Capítulo 10: Yorozu...4

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Capítulo 10: Yorozu...4

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El silencio en la cueva se rompió cuando la última descarga de energía maldita del Pikachu resonó en las paredes. La temperatura subió de forma palpable, y el aire estaba tan denso que respirar era casi imposible. Yorozu, jadeando por la falta de oxígeno, observaba cómo su metal líquido se extendía rápidamente, cubriendo cada grieta y rincón de la cueva. Su plan era simple pero audaz: impedir que Pikachu maldito pudiera seguir utilizando las paredes como conductoras de su electricidad.

El Pikachu, a pesar de su estado regenerativo, estaba agotado, pero su odio inextinguible lo impulsaba a seguir luchando. Cada chispa que emitía era más débil que la anterior, pero aún crepitaban con intensidad. Al ver cómo el metal se apoderaba de su campo de batalla, supo que tenía que actuar rápido, o perdería cualquier ventaja.

El aire era venenoso para ambos ahora, pero Pikachu, al ser una criatura maldita, no necesitaba tanto oxígeno como Yorozu. Mientras ella luchaba por mantenerse consciente, Pikachu comenzó a acumular toda la energía restante en su cuerpo para un último ataque. Sabía que no le quedaba mucho tiempo.

Yorozu, con la respiración entrecortada, se apoyó en una pared, notando cómo su visión se nublaba. El metal líquido había sellado gran parte de la cueva, pero el esfuerzo de mantener esa técnica en marcha la estaba drenando más rápido de lo que había anticipado. "No... puedo... ceder", pensaba, mientras apretaba los dientes.

De repente, un rugido ensordecedor sacudió la cueva. Pikachu maldito, cargado con la energía restante, lanzó un ataque descomunal hacia la hechicera. Un rayo deslumbrante rompió el silencio, chocando contra la capa de metal líquido. El impacto fue tan poderoso que las paredes comenzaron a temblar, y el suelo bajo los pies de Yorozu se resquebrajó.

Yorozu apenas tuvo tiempo de reaccionar. Utilizando lo último de su energía, dirigió todo el metal restante hacia sí misma, creando una barrera protectora a su alrededor. El rayo golpeó su defensa con fuerza brutal, empujándola varios metros hacia atrás. Aunque había evitado el impacto directo, la explosión de energía fue suficiente para lanzarla contra una de las paredes de la cueva.

El Pikachu maldito, agotado y en sus últimos momentos, miró a Yorozu, quien ahora se encontraba inmóvil en el suelo. Las chispas que una vez emanaban de su cuerpo comenzaron a desvanecerse, y su cuerpo volvió a colapsar en una pila de huesos y energía maldita dispersa. Sabía que había alcanzado su límite.


El Pikachu maldito, consumido por la desesperación, comprendió que su tiempo se agotaba. Su cuerpo estaba al borde de desintegrarse, pero el odio profundo que lo alimentaba le dio una última idea. Consciente de su agotamiento, comenzó a planear algo arriesgado: un voto vinculante.

A pesar de su ya poca cordura, la criatura maldita tenía una chispa de ingenio en su interior, una inteligencia que no debía subestimarse. Al comprender que no podría continuar luchando sin una fuente adicional de energía, decidió tomar una medida extrema. Con un rugido distorsionado, Pikachu maldito invocó el poder ancestral del jujutsu: el voto vinculante.

Sabía que este acuerdo peligroso le permitiría regenerar su energía maldita, a costa de una restricción grave. Pikachu se comprometió a no moverse ni un solo centímetro durante las próximas 20 horas, lo cual sería un riesgo enorme en medio de un combate. Pero en su estado actual, no tenía otra opción. Al hacer el juramento, sintió una oleada de energía maldita correr por su cuerpo, restaurando las fuerzas que había perdido. Las chispas eléctricas comenzaron a surgir nuevamente, brillando con una intensidad renovada.

Mientras tanto, Yorozu yacía en el suelo, aturdida y exhausta. Sus músculos dolían, su cabeza latía con fuerza, y su visión apenas lograba enfocarse. Sabía que la situación era crítica. El metal líquido que había esparcido por la cueva había hecho su trabajo, pero mantener esa técnica la había dejado al borde de la inconsciencia. Sin embargo, al escuchar el rugido de Pikachu maldito y sentir el cambio en el aire, supo que algo había cambiado.

Forzándose a levantarse, Yorozu observó a la criatura. Aunque estaba de pie, las señales eran claras: el Pikachu no se movía. A pesar de la energía renovada que lo envolvía, algo lo estaba conteniendo. "Un voto vinculante...", murmuró, reconociendo la trampa en la que la criatura había caído para recuperar su fuerza. Esto le daba una pequeña ventana de oportunidad, pero también significaba que el próximo ataque sería devastador si no actuaba rápidamente.

Yorozu sabía que no tenía mucho tiempo antes de que Pikachu desatara su nueva energía. Con manos temblorosas, comenzó a canalizar lo poco que le quedaba de su propio poder. No podría vencerlo en una confrontación directa, pero tal vez, si lograba encerrar al Pikachu en su propio metal líquido mientras la criatura estaba inmovilizada, podría detenerlo antes de que fuera demasiado tarde.

El metal empezó a moverse de nuevo, fluyendo por las paredes y el suelo, mientras Yorozu dirigía su última reserva de poder hacia su enemigo. El Pikachu maldito, aunque inmóvil, notó el movimiento a su alrededor. Su mirada centelleaba con furia, incapaz de moverse pero consciente de lo que se avecinaba. Emitió un chillido eléctrico que resonó por toda la cueva, intentando intimidar a su oponente.

Yorozu apretó los dientes, sabiendo que solo tenía un intento. A medida que el metal líquido se acercaba a la criatura, comenzó a envolverlo lentamente, sellando cada parte de su cuerpo maldito. Pikachu resistió con todo lo que tenía, pero su inmovilidad le impidió escapar. Yorozu sudaba profusamente, luchando por mantener el control. Cada segundo parecía eterno, y la energía maldita del Pikachu aumentaba con cada pulso eléctrico que intentaba desatar.

Finalmente, el metal cubrió completamente al Pikachu, formando una prisión inquebrantable alrededor de él. El aire en la cueva se calmó momentáneamente, mientras el brillo del metal líquido absorbía la luz de la energía maldita. Yorozu cayó de rodillas, exhausta y al borde del colapso. Había logrado contener a la criatura, pero sabía que esto no era una victoria definitiva.

Las siguientes 20 horas serían críticas.

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Pikachu en Jujutsu KaisenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora