A Minho le parecía chistoso, como Jisung hacía un pucherito con sus labios mientras estaba por el quinto sueño.
¿Qué era lo que estaba soñando? Porque balbuceaba cosas que no entendía, pero que lograba hacerlo reir. Notó como se revolvía entre las sábanas, solo esperaba que no fueran pesadillas.
—Mmh... dulces... —balbuceó el menor.
Minho estalló en carcajadas, logrando que Jisung se asustara y que se despertara con un semblante totalmente perdido, mientras se refregaba un ojo.
—Ah, mierda, lo siento. Vuelve a dormir, no pasó nada —dijo, tratando de sonar calmado y lo más cálido posible.
Jisung le hizo caso y no objetó, ya que ni bien cerró los ojos, entró al país delos sueños nuevamente. Apoyó su cabeza en el pecho de Lee, pero luego de unos minutos, se subió a él, como si fuese una cama.
Se siente seguro. Recordó el mayor, queriendo saber qué diablos soñaba, pero era reemplazado por la alegría de saber qué él era un lugar seguro para alguien como Jisung.
Le acarició el cabello y le dejó un beso en la frente, esperando que todo en su cabecita estuviese bien, y que solo los dulces invadieran sus sueños.
Y cómo nunca pensó, el cansancio en el punto límite, alcanzó su cuerpo, logrando que sus ojos se cerraran por completo.
Jisung abrió sus ojitos, sorprendiéndose de que afuera aún esté oscuro. Cuando notó que eran las cuatro y treinta de la madrugada, se sorprendió. Jamás le pasaban estas cosas, pero, podía decir que era la segunda vez que se despertaba de la nada.
Observó que Minho estaba durmiendo plácidamente y sonrió, al fin estaba descansando. Lentamente se levantó, tomó su celular, junto a unos cuadernos y lápices, y bajó las escaleras. Dejo las cosas en la mesita ratona y prendió la televisión, colocándola a un bajo volumen. Agradeció que haya una manta con la cual envolverse, pues no sabía como encender la calefacción, ya que no tenían una eléctrica.
Fue hasta la cocina y se preparó un té, pensó seriamente en preparar una chocolatada, pero sabía muy bien que luego le dolería la pancita, así que obligadamente se dijo que no. Una vez preparado el té, se envolvió con las mantas y se sentó en el suelo, no sin un almohadón, y comenzó a pintar un dibujito que comenzó en su hora libre en la escuela.
Lo debía terminar lo antes posible para dárselo a su hyungcito, ya habían pasado muchos días en el que no le regalaba nada. El dibujo debía ser sorpresa, pues era su segunda cita, en la playa, sentados en la arena, mientras miraban el atardecer, definitivamente era un precioso dibujo.
Por otro lado, Minho comenzó a tantear el colchón sin poder encontrar a Jisung, abrió pesadamente sus ojos, notando que no estaba por ningún lado. Tomó su celular y observó la hora, si Jisung seguía despierto probablemente se dormiría en clases. Se levantó de la cama y al salir de la habitación, las luces de abajo estaban prendidas, solo esperaba que el niño se encontrará allí.
Bajó lentamente las escaleras, tratando de no dar un paso en falso y caerse. Cuando pisó la madera del suelo, pudo notar como Jisung estaba envuelto en una manta y en como pintaba algún dibujito. Fue lo más lindo y tierno que vio.
No, mentira. Siendo Jisung, todo era lindo y tierno de ver.
Se acercó a él y dejo un beso en la cabeza, luego se colocó en cuclillas.
—¿Qué haces despierto a esta hora, eh?
Jisung abrió en grande sus ojos por el susto que le causó escuchar aquello y tapó el dibujito sorpresa que le estaba haciendo.
—¡No! ¡Arruino mis planes! —exclamó sin gritar, un poco triste, esperando a que Minho no haya espiado antes de llamarlo.
—¿Qué planes? —preguntó, tratando de ver algo, pero no pudo ya que Jisung lo tapaba muy bien.
—¡Estaba pintando algo para... —Jisung trató de explicarle, pero al ver el rostro de Minho, se sorprendió—. Hyungcito, su carita... ¿se durmió, verdad? Porque su cara dice eso, ¡vuelva a dormir! ¡Usted puede!
El rubio comenzó a apartar los mechones que invadían su rostro y acarició el mismo.
—¿De qué hablas, Jisung? —estaba tan dormido que aún no podía retener las palabras del menor, sumándole que hablaba rápido y fuerte, así que no pudo comprender.
—Si se durmió una vez, puede lograrlo de nuevo. Vayamos a la cama, hyung... ¿me puede llevar? El piso está frio y no traje mis zapatos... —Minho abrió engrande sus ojos, ahora sí pudo comprender—. ¡No! ¡No los abra mucho! Que se puede desvelar, y usted tiene que dormir profundamente hasta mañana.
—Bebé...
—¿Tiene problemas para dormir, no? ¿Quiere que le haga mimitos hasta que se duerma? Porque no tengo problema, va a ser difícil por mi rutina, pero estoy aprendiendo a controlar mis ataques, así que...
—Bebé, no tienes por qué preocuparte por mi. Vamos a la...
—Hyungcito —colocó sus manitos en su rostro, tratando de hacerle caricias—. Usted se preocupa por mi, ¿por qué yo no puedo hacerlo? Quiero que esté bien, sano y con mucha energía para hacer angelitos en la nieve mañana.
Su voz sonó decidida y calmada, tanto que hizo derretir el corazón de Minho, quien asintió. Jisung se abalanzó sobre él para abrazarlo, siendo correspondido enseguida por el mayor. Y mientras cargaba a su niño para ir a la habitación supo que él era mucho más inteligente de lo que parecía ser.
Porque sin decir absolutamente nada, Jisung sabía absolutamente todo.
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━ 𝑰𝒏𝒇𝒂𝒏𝒕𝒊𝒍 ✧ 𝑴𝒊𝒏𝑺𝒖𝒏𝒈
Random-Minho hyung, ¿le gustan mis orejitas? -preguntó señalando la diadema en su cabeza. -No, te ves jodidamente infantil -espetó. Donde Jisung tiene una personalidad muy única, por no decir de niño, debido a un trauma en su infancia. Y en donde Minho es...