Jisung caminaba felizmente por los pasillos de la escuela, este se dirigía a su casillero, no solo para encontrarse con sus amigos, sino para buscar un libro que necesitaba para su clase de artes. Según la profesora, ésta vez harían origami y Jisung estaba más que entusiasmado. Quería hacer un patito, pues su madre volvía de viaje mañana en la mañana y quería recibirla con un lindo desayuno. Aunque lo malo era que, si desayunaban juntos, le tocaría una charla larguísima de negocios y él no entendia nada de eso.
Era como un desahogo para su madre. A veces trataba de no criticar el trabajo desprolijo de los demás, pero se dejaba ganar por la molestia que le causaba, convirtiendo al rubio en una clase de psicólogo.
Claro que después venía la mejor parte: ambos salían por la tarde, a merendar o al centro comercial, hasta a veces iban al cine, pero esta vez, no había pelicula que le llame la atención, a ninguno de los dos, ya que compartían un gusto similar por las películas animadas. Jisung amaba ir de compras, más con su madre, siempre lo consentía en todo, pero él también se controlaba en emocionarse por cosas mínimas, ya que no quería que gastara tanto, pero en verdad quería ese peluche que vió la semana pasada!
Se veía bonito, blandito y suavecito, ¡lo quiera abrazar y jamás soltarlo! Sin embargo, lo dificil sería convencerla. En fin, solo debía esperar hasta mañana y ver si aceptaba o no, aunque él sabía que sería dificil fingir una expresión que daba igual si no aceptaba.
Notó a lo lejos que sus dos amigos venían entre risas y no tardó en sonreir igual cuando se acercaron. En cuanto sus ojos se toparon con los de Jeongin, no pudo evitar alzar su cejas, recordando que él tenía algo importante que decir.
—¿Y bien? —trató de apurarlo, mientras sacaba un libro con las instrucciones de origami, además de un par de hojas de colores.
—¿Buenos días primero, no?
—Ni tú sabes decir eso, suelta ya —pidió Felix, viendo de reojo como Changbin hablaba con una chica.
Cómo lo estuvo haciendo toda la semana.
—Hyunnie y yo... —susurró para que nadie más escuche—. C-Creo que estamos saliendo.
—¿Cómo que crees? —Felix abrió en grande sus ojos, esperando a que lo que dijo sea una broma.
Lo que le faltaba: no solo Jisung estaba enamorado de Minho y éste no aclaraba sus sentimientos, sino que ahora su hermano caiga ante el estúpido de Hwang, sin tener una confesión clara.
—Es que no me lo pidió... me compró dulces y luego dijo que sabían mejor si venían de mi boca... eso fue muy confuso.
—¿Comparten fetiches con bocas o qué? —se quejó Felix, preguntando directamente a Jisung, quién se colocó rojo completamente—. Mira, alguien sabe la respuesta —aventuró—. Falta que venga Changbin y me diga que me quiere arrancar los labios de un beso.
Ambos chicos iban a reir, pero cuando vieron una silueta conocida, palidecieron.
—¿Por qué te arrancaría los labios de un beso? —preguntó confundido—. Pensé que eso lo haría Yohan.
Felix abrió los ojos en grande, no solo por la voz grave que lo asustó, sino por la mención de aquel nombre lo descolocó. Así que se dio la vuelta y puso su mano sobre la boca ajena, para callarlo.
—¿Estás loco? ¿Tampoco conoces el silencio? —preguntó asustado por si alguien escuchó aquello—. Idiota.
—Responde lo que te pregunté —ordenó, mientras retiraba la mano de su rostro.
—Solo fue un ejemplo... primero Minho, luego Hyunjin... faltas tú y ya hay un combo.
—¿Combo de qué? —preguntó aún más confundido.
—Nada, no importa —desvió la vista y la posó sobre la chica con la que Changbin estaba hablando, notando como los ojos celestes artificiales se posaban sobre ellos dos—. Dejaste sola a tu novia —espeto, a lo que Seo elevó sus cejas.
—No es mi novia por si eso te carcome la cabeza —,bromeó, pero en parte desearía que eso fuera así.
—Quisieras, Seo —espetó, volviendo la vista hacia el mayor—. ¿No vas?
—¿Quieres que vaya?
Jeongin y Jisung no supieron cómo reaccionar, por ende, ante la segunda palabra que había dicho Seo al llegar, ya se habían ido del lugar. Pero los baños estaban cerca y podían escuchar claramente lo que pasaba con solo asomar la cabecita.
—¿Y Yohan?
—Pues... vivito y coleando, supongo —desvió la vista nuevamente, no soportaba la sonrisa de lado que ahora estaba en su rostro.
—¿Por qué supones?
—Porque... No sé.
El nerviosismo había llegado a su cuerpo, este se presentaba de forma inquieta, por ende. Felix no podía mantener sus pies quietos, o balanceaba su cuerpo de un lado a otro
Changbin notó aquello, ademas que el salón de vacio estaba totalmente vacío. Tomo la muñeca del menor y lo encaminó allí. Al entrar, cerró la puerta detrás de si y deja su mochila en el suelo, corrió hacia el otro chico y lo estampó contra la pared, apoyando sus manos a los costados de su cabeza para que no pueda irse.
—¿Qué hizo?
Nuevamente, aquella pregunta lo descolocó. Yohan era un buen tipo, cariñoso y atento, pero llegó el día en el que se dio cuenta que no sentía nada por él.
—No hizo nada malo. Yo corté todo lo que tenía con él porque... p-porque... —su voz comenzó a quebrarse.
La mirada de Changbin puesta en él y el cuerpo encima suyo, lo dejaba más pequeño y frágil de lo que ya era. Más el nervisosimo corriendo por todo su cuerpo ocasionaba que no pueda hablar correctamente.
Y estaba a punto de cometer una locura.
Trago saliva, llevando cinsigo todas las palabras que iba a soltar, sintiendo como las lágrimas caían por sus mejillas. Levantó la vista para fijarla sobre los ojos del mayor, notando una expresión de confusión y a la vez de preocupación. A pesar de aquellas expresiones, sus ojos eran tan bonitos, pero había algo que le llamaba la atención: sus labios. Así que no tardó en pegar su boca con la ajena, para dejar un pequeño beso, logrando que su corazón explote de emoción, pero a la vez de tristeza.
—N-No podía seguir con él... porque me gustas tú —agachó su cabeza una vez más, notando como la gotas de lágrimas caían y chocaban con sus zapatillas rojas—. Y entiendo...e en serio entiendo si es que yo no te gusto, solo... solo no podía aguantar más lo que siento por ti. Cada vez que te veo hablar con ella, se me parte el corazón y no quiero llorar más.
Seo bajó los brazos, totalmente sorprendido ante la confesión. No podía creer que esto estuviese pasando.
—Y ahora tenemos que terminar un trabajo que... que seguro será incómodo... pero, pero si quiere puedo terminarlo yo y...
Seo sonrió, sin poder aguantar las tontas palabras que estaba diciendo, así que tomó su barbilla y a alzó, para luego estampar sus labios y dejar un suave beso. Hasta que sus dientes atraparon con fuerza uno de los belfos.
—¡Auch!
—Lo siento, pensé que querías que te arranque los labios de un beso —rió, pero se ganó un golpe en el estómago por parte del menor.
—¡No lo decía tan literal!
—Ven acá —Seo tiró de la cintura ajena, provocando así, un abrazo tan esperado por ambos.
Changbin sabía, aquella sonrisa que tenía en el rostro, nadie podría arrebatársela.
ESTÁS LEYENDO
━ 𝑰𝒏𝒇𝒂𝒏𝒕𝒊𝒍 ✧ 𝑴𝒊𝒏𝑺𝒖𝒏𝒈
De Todo-Minho hyung, ¿le gustan mis orejitas? -preguntó señalando la diadema en su cabeza. -No, te ves jodidamente infantil -espetó. Donde Jisung tiene una personalidad muy única, por no decir de niño, debido a un trauma en su infancia. Y en donde Minho es...