☆ CIENTO TREINTA Y CINCO

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Ya habían visto como cincuenta películas de lo mismo: felicidad, música, traiciones, y sobre todo, malas actuaciones. No sabia por donde escapar de aquel sufrimiento, y lo peor, lo que le caía mal, es que Jisung si las disfrutaba.

¿Realmente debían terminar las películas que no alcanzaron a ver ayer? Minho solo estaba preocupado porque no había escuchado los estornudos luego del orgasmo de Jisung.

Pero él ponía aquellos ojitos de gatito al ver las escenas musicales y en donde los protagonistas decían amarse... y no podía decirle que se quería ir porque no podía mas de la vergüenza ajena que le producía algunas cosas. Sin embargo, ahí estaba, al menos podía cerrar sus ojos y no ver absolutamente nada, aunque aún lo escuchaba y eso lo condenaba a recordar el audio por el resto de su vida.

—Hyungcito, ¿tiene sueño? —preguntó Jisung cuando lo vio con los ojos cerrados.

Minho se sintió el peor novio del mundo, pero terminó asintiendo.

—Igual, tú te puedes quedar aquí y en cuanto termine, subes a la habitación, ¿sí, bebé?

—No... de hecho iré contigo, también tengo sueño...

Ambos se despidieron de todos y fueron hasta la habitación. El menor se encerró en el baño para comenzar su rutina y Minho simplemente se tiró en la cama luego de cepillarse los dientes, sin una gota de sueño, a penas eran las nueve y treinta de la noche. Sin embargo, no le gustaba mentirle a Jisung, aunque fuese algo pequeño, se sentía como ocultarle algo sumamente grave.

Así que abrió la puerta del baño y se metió adentro, logrando un gran susto en el menor.

—Te mentí —fue lo primero que dijo.

Jisung bajó el pote de crema que se estaba por poner, y lo miró por el espejo, hasta que procesó lo que dijo, por ende, se dio la vuelta.

—¿Qué cosa? —su corazón comenzó a palpitar, esperaba que no sea lo estaba pensando.

Minho colocó sus manos sobre los hombros ajenos, impidiendo que se mueva. Lo miró directo a esos ojitos totalmente cansados.

—Te mentí... no tengo sueño, es que no me gustaron esas películas y no quería decírtelo tan así, porque a ti te gustan y no quería sonar tan... grosero, supongo, no lo sé. Pero te mentí con que tenia sueño, solo cerraba mis ojos para no poder ver, y cuando tú dijiste eso, solo dije que sí para salir corriendo. Lo siento.

Jisung se quedó procesando las rápidas palabras que salieron de su boca en un par de segundos, y cuando fue así, rompió en carcajadas.

—Ay, hyungcito —llamó, agarrándose la panza porque llego a dolerle. Minho aún se mantenía un poco confuso por todo—. Está bien, no hacia falta mentir... puede decirme lo que le gusta y lo que no, no siempre vamos a tener los mismos gustos del otro, solo debemos respetarnos.

—¿No estás enojado?

Jisung se sacó la diadema de tela que tenia en su cabeza para que los cabellos no le molestaran en la cara, y le sonrió, negando.

—Claro que no, porque a pesar de que no le gustaba, siguió mirando, y cuando tuvo oportunidad de escapar, dijo que me quede, no que cambiemos de película... o empezar a insultar... o... cosas así, no lo sé. No estoy enojado, también creo que dramatizó un poco lo que pasó...

—Quién será el niño que me hizo ver un montón de dramas... —musitó, logrando en Jisung una expresión de confusión.

—¿Quién? —preguntó, ladeando su cabecita, sintiendo como sus ojos se cerraban por si solos por el sueño.

━ 𝑰𝒏𝒇𝒂𝒏𝒕𝒊𝒍 ✧ 𝑴𝒊𝒏𝑺𝒖𝒏𝒈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora