de la persona que estaba llamando. Frunció su ceño, totalmente confundido. 

—Iré al patio, y tú, bebé, cámbiate de ropa, ¿sí? No quiero que salgas con el trasero mojado —dejó un casto beso y se retiró de la cocina. 

—No está... —llevó sus manos hacia su trasero y comprobó lo que había dicho Minho—. Oh, sí está mojado. 

Y salió corriendo hacia su habitación. Por otra parte, Minho, se instaló debajo de un árbol y prendió un cigarrillo antes de ponerse el celular en su oído y así escuchar lo que la persona que le llamaba tenía para decir. 

—Hola, Minho. Lamento que te llame tan repentinamente, tampoco sé sitienes mi número. Jisung me dio el tuyo por si te lo preguntas...Largó el humo, junto a un suspiro de alivio; era Yuri. 

—Hola, ¿cómo está, señora Han? ¿Sucede algo? ¿Quiere hablar con Jisung? 

—No, no, con él ya hablé en la mañana. Te llamo a ti para pedirte unfavor. 

—Ya veo, ¿qué necesita? 

—No sé si Jisung te ha contado, pero cada tres meses hacemos exámenes de rutina... son unos cuantos. Es solamente para saber cómo está, no hay nada más, pero es pedido de los doctores. 

Hubo una pausa y pudo sentir que la mujer estaba buscando las palabras con las cuales contarle. Volvió a largar el humo, sin poder negar que algo le asustaba. 

—Estoy realmente complicada con mi trabajo, y no podré llegar a tiempo para ir con él. Se lo comenté en la mañana y le dije que te avisara, pero lo conozco, y él odia estás cosas. 

—Pues... No me contó nada... 

—Lo supuse. Odia estas cosas, es muy difícil para él, ¿tú puedes hacerme el favor de convencerlo de hacer los exámenes? Te mandaré una lista con lo que debes hacer. Minho, créeme que si no estuviese demasiado complicada, no te pediría esto. 

—Señora Han, no hay problema, puedo hacerme cargo. 

—Te lo agradezco, muchísimo. Por último, si llega a hacer algún berrinche, por favor, me llamas, ¿sí? Y luego de los resultados, ¿puedes avisarme? 

—Claro que sí, la mantendré al tanto. ¿Hay algo más que deba saber? 

—Oh... Pues... Se resistirá un poco, pero convéncelo con algo que le guste. Suena cruel, pero es lo único que me funciona a mi. 

Minho rió, esperando poder arreglárselas para convencerlo. Cortó la llamada, al igual que terminó el cigarrillo, con un sabor más amargo del que estaba acostumbrado. Entró y fue directo a la habitación, para poder lavarse los dientes y que Jisung no me impida ningún besito. O besote, quién sabe. 

—¿Otra vez fumó? —Minho dio un salto del susto. 

—Ah, Jisung, bebé, avísame que vas a aparecer así —llevó una mano a su corazón, para ver si podía calmarlo. 

Pero el hecho de que Jisung también dejó su manito sobre su pecho, tratando de que los latidos del mayor se relajen, solo logró que se alterara aún más. 

—No quería asustarlo... ¿cómo calmo su corazoncito? 

—Déjalo, ya estoy acostumbrado. Tú provocas esto, ¿me explico? 

—No lo asustaré más, hyungcito, lo prometo. 

Minho sacó la mano de su pecho para enlazar sus dedos y unió sus labios en un dulce beso. La mezcla entre los dulces de sandía y la menta no era muy buena, pero al menos estaba disfrutando del beso. 

━ 𝑰𝒏𝒇𝒂𝒏𝒕𝒊𝒍 ✧ 𝑴𝒊𝒏𝑺𝒖𝒏𝒈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora