Capítulo 10: Yorozu...5

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 Capítulo 10: Yorozu...5

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 El aire en la cueva se calmó momentáneamente, mientras el brillo del metal líquido absorbía la luz de la energía maldita. Yorozu cayó de rodillas, exhausta y al borde del colapso. Había logrado contener a la criatura, pero sabía que esto no era una victoria definitiva.Las siguientes 20 horas serían críticas.pero lamentable Yorozu ya había perdido en el momento que pasaron solo unos minutos la criatura se libera con explosividad dirigiendo un rayo a su rostro.

El rayo atravesó el aire con una velocidad cegadora, y antes de que Yorozu pudiera reaccionar, la descarga eléctrica impactó directamente en su rostro. El dolor fue insoportable, como si mil agujas ardientes perforaran su piel. Su cuerpo se sacudió violentamente mientras caía al suelo, incapaz de moverse, y su mente se nubló por el impacto.

La criatura maldita, liberada de su prisión metálica, se alzó con una energía renovada, su cuerpo irradiando una luz oscura y peligrosa. El Pikachu maldito, en un estado de frenesí, apenas podía contener su odio. Cada centímetro de su ser vibraba con una furia descontrolada, y las chispas eléctricas alrededor de su cuerpo crepitaban con mayor intensidad. Sabía que había ganado esta batalla, pero no estaba satisfecho. Su único objetivo era destruir completamente a Yorozu.

Yorozu, tumbada en el suelo, sentía cómo la electricidad recorría su cuerpo, paralizándola. A pesar del dolor, su mente luchaba por encontrar una salida. Había subestimado a la criatura, confiando en que su técnica de metal líquido sería suficiente para contenerla. Ahora, con su cuerpo gravemente herido y su energía casi agotada, solo tenía una opción: sobrevivir.

Con las últimas fuerzas que le quedaban, Yorozu logró abrir los ojos, aunque su visión estaba borrosa. Sabía que el próximo ataque del Pikachu sería el último si no encontraba una forma de detenerlo. Su mente, aunque debilitada, empezó a trabajar frenéticamente. Recordó una técnica antigua, una que no usaría a menos que no quedara otra opción. Era extremadamente peligrosa, no solo para su enemigo, sino también para ella misma.

"Si voy a caer aquí", pensó, "lo haré luchando hasta el final".

Con un esfuerzo sobrehumano, Yorozu levantó una mano temblorosa hacia el Pikachu maldito, que se preparaba para lanzar otro ataque eléctrico devastador. Comenzó a murmurar las palabras de la técnica prohibida, invocando un poder que salía desde  su interior. El metal líquido que antes había esparcido por la cueva comenzó a reaccionar, vibrando en respuesta a su llamado.

El Pikachu maldito lanzó su ataque, pero en ese preciso instante, el metal líquido se levantó una vez más, formando un escudo improvisado frente a Yorozu. El rayo impactó contra el metal, pero en lugar de detenerlo, la técnica prohibida absorbió la energía eléctrica. Yorozu, con los ojos encendidos de determinación, canalizó la electricidad a través del metal y la redirigió hacia la criatura maldita.

El Pikachu no pudo reaccionar a tiempo. La energía que había lanzado contra Yorozu ahora lo envolvía, atrapándolo en un ciclo de destrucción autogenerada. Sus propios rayos lo atravesaron, y su cuerpo comenzó a desintegrarse lentamente, incapaz de soportar el ataque que había desatado solo vuelve a retroalimentarse con su cola para resistir a la muerte.

Con un último grito de desesperación, la criatura maldita con su cola lanza el ataque contra ella en una explosión de luz y oscuridad, dejando atrás solo un eco de su energía maldita. El estruendo envolvió a la cueva, pero esta vez, era atronador.

Pikachu, jadeando y completamente agotado, cayó al suelo una vez más. 

Había ganado, pero a un costo terrible. Su cuerpo estaba al borde del colapso, y el uso del voto vinculante le  había drenado lo poco que le quedaba de energía. Mientras yacía en la oscuridad de la cueva, pensó para sí mismo: "Sobreviví... pero apenas".

El antes metal líquido, ahora inerte, volvió a ser energía deshaciéndose en el suelo de la cueva. La batalla había terminado. Pero, por ahora, todo lo que quería era descansar, con la esperanza de que la próxima vez no tendría que depender de técnicas tan peligrosas.

Mientras cerraba los ojos, agotado, se permitió un pequeño respiro. Había vencido a la loca obsesionada con sukuna , pero la guerra contra el mal continuaba, y debía estar listo para lo que vendría después.

Pikachu en Jujutsu KaisenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora