Pikachu en Jujutsu Kaisen

Capítulo 22: La Maldición del Clan Kamo

Capítulo 22: La Maldición del Clan Kamo

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El primer rayo del amanecer apenas iluminaba el cielo cuando Pikachu, exhausto pero decidido, sintió una nueva oleada de energía maldita. No había tiempo para descansar. El aura oscura de Sukuna, repartida en los cuerpos que Kenjaku había manipulado, seguía deslizándose por el mundo, sembrando caos a su paso. Esta vez, Pikachu detectaba una perturbación inusual, un rastro mucho más denso y cargado de maldad. El objetivo no era cualquier maldición; era otro de los recipientes, el joven del Clan Kamo, uno de los clanes más antiguos y poderosos, famoso por su habilidad para manipular la sangre. Este joven, poseído por un fragmento de Sukuna, era una amenaza terrible.

Pikachu sabía que la amenaza aún no había terminado y que cada segundo perdido fortalecía a Sukuna. El aire era frío y denso, cargado con la presencia maldita que hacía que cada paso fuera un reto. El campo de batalla anterior aún ardía en su memoria: la intensidad de la pelea contra otro fragmento de Sukuna, la destrucción, el dolor, y el poder abrumador del Rey de las Maldiciones. Pero ahora, el desafío era mayor, y Pikachu sentía que la técnica del Clan Kamo, combinada con el poder oscuro de Sukuna, haría que esta pelea fuera aún más letal.

Caminando a través de las montañas nevadas, donde la energía maldita se sentía más fuerte, el silencio lo envolvía. El crujido de la nieve bajo sus patas resonaba con cada paso, mientras el viento gélido azotaba su pelaje, haciendo que su cuerpo temblara ligeramente. Pero Pikachu no tenía tiempo para sucumbir al frío o al cansancio. No podía permitirse titubear; la vida de demasiados dependía de él, especialmente la de Tengen, que estaba en constante peligro ante las maquinaciones de Kenjaku y Sukuna.

Finalmente, Pikachu llegó a la cima de una cumbre solitaria, rodeada de árboles caídos y piedras rotas. Y ahí estaba él. En el centro de un círculo teñido de rojo sangre, el joven Kamo, ahora poseído por el espíritu destructivo de Sukuna, observaba el horizonte con una mirada vacía, pero llena de maldad pura. Sus ojos, una mezcla entre los rasgos naturales del joven y la presencia malévola de Sukuna, brillaban con una siniestra luz carmesí. El poder oscuro brotaba de él, creando una neblina de sangre que cubría el aire a su alrededor. En su mano, el joven sostenía una esfera de sangre, densa y pulsante, que vibraba con un poder casi incomprensible. Era como si toda la esencia de la técnica del Clan Kamo y el poder de Sukuna se concentraran en ese objeto.

—"Te advertí que no podrías detenerme," —dijo Sukuna con una sonrisa retorcida, usando la voz del joven Kamo, aunque resonaba con una tonalidad mucho más profunda y diabólica. Los tatuajes malditos aparecieron en su rostro, simbolizando que Sukuna estaba tomando control absoluto del cuerpo. Alzó la esfera de sangre sobre su cabeza, preparándose para atacar. —"Con la técnica del Clan Kamo, no solo controlas la sangre... controlas la vida misma."

Con un rápido movimiento, Sukuna lanzó la esfera de sangre hacia Pikachu. El ataque fue devastador. La esfera se movía a una velocidad increíble, cruzando el aire como una bala. Pikachu apenas tuvo tiempo de reaccionar. Saltó hacia un lado con todas sus fuerzas, esquivando el impacto por milímetros. Sin embargo, la esfera explotó contra el suelo, dejando un enorme cráter que destrozó el terreno y salpicó sangre en todas direcciones. Pikachu se cubrió con una ráfaga de electricidad justo a tiempo, pero el poder del ataque lo golpeó de lleno, empujándolo hacia atrás.

El aire se llenó de una niebla densa de energía maldita, una mezcla de sangre y maldad. Pikachu sabía que cada gota de esa sangre era mortal, infundida con el poder de Sukuna y la técnica del Clan Kamo. Cualquier contacto con ella podría significar su final.