Capitulo 10: Yorozu...3

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Capitulo 10: Yorozu...3 .

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La cueva se encontraba en silencio tras la aparente victoria de Yorozu. La hechicera caminaba con calma, confiada en que el Pikachu maldito había sido derrotado. Sin embargo, lo que no sabía era que en lo profundo de la caverna, una chispa residual de energía maldita comenzaba a cobrar nueva vida.

El cuerpo del Pikachu maldito, antes inerte, ahora comenzaba a retorcerse lentamente. Su habilidad natural para generar electricidad y convertirla en energía maldita le permitía algo más que simples ataques. Con su máxima capacidad, sus músculos y huesos comenzaron a reconstruirse a partir de pura energía. Sangre falsa hecha de pura maldición fluía en sus venas, dándole una segunda oportunidad de pelear. Aunque su cuerpo estaba exhausto y destrozado, la criatura era movida únicamente por una emoción: una intensa sed de venganza.

Sus ojos, cargados de odio y resolución, se enfocaron en la figura de Yorozu. Una chispa de idea cruzó su mente, un plan desesperado pero potencialmente letal. No podía vencerla en combate directo, ya lo había intentado y fallado. Sin embargo, si jugaba bien sus cartas, podría atraparla en una trampa mortal.

Pikachu maldito sabía que la única forma de ganar sería agotando a Yorozu. Mientras se regeneraba, ideó un plan. Debía usar la cueva misma como su aliada, convirtiendo el entorno en su arma. Con los restos de su energía, comenzó a crear pequeñas corrientes de electricidad que se filtraban por las paredes rocosas, cerrando las salidas lentamente.

"Si no puede salir... entonces será mi campo de batalla."

El Pikachu maldito, impulsado por su odio irracional y la energía que lo mantenía en pie, decidió que su próximo movimiento sería letal. Debía eliminar el oxígeno dentro de la cueva, aprovechando las descargas eléctricas para generar una combustión que produciría ozono. Sabía que si lograba envenenar el aire y agotar la energía de Yorozu, su metal líquido dejaría de ser una amenaza. Sin aire para respirar, Yorozu se debilitaría lentamente hasta quedar indefensa.

"La quemaré desde dentro...", pensó, mientras sus músculos se tensaban por la acumulación de electricidad maldita.

Desde las sombras, Pikachu maldito comenzó a liberar pequeñas chispas de energía hacia las paredes de la cueva. A medida que las rocas crujían bajo la presión, el aire se volvía cada vez más denso. El ozono empezó a formarse en pequeñas cantidades, imperceptible al principio, pero mortal con el tiempo.

Yorozu, aún avanzando hacia la salida, sintió un ligero cambio en el ambiente. El aire estaba comenzando a oler diferente, un indicio de que algo no iba bien. Sus instintos de hechicera le advertían del peligro, pero no había señales visibles de ataque.

"¿Qué está pasando?", se preguntó, frunciendo el ceño.

Giró sobre sus talones, mirando hacia el fondo de la cueva. Sus ojos se entrecerraron, intentando descifrar la fuente del malestar que sentía. Fue entonces cuando vio el destello en la oscuridad. El Pikachu maldito, envuelto en energía, estaba reconstruyéndose. El brillo de su cuerpo se intensificaba, y Yorozu se dio cuenta de que no estaba tan muerto como había creído.

—Imposible... —murmuró, sintiendo la creciente presión en su pecho a medida que el aire se volvía más difícil de respirar.

La criatura lanzó una carcajada muda, sus ojos brillaban con locura. Yorozu, al percibir la falta de oxígeno, supo que no podía dejar que ese monstruo completara su plan. Si el oxígeno se agotaba por completo, ni siquiera su metal líquido podría protegerla.

Sin perder tiempo, empezó a canalizar su energía, pero cada segundo que pasaba se sentía más débil. Necesitaba atacar rápido, antes de que fuera demasiado tarde. Manipulando el metal líquido que aún flotaba a su alrededor, lo lanzó como una lluvia de proyectiles afilados hacia el Pikachu maldito, con la esperanza de detenerlo antes de que su trampa surtiera efecto.

El Pikachu, en un estado de furia pura, resistió los ataques mientras seguía descargando electricidad. Aunque su cuerpo era dañado, la criatura se mantenía firme, impulsada por su deseo de venganza. Con una última descarga, las paredes de la cueva comenzaron a cerrarse aún más, y el aire se volvía irrespirable.

"Solo necesito aguantar... un poco más...", pensaba la criatura.

Yorozu sentía cómo su energía disminuía, pero no estaba dispuesta a ceder. Con los ojos entrecerrados y el corazón acelerado, decidió jugar su última carta: invocó el metal líquido que aún controlaba y lo extendió por toda la cueva, cubriendo las paredes en una capa gruesa. Si no podía ganar en combate directo, entonces bloquearía la fuente de energía del Pikachu maldito.

"Si no hay contacto... no habrá electricidad."

Con su último aliento, Yorozu lanzó la técnica, confiando en que su estrategia la salvaría.

Pikachu en Jujutsu KaisenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora