Capítulo 15: La Sombra del Rey de las Maldiciones
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El aire en Hida era pesado, cargado de electricidad y muerte. A medida que Pikachu y Jin Murasame avanzaban por el terreno devastado, el Pokémon podía sentir cómo sus sentidos se agudizaban con cada paso. La tierra, ennegrecida y rota, estaba impregnada de una energía maligna que resonaba en el ambiente. Los escombros y los restos de lo que alguna vez fueron edificios se extendían hasta donde la vista alcanzaba. La presencia de Sukuna se sentía en cada rincón de la provincia, como si su sombra vigilara desde lo alto.
—Estamos cerca —murmuró Jin, deteniéndose por un momento mientras analizaba el horizonte—. Sukuna está aquí, lo puedo sentir. Pero Kenjaku... su energía es más sutil, más difícil de rastrear. Eso me preocupa.
Pikachu asintió. Aunque no comprendía todo lo que Jin decía, sentía la amenaza latente en el aire. Sabía que lo que les esperaba no sería fácil. El Pikachu despreocupado y juguetón de antes había quedado atrás. Ahora, estaba enfocado en una sola cosa: derrotar a Sukuna y Kenjaku, y ayudar a restaurar el equilibrio en este mundo.
El viento frío de Hida parecía intensificarse con cada paso que Pikachu y Jin daban. El cielo, cubierto por nubes negras que se arremolinaban con furia, parecía advertirles del peligro inminente. Cada relámpago iluminaba las ruinas esparcidas por el suelo, revelando los restos de una próspera provincia ahora hecha polvo. No quedaba más que escombros y la ominosa presencia de Sukuna y sus maldiciones.
—Este lugar... —murmuró Jin, deteniéndose un momento—. La energía maldita aquí es tan densa que casi se puede tocar. Cada piedra, cada árbol... todo está impregnado de su maldad.
Pikachu lo observó con atención. Aunque no podía sentir la energía maldita de la misma forma que los hechiceros, su instinto eléctrico le advertía del peligro. Un hormigueo constante recorría su cuerpo, como si el aire estuviera saturado de electricidad, a punto de estallar.
—Tienes razón en estar tenso —continuó Jin, notando la postura alerta de Pikachu—. Sukuna es impredecible, y Kenjaku aún más. Pero no estamos solos.
Jin levantó una mano, señalando hacia una pequeña colina cercana. De entre las sombras, comenzaron a aparecer figuras, moviéndose con destreza entre las ruinas. Pikachu con sus orejas reconoció de inmediato la energía maldita de otros hechiceros. Eran al menos una docena, todos cubiertos con túnicas ceremoniales y máscaras, formando un círculo a su alrededor.
Uno de ellos, más alto y con una máscara adornada con símbolos dorados, se acercó. Cuando se retiró la máscara, reveló el rostro de un hombre mayor, con cicatrices que cruzaban su cara en varias direcciones. Sus ojos, aunque cansados, irradiaban una ferocidad inquebrantable.
—Jin Murasame, es bueno verte con vida —dijo el hechicero mientras inclinaba levemente la cabeza—. Y este debe ser el famoso Pikachu del que Tengen nos habló.
Pikachu miró al hombre con determinación, asintiendo ligeramente. Sabía que la misión que tenían entre manos no sería fácil, pero estaba listo.
—Soy Raizo, líder de este grupo de hechiceros. Hemos estado vigilando la zona, esperando el momento adecuado para atacar a Sukuna. Hasta ahora, solo hemos encontrado rastros de su presencia, pero ningún signo directo de él. Kenjaku, por otro lado, parece estar jugando con nosotros, manipulando las energías y desorientándonos constantemente.
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Pikachu en Jujutsu Kaisen
FanfictionUn humano cualquiera es condenado a sufrir eternamente en el infierno, pero antes de caer a manos del abismo, se le da la oportunidad de arrepentirse en una nueva vida. Ahora convertido en pikachu tendrá que pagar con sus pecados en un nuevo mundo.