Capitulo 7: Ángel
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Las constantes hordas de espíritus malditos se liberaban contra Tsubaki Gojo, siendo detenidos al chocar con su técnica del Ilimitado mientras ella caminaba despreocupada por el exterior de la sede de Tokio del Jujutsu, ubicada entre las montañas, en dirección a la cámara de aislamiento oculta en el bosque.
Aquellos que eran retenidos para ser ejecutados eran sentenciados a una cámara de aislamiento donde las paredes estaban completamente cubiertas de talismanes. Tanto Tsubaki como otros hechiceros se encargaban de acabar con los sentenciados para una ejecución secreta.
Con paso lento, la albina exterminaba en segundos a los espíritus malditos que se generaban en el bosque, llegando con relativa facilidad a su destino. Traspasó la barrera de Tengen que dividía el espacio oculto de la cámara de aislamiento, revelando su objetivo: una mujer atada a una silla.
La respiración de la mujer rubia, amarrada con talismanes de Jujutsu, comenzaba a agitarse con la sola presencia de la fémina del clan Gojo, que sin dudarlo se puso en guardia, a pesar de estar atada.
—Bueno, bueno, mira quién despertó del sueño —dijo la ojiazul, cara a cara con la chica atada, que aparentaba estar aún en la adolescencia.
—¿Quién eres tú? ¡Debes liberarme! ¡Soy la única persona con la capacidad de derrotar al Caído! —exclamó desesperada, suplicando a la hechicera de grado especial.
—Respondiendo a tu pregunta, soy la persona que detuvo tu ejecución. Eso debería responder a tus súplicas... pero solo por el momento —dijo Tsubaki con una sonrisa siniestra, mostrando su hilera de dientes blanquecinos.
—¿Qué...?
La rubia no pudo terminar su respuesta antes de ser interrumpida.
—Como dije antes, investigué tu relación con el usuario maldito Sukuna, catalogado como grado especial. Te encontraron asesinando a parte de los hechiceros enviados a matarlo. Al ser capturada, solo repetías que tú misma lo ibas a ejecutar.
—El ataque era para el Caído. Ellos fueron los que interrumpieron y se metieron en mi rango...
—No te creo.
—Entonces, ¿por qué me liberarías si no me crees?
—Bueno, has sido calificada como una amenaza de primer grado, pero he decidido que te convertiré en una hechicera de clase especial. Serás liberada, pero trabajarás exorcizando maldiciones a cambio de un trato —dijo Tsubaki, extendiendo su mano con elegancia hacia la chica atada, quien parecía estar considerando los pros y los contras de confiar en la albina.
—¿Qué clase de trato? —dijo, aún mirando a los ojos de Tsubaki, que reflejaban los colores del cielo.
—¿Qué tal acabar con un tal Kenjaku y Sukuna a cambio de liberarte? ¿Te parece? —dijo en tono juguetón, sabiendo que su oferta era demasiado tentadora para la rubia sentenciada a muerte.
—No sé quién es Kenjaku, pero haré lo que sea necesario para acabar con el Caído. Después de todo, mi única razón para seguir viviendo es hacerlo pagar por las almas de todos los que mató —dijo con ira, recordando cómo la presencia de Sukuna asolaba la provincia de Hida, incluso durante sus primeros años de vida.
Sus manos temblaron antes de alargar lo suficiente una de ellas, aún estando atada, para tomar la mano de Tsubaki, creando un contrato vinculante entre las dos partes que compartían la ambición de acabar con sus enemigos.
—Ahora que el trato está hecho, deberíamos conocernos mejor. Me presento, soy la heredera del clan Gojo. Puedes llamarme Tsubaki. ¿Cómo te llamas?
—¿Un nombre...? Sí, mi nombre es Ángel —dijo, asintiendo para sí misma.
—Muy bien, Ángel, es hora de darte tu primera lección como hechicera de Jujutsu. Como tu especialidad parece ser el exorcismo, te encargaré acabar con un espíritu maldito que anda atormentando a clanes respetados. Dicen que es muy amarillo y camina en cuatro patas. Nada interesante, será sencillo como tu primera misión —dijo Tsubaki, sacando una hoja con la imagen de una rata amarilla dibujada como un espíritu lanzando rayos.
—Estoy segura de que podré acabar con esto —respondió Ángel, recién liberada de sus ataduras, comenzando a estirarse en la cámara de aislamiento.
Con el objetivo claro, ambas mujeres partieron del bosque en busca de la amenaza que había llegado a su mundo, sin saber que en realidad no era un espíritu maldito.
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Pikachu en Jujutsu Kaisen
FanfictionUn humano cualquiera es condenado a sufrir eternamente en el infierno, pero antes de caer a manos del abismo, se le da la oportunidad de arrepentirse en una nueva vida. Ahora convertido en pikachu tendrá que pagar con sus pecados en un nuevo mundo.