Minho colgó la llamada y sintió como su mundo se dio vuelta. Dejó el celular sobre la mesa ratona, eran las ocho en punto de la mañana cuando chequeó el reloj.
Largó un suspiro, sin entender la información que había recibido por la línea, de la propia boca de su madre. Se levantó del sofá y fue a la cocina, debía preparar el desayuno, no faltaba mucho para que el menor despertara, además de que quería prepararlo para darle una sorpresa, aunque era cosa de casi todos los días, o al menos, en los que se quedaba allí.
Todo había terminado. El monstruo debajo de la cama ya no estaba. Su insomnio podría convertirse en un lindo sueño, no despertaría a causa de gritos por el miedo, o por el ruido de botellas cayendo al suelo.
Era libre.
Las ganas de llorar se hicieron presentes pero las contuvo, no quería llorar enfrente de Jisung ahora que estaba por ingresar a la habitación. Cerró la puerta detrás de sí y pudo morir felizmente allí, al observar al rubio sentado, restregando sus dedos sobre sus ojos. Se acercó lentamente para no volcar el té y dejó la bandeja sobre la mesa de noche, luego, solo se sentó sobre el colchón con una sonrisa, y con el propósito de acomodarle el cuello de la camiseta, ya que una de sus clavículas estaba descubierta.
—Buen día, hyungcito —susurró, su voz apenas salía—. Le dije ayer que había que despertar juntitos, ¿por qué se fue?
—Solo fui a atender una llamada, y aproveché para hacer el desayuno —el menor lo pensó, para terminar asintiendo
—Está bien, está perdonado —dijo con un pucherito, para luego estirar su cuerpo.
Cuando notó que era suficiente, se acercó a Minho y lo abrazó, no sin antes dejar un beso en su mejilla.
—Hyungcito —llamó, separándose de repente—. No hice la tarea.
Se tapó el rostro por vergüenza, era la primera vez que no hacia la tarea en su horario, y lo peor era que los sábados no hacía tarea, así que debía esperar al lunes para finalizarla.
—Soy irresponsable... ¡ya le dije que no me pegue su irresponsabilidad!
—Ey, enano, no fui yo quien dijo de ir al parque a ver animales para contarlos y llegar a un número par.
Jisung rascó su cabecita, confundido. O sea, sí le dijo, para tomar aire y ver preciosos y tiernos animalitos, pero era innegable, que el irresponsable era Minho.
—Bueno... si lo vemos así... —apartó la vista, abultando sus labios en un lindo puchero que Lee no tardó en besar.
—Habrá tiempo para hacer esa tarea, no te preocupes. Hoy podemos, en el horario de siempre para que no haya problemas.
—Es que... quería salir... pero en vez de perritos, gatitos —lo volvió a mirar, observando como el mayor le entregaba la taza de té, el cual le dio un sorbo, estaba delicioso.
—Gatitos serán —afirmó con una sonrisa.
Iba a decir algo, es más, abrió su boca para soltar las simples palabras, "mi padre está en la cárcel" pero las mismas se volvieron un nudo y se quedaron atascadas allí, sin poder salir de su garganta. Sin embargo, para mostrar su descontento, no tuvo ningún problema.
—Es muy temprano para que pongas Kango.
—Ay, hyungcito, espero algún día puedas decir su nombre sin estar celoso.
—No estoy celoso, solo que es muy temprano para verlo semi desnudo.
—¡Qué no está desnudo! Solo se coloca esas camisetas sin mangas, haciendo que los músculos de sus brazos reluzcan —Minho pudo notar como Jisung hablaba con sus ojos puestos en la televisión, como si estuviera enamorado. Tomó el control remoto y la apagó.
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━ 𝑰𝒏𝒇𝒂𝒏𝒕𝒊𝒍 ✧ 𝑴𝒊𝒏𝑺𝒖𝒏𝒈
Acak-Minho hyung, ¿le gustan mis orejitas? -preguntó señalando la diadema en su cabeza. -No, te ves jodidamente infantil -espetó. Donde Jisung tiene una personalidad muy única, por no decir de niño, debido a un trauma en su infancia. Y en donde Minho es...