Extra III: El Favorito de Dios
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Nobara caminaba tranquilamente por las bulliciosas calles de Tokio, con el "Pikachu maldito" aún abrazado contra su pecho. Aunque su expresión exterior parecía relajada, su mente no dejaba de dar vueltas en torno a lo extraño de la situación. Nunca había imaginado que una misión tan simple terminaría con ella cuidando a un Pokémon maldito.
—"¿Cómo es posible que este peluche sea el objeto maldito que Satoru-sensei mencionó?" —murmuró para sí misma, mientras sentía la suave vibración de la energía maldita que emanaba del pequeño ser entre sus brazos. Era palpable, pero su apariencia era tan adorable e inofensiva que todo resultaba desconcertante.
El sol comenzaba a ponerse en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos anaranjados mientras las luces de Tokio comenzaban a encenderse, iluminando las bulliciosas calles de la ciudad. Nobara suspiró, sabiendo que no podía permitirse distraerse más con preguntas sin respuesta. Necesitaba llevar a Pikachu a casa y descansar antes de investigar más a fondo.
Finalmente llegó a su apartamento, dejando caer su bolsa en el suelo y estirándose con un suspiro de alivio. Había sido un día largo y agotador, y lo último que necesitaba era enfrentarse a otro problema de inmediato. Dejó a Pikachu sobre el sofá con cuidado, aunque seguía sintiendo ese pequeño cosquilleo de malicia en el aire.
—"Quédate quieto aquí, ¿de acuerdo?" —dijo con sarcasmo, sabiendo perfectamente que hablar con un Pokémon maldito era probablemente una pérdida de tiempo. Sin embargo, parte de ella no podía evitar sentir una especie de ternura por la extraña criatura.
Con la idea de relajarse un poco, se dirigió al baño con la intención de darse una ducha rápida antes de ponerse a investigar más sobre el "Rey Eléctrico". Pero el descanso no duraría mucho.
Justo cuando comenzaba a relajarse bajo el agua caliente, un sonido eléctrico extraño resonó desde la sala de estar. Nobara abrió los ojos con rapidez, el corazón latiéndole con fuerza. El sonido no era natural; algo definitivamente estaba sucediendo.
—"No me digas que..." —murmuró, apagando la ducha apresuradamente. Envuelta en una toalla, salió corriendo hacia la sala.
Lo que vio la dejó completamente boquiabierta. El Pikachu que había dejado en el sofá ya no estaba quieto. En su lugar, flotaba en el aire, rodeado por una aura de energía maldita que se mezclaba con pequeñas chispas de electricidad estática. Los ojos del Pokémon, que antes parecían vacíos y sin vida, ahora brillaban intensamente con una luz peligrosa y casi divina.
—"¿Qué rayos...?" —Nobara retrocedió instintivamente, preparándose para invocar su martillo y clavos si la situación lo requería.
Pikachu, o mejor dicho, la entidad que lo habitaba, emitió un sonido extraño, una mezcla distorsionada entre el típico "Pika pika" que solía oír en los medios y un zumbido siniestro, lleno de energía maldita.
—"Piii... ka... ¡CHU!" —gritó la criatura, y con ese grito, una descarga eléctrica estalló en la habitación. El rayo golpeó con fuerza, destruyendo varios de los electrodomésticos de la sala y haciendo que las luces del apartamento parpadearan violentamente.
—"¡Mierda!" —exclamó Nobara mientras saltaba hacia atrás, esquivando por poco una chispa que casi la alcanzaba. No perdió el tiempo y desató su técnica maldita. Con un rápido movimiento, lanzó sus clavos hacia Pikachu, esperando debilitarlo o, al menos, contenerlo.
Los clavos volaron en el aire, resonando con su energía maldita, pero lo que sucedió fue algo completamente inesperado. Pikachu, en lugar de ser derrotado o debilitado, absorbió los clavos con facilidad, como si estuviera alimentándose de la energía maldita que contenían. El pequeño cuerpo del Pokémon brilló aún más, y Nobara pudo sentir cómo la entidad maldita dentro de él se fortalecía.
—"¿Qué...?" —Nobara miró con incredulidad mientras retrocedía unos pasos. Su técnica no había funcionado como esperaba. No solo no lo había dañado, sino que ahora Pikachu parecía más poderoso que antes.
—"¡Maldita sea! ¡Este no es un maldito peluche! ¡Está vivo!" —exclamó, con una mezcla de frustración y desconcierto.
Pikachu flotaba en el aire, su pequeño cuerpo envuelto en chispas de energía. A pesar de su tamaño, Nobara podía sentir la intensidad de la energía maldita que ahora lo rodeaba. Era como si el Rey Eléctrico estuviera despertando, y ese despertar estaba trayendo consigo un poder que ni siquiera ella había anticipado.
Nobara no era alguien que se rindiera fácilmente. Sabía que necesitaba un nuevo enfoque. No podía confiar en sus ataques habituales, no cuando la criatura parecía alimentarse de ellos. Decidió cambiar de estrategia.
—"De acuerdo, maldito ratón eléctrico. Si te gusta absorber energía maldita, veamos cuánto puedes manejar," —dijo Nobara, sus ojos llenos de determinación. Se preparó para invocar una técnica más avanzada, algo que pudiera sobrecargar al Pikachu con tanta energía que no pudiera controlarla.
Antes de que pudiera hacer su movimiento, Pikachu hizo algo inesperado. Dejó de flotar y cayó suavemente al suelo. La electricidad que lo rodeaba se desvaneció de inmediato, como si se hubiera agotado o hubiera perdido el interés en la pelea. Nobara lo observó, perpleja, mientras el pequeño Pokémon la miraba con lo que parecía una mezcla de cansancio y... ¿curiosidad?
—"¿Ahora te calmas?" —Nobara frunció el ceño, acercándose lentamente. A pesar de la intensidad del momento, su instinto no le indicaba que estuviera en peligro inmediato. El Pikachu la miraba con esos grandes ojos, y por un momento, Nobara sintió una conexión extraña, como si la criatura estuviera esperando algo de ella.
Antes de que pudiera pensar más en ello, su teléfono sonó. Era un mensaje de Satoru Gojo.
—"¿Cómo va tu búsqueda del 'Rey Eléctrico'? Si ya lo tienes, asegúrate de no cabrearlo demasiado. Es el favorito de Dios, después de todo ;)"
El favorito de Dios. Nobara leyó el mensaje una y otra vez, tratando de comprender lo que su maestro quería decir. ¿Este Pikachu maldito era... algo más que una simple maldición?
Nobara miró de nuevo al pequeño ser, que ahora parecía inofensivo. Algo grande estaba sucediendo y, como de costumbre, Gojo lo sabía antes que nadie. Pero por ahora, Nobara solo tenía una cosa en mente: mantener a este "favorito de Dios" bajo control y averiguar qué significaba realmente todo esto.
—"Bueno, pequeño. Parece que vamos a pasar mucho más tiempo juntos," —dijo, con una sonrisa cansada mientras lo recogía nuevamente. Este Pikachu no era un simple juguete maldito, y Nobara sabía que las respuestas que buscaba no llegarían fácilmente. Pero, al menos, había sobrevivido a su primer enfrentamiento con el Rey Eléctrico.
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Pikachu en Jujutsu Kaisen
FanficUn humano cualquiera es condenado a sufrir eternamente en el infierno, pero antes de caer a manos del abismo, se le da la oportunidad de arrepentirse en una nueva vida. Ahora convertido en pikachu tendrá que pagar con sus pecados en un nuevo mundo.