Pikachu en Jujutsu Kaisen

Capítulo 17: La Ira del Rey de las Maldiciones

Capítulo 17: La Ira del Rey de las Maldiciones

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El aire permanecía pesado, lleno de la tensión que precede al caos total. Sukuna, aunque herido, no mostraba signos de agotamiento. Su risa resonaba en el campo de batalla, una mezcla de diversión y desprecio.

—¿Eso es todo? —gritó Sukuna con burla—. Apenas me han arañado.

El Rey de las Maldiciones extendió sus brazos hacia el cielo, convocando una cantidad descomunal de energía maldita. El aire se oscureció aún más, y los rayos comenzaron a bailar alrededor de su figura imponente. La tierra temblaba bajo la presión abrumadora, y un aura oscura se desplegaba a su alrededor como una tormenta desatada.

Jin, Raizo, y los demás hechiceros se mantuvieron firmes. Sabían que lo peor estaba por venir.

—Tenemos que atacar ahora —dijo Raizo, su voz cargada de urgencia—. Si le damos más tiempo, no quedará nada que salvar.

Jin asintió, pero su mirada se dirigió hacia Pikachu, que seguía jadeando, recuperando fuerzas tras su devastador ataque. A pesar de su tamaño, había sido el catalizador de esta oportunidad, y Jin sabía que no podía pedirle más... pero Pikachu, con un destello en los ojos, estaba lejos de rendirse.

—Pikachu, ¿puedes continuar? —preguntó Jin, su voz baja pero seria.

Pikachu asintió lentamente, sus mejillas brillando con chispas de electricidad. La determinación en sus ojos era inquebrantable.

—Bien —dijo Jin—. Entonces, haremos esto juntos.

Raizo y los otros hechiceros comenzaron a concentrar su energía. Las barreras que habían creado para protegerse de Sukuna seguían en pie, pero comenzaban a mostrar grietas bajo la presión de su inmenso poder. La Canasta Hueca de Mimbre aún ofrecía resistencia, pero necesitaban algo más, algo definitivo.

—¡Formen el Círculo del Dragón! —ordenó Raizo.

Los hechiceros se reunieron en formación, canalizando su energía hacia un punto central. Una luz azul comenzó a brillar intensamente desde el suelo, creando un vórtice de poder. Era una técnica antigua, una que solo podía ser utilizada en los momentos más desesperados: el Ritual del Dragón Sagrado. Este ritual requería la sincronización perfecta entre los hechiceros, y su éxito dependería de su capacidad para resistir el contraataque de Sukuna.

Mientras tanto, Sukuna observaba con desdén. Podía sentir la energía acumulándose, pero no se inmutó. Con una sonrisa torcida, susurró una antigua maldición, una técnica prohibida que había perfeccionado durante siglos.

—Es inútil —murmuró Sukuna—. No hay nada que puedan hacer contra el poder absoluto.

Lanzando el cantico con sus dos bocas al grito de KAI alzando sus cuatros brazos al mismo tiempo enviando cortes invisibles a velocidades inigualables pero pikachu usando su cuerpo infundido en electricidad se lanza a recibir los ataques de Sukuna.

El campo de batalla vibraba con energía maldita y electricidad pura. Pikachu, a pesar de sus heridas, seguía adelante, corriendo a través de los devastadores cortes invisibles de Sukuna. Cada uno de esos ataques le habría desmembrado por completo si no fuera por la electricidad que envolvía su cuerpo, regenerándolo constantemente. Con cada paso que daba, Pikachu acumulaba más energía, acercándose al momento en que liberaría su máximo ataque.