☆ DIECIOCHO

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La llovizna se hacía cada vez más intensa, y en cualquier momento, la lluvia fuerte y descontrolada aparecería. Podría estar en casa, durmiendo o viendo alguna estupidez en la televisión, pero estaba caminando por las calles mojadas de Seúl, persiguiendo a un niño que quién sabe a donde iba.

Claramente se arrepintió de hacerlo en cuanto lo vio saltar en los charcos ensuciándose su colorida y ridícula ropa. Podría darse la vuelta ahora mismo, irse y dejarlo solo, pero el lugar al que entró le llamó demasiado la atención.

Sinceramente pensó que se encontraría con algún vendedor de drogas, tanta energía no podría venir de un simple desayuno de yogurt y cereales o una simple chocolatada, incluso de un té. Estaba equivocado: no se había encontrado con una persona, o estaba esperando en algún callejón, o lugar oscuro y vacío para comprar, o esperar a que le roben todo lo que tiene por dar un simple paseo.

Había entrado a un cementerio.

Minho odiaba aquellos lugares. No tenia algún familiar muerto o algo así, solo odiaba la vibra que daba, y mucho más por las sinfines películas en donde un cementerio siempre era protagonismo para cosas diabólicas. Pensó en que Jisung se encontraría a un grupo de ineptos para jugar a la ouija, pero nuevamente, estaba equivocado.

Vio como el rubio se retiró la capucha mientras iba frenando lentamente al lado de una tumba. Él, por su cuenta, se puso detrás de un árbol con vista perfecta a lo que estaba haciendo Han. Notó como el menor abría su mochila y sacaba una carpeta azul que pudo reconocerla. La vio aquel día que fue a su casa y varios dibujos estaban esparcidos por la mesa. Frunció su ceño, sin poder entender.

Por otro lado, Jisung sentía su corazoncito palpitar desesperadamente. Abrió su carpeta azul y le mostró su dibujito, entonces habló:

—Este lo pinté en una pijamada junto a Félix y Jeongin —mostró un papel donde un lindo paisaje se hayaba, claramente sacado de internet. Y esta princesita la pinté antes de ponerme un poquito triste por Minho... —cerró la carpeta y su voz sonó un poco triste. No sé porqué me trata así... a veces es bueno, a veces se ríe de mí. Es lindo conmigo y otras veces es frío y malo. Dice cosas que me hacen querer más, pero también dice cositas que me dan miedo. ¿Sabes, papá? Él me dio mi primer beso... fue especial porque fue parecido a uno de esos dramas que te he platicado. Aún siento sus labios sobre los míos después de... de lo del otro día en el aula, ¿eso está mal? Creo que mi corazón esta empezando a quererlo, así como el testarudo y malhumorado que es. ¿Eso está mal?

Jisung bajó su cabeza y sus labios formaron un puchero, dándose cuenta que su padre no podía responderle. Largó un extenso suspiro y vio que las gotas se intensificaban.

—Creo que no podré quedarme más tiempo contigo como quisiera. Prometo que el próximo mes vendré con una sonrisa, supongo que es el día... Trataré de ver nuevos dramas así puedo hablarte de ellos y de sus protagonistas. Adiós, papá y no le cuentes de esta visita a mamá, ¿sí? —y sin darse cuenta, un par de lágrimas escaparon de sus ojitos.

Llevó su mano hacía su boca para dejar un beso allí y luego posar la misma sobre la lápida, justo en dónde el nombre de su padre estaba plasmado.

Guardó correctamente sus pertenencias y colocó su capucha sobre su dorado cabello. Se puso de pie y comenzó a marchar por el mismo camino por el que había llegado, pero alguien escondido detrás de un árbol a pocos metros, le llamó la atención.

Camino hacía esa persona, y cuanto más se acercaba, más abría sus ojitos en señal de sorpresa.

—¿Hyung, qué hace aquí? ¿También viene a visitar a un familiar?

Minho se removió de su lugar y se colocó en uno más cómodo, cortando un poco la distancia que tenía con el menor.

—No, todos están vivos.

—¿Entonces...? No creo que sea un buen lugar para traer a... t-tu novia —susurró lo último.

—No tengo novia, pierdo el tiempo con eso.

Los labios bañados del labial sabor a sandia formaron una "o", aún más sorprendido, mientras que su pie derecho no se quedaba quieto y movía un pequeño montón de hojas de un lado a otro. Mientras que sus manitos estaban unidas detrás de su espalda y sus dedos jugueteaban entre sí.

—Pensé que lo era... era la misma chica que estaba besando el otro día y la misma que le sonrió cuando yo... cuando yo lo estaba viendo —Minho no respondió, solo se quedo observando como el rostro del menor miraba hacia abajo y en como las marcas de las lágrimas secas se notaban por que había corrido un poco del maquillaje—. Aparte que me besó muchas veces y la infidelidad es mala..

—¿A qué viene eso?

—A nada, solo... solo decía olvídalo. Adiós, hyung.

Jisung amagó a dar un paso, pero Lee lo detuvo tomando su brazo suavemente.

No pienses que te irás solo.

━ 𝑰𝒏𝒇𝒂𝒏𝒕𝒊𝒍 ✧ 𝑴𝒊𝒏𝑺𝒖𝒏𝒈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora