☆ VEINTIOCHO

4.7K 664 115
                                    

Su cara estaba totalmente fría y la piel de su cuello estaba erizada, hasta podía doler. Podía ver perfectamente que eran las cinco de la mañana por el reloj digital de números rojos y grandes, el sueño parecía no querer volver y eso lo estaba abrumando.

El malhumor estaba a la vuelta de la esquina y no sabía como quitarlo. Siempre que pasaba aquello se disponía de ver algunos videos de deporte, alguna serie aburrida, hasta policiales, pero su celular estaba en el colchón de abajo y no quería moverse. No solo no quería moverse porque debajo de las mantas está tan bien abrigado que cualquier movimiento en el exterior lo haría prácticamente temblar, sino que movería a Jisung y se despertaría, por ende, lo tendría que soportar desde muy temprano y eso no sería muy bueno para su humor.

O eso era el pensamiento que quería aceptar y no el hecho que lo estuvo observando desde que se levantó porque sintió que algo temblaba entre sus brazos, y que lo único que hizo desde ese entonces, fue abrazarlo fuertemente para que ya no tuviera frío. Era un hecho que no aceptaría, al menos no por ahora.

Sacó una de sus manos que se situaba en la cintura ajena y la colocó sobre su mejilla. Con su dedo índice, recorrió todo lo que podía, suavemente, y fue por ello que le causó cosquillas y lo vió fruncir su ceño entre sueños. Siguió su recorrido, observando su rostro completo, este estaba rojo debido al calor que ahora recorría todo su cuerpo. Al menos había hecho algo bien desde que se conocieron.

Mordió ligeramente su labio inferior, castigándose ante el pensamiento tan ridículo. Siguió acariciando su rostro y esta vez le apartó unos mechoncitos que caían sobre sus ojos, se dio cuenta de sus pestañas largas y arqueadas, imposible de no acariciar. Bajó su dedo índice por su nariz, notando lo pequeña y perfecta que era. Y luego estaban sus labios, que desde que los probó, no pudo quitárselos de la cabeza. Ya los había acariciado con su propia boca, ¿pero por qué se sentía tan distinto cuando los tocaba con sus dedos?

Minho tragó saliva, atónito ante todo lo que pensaba, confundido por cada pregunta que se hacía internamente. Guardó su mano de nuevo, ésta estaba tan fría que decidió llevarla al bolsillo de su pantalón deportivo, ya que si la ponía en la cintura, como lo estaba antes, probablemente le causaría algo de frío y no quería que eso sucediera. Sus ojos no se apartaban del menor y eso le estaba molestando un poco, sin embargo, muy en sus adentros, lo estaba disfrutando, jamás lo vio tan callado y tranquilo. Sonrió ante lo que se dijo a sí mismo, pero la sonrisa se esfumó cuando escuchó un espasmo salir de los labios ajenos, recordando automáticamente lo que pasó hace unas horas. Quería despertarlo, sin importarle las quejas que obtendría, quería hacerlo para preguntarle que era aquello que no sabía, pero el cuerpito se acomodó, pasando uno de sus brazos por la cintura de Minho y apoyándose aún más sobre el pecho ajeno.

—Han... Jisung... ¿Qué me estás haciendo?

━ 𝑰𝒏𝒇𝒂𝒏𝒕𝒊𝒍 ✧ 𝑴𝒊𝒏𝑺𝒖𝒏𝒈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora