Capítulo 20: Votos Malditos III

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Capítulo 20: Votos Malditos III

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La nieve seguía cayendo, pero el campo de batalla ya no parecía un paisaje de invierno, sino un lugar devastado por el poder maldito. El aire estaba cargado de energía oscura, mientras los tres cuerpos de Sukuna se preparaban para desatar el caos con sus habilidades combinadas. Pikachu, herido y agotado, observaba desde el suelo, su respiración pesada. Sabía que estaba perdiendo. Cada segundo que pasaba, Sukuna se hacía más fuerte, y el ratón eléctrico apenas podía mantenerse de pie.

—"No puede terminar así..." —pensó Pikachu, su cuerpo temblando de fatiga. Había hecho todo lo posible, pero el poder de Sukuna, dividido en tres, era abrumador.

Kenjaku había planeado esto perfectamente. La fusión de las técnicas del clan Zenin, Gojo y Kamo en los cuerpos que Sukuna poseía le daba una ventaja insuperable. A lo lejos, las sombras de los Perros de las Diez Sombras, invocados desde el cuerpo Zenin, comenzaron a aparecer, acechando alrededor de Pikachu. Eran enormes, bestias oscuras que surgían del suelo como espectros, con los colmillos listos para atacar.

Por otro lado, desde el cuerpo del joven Kamo, se manifestaba el ataque perforante, una técnica que podía atravesar cualquier cosa en su camino. Las flechas malditas flotaban en el aire, listas para ser disparadas a la velocidad del sonido. Mientras tanto, el último cuerpo de Sukuna, el más temible, se preparaba para desatar Desmantelar, una técnica que podría destruir cualquier cosa en su camino con un simple gesto.

—"No puedo detenerlos a todos... no así..." —la desesperación comenzaba a apoderarse de Pikachu.

Pero justo cuando parecía que todo estaba perdido, una idea surgió en su mente. Un Voto Vinculante.

Los votos vinculantes, un acuerdo antiguo y poderoso, ofrecían una solución para aquellos que necesitaban poder inmediato, a cambio de un sacrificio. Sabía que era arriesgado, pero no tenía otra opción. Si no hacía algo ahora, todo terminaría.

Pikachu cerró los ojos por un momento y respiró profundamente. Sabía lo que tenía que hacer.

—"A cambio de recuperar mi energía maldita... reduciré el alcance de mi expansión de dominio." —susurró.

El voto se selló en su interior, una promesa que resonaba en su alma. De inmediato, sintió cómo la energía maldita comenzaba a fluir nuevamente dentro de él, llenando cada fibra de su ser. Su cuerpo pequeño, cubierto de heridas, empezó a brillar con electricidad renovada. Pero tal como lo había prometido, su expansión de dominio ahora sería más pequeña, limitada a un área cercana a su cuerpo.

Con la energía restaurada, Pikachu se levantó lentamente, con una mirada feroz en sus ojos.

—"Esto aún no ha terminado." —su voz resonó con firmeza mientras su cuerpo chisporroteaba de energía eléctrica.

Los perros de sombras de los Zenin avanzaron, sus ojos rojos brillando en la oscuridad, pero Pikachu, ahora más ágil y poderoso, los enfrentó con una descarga de electricidad pura. Las bestias se disolvieron en el aire, incapaces de soportar la fuerza del ataque. El primer cuerpo de Sukuna titubeó, sorprendido por la rapidez del contraataque.

—"¡No tan rápido!" —gritó Pikachu, lanzándose contra el segundo cuerpo, el que controlaba las flechas perforantes del clan Kamo.

Antes de que las flechas pudieran ser disparadas, Pikachu activó su Rayo de Jaula, un ataque que envolvió el cuerpo de Sukuna y lo paralizó momentáneamente. Las flechas cayeron inofensivas al suelo, incapaces de atravesar la barrera de electricidad que Pikachu había creado.

Pero el tercer cuerpo de Sukuna, el más peligroso, no se quedaba atrás. Con un simple gesto, comenzó a usar Desmantelar, un ataque que cortaba el aire con una precisión mortal, capaz de destrozar cualquier cosa a su paso. Pikachu apenas pudo esquivar el primer ataque, sintiendo cómo la energía maldita cortaba el aire a su alrededor.

—"No puedes escapar para siempre." —la voz de Sukuna, fría y calculadora, resonó desde los tres cuerpos. Aunque Pikachu había recuperado su energía, el Rey de las Maldiciones seguía teniendo la ventaja numérica.

Pikachu sabía que no podía permitirse errores. Si quería ganar, debía atacar con todo.

Con su Voto Vinculante aún activo, Pikachu concentró todo su poder en un último ataque. Su expansión de dominio, aunque limitada en alcance, era ahora increíblemente densa y precisa. La electricidad formaba una barrera impenetrable alrededor de su cuerpo, y los relámpagos crujían con intensidad.

—"¡Voy a terminar con esto!" —gritó Pikachu, lanzándose hacia el tercer cuerpo de Sukuna, el que controlaba Desmantelar.

La electricidad lo envolvió, formando un Hollow Yellow concentrado, una técnica que había perfeccionado junto a Tengen. El rayo atravesó el aire, impactando directamente en el pecho del tercer cuerpo de Sukuna, desintegrando parte de su energía maldita.

Sukuna, aunque gravemente herido, no cayó. Pero Pikachu no se detuvo.

Con la velocidad de un relámpago, se dirigió hacia los otros dos cuerpos, lanzando descargas eléctricas con precisión quirúrgica. Las sombras y las flechas malditas no pudieron alcanzarlo, y en cuestión de segundos, los tres cuerpos de Sukuna fueron rodeados por el poder de Pikachu.

Pero entonces, algo inesperado sucedió.

Sukuna, en lugar de defenderse, comenzó a reír.

—"¿Crees que esto es suficiente?" —su voz resonó con una malicia profunda. A pesar de los ataques de Pikachu, el Rey de las Maldiciones aún tenía un último truco bajo la manga.

De repente, las tres expansiones de dominio que había desplegado comenzaron a fusionarse en una sola, formando una barrera oscura y opresiva que envolvía todo el campo de batalla. La risa de Sukuna se hizo más fuerte mientras su poder se multiplicaba.

Pikachu, atrapado dentro de la nueva expansión, sintió cómo la presión aumentaba. La oscuridad lo rodeaba, y la energía maldita de Sukuna, ahora unificada, era abrumadora.

—"¡No puedo rendirme ahora!" —pensó Pikachu, reuniendo lo último de su energía.

Con un grito final, Pikachu lanzó su Hollow Yellow más poderoso, desatando toda su fuerza contra la barrera de Sukuna. La luz y la oscuridad chocaron en el aire, creando una explosión que sacudió el campo de batalla.

Cuando el polvo se asentó, Pikachu cayó de rodillas, exhausto. Había logrado romper la barrera de Sukuna, pero sabía que la batalla aún no había terminado.

Sukuna, aunque debilitado, seguía en pie, observando a Pikachu con una sonrisa perversa.

—"Eres fuerte, pero esto es solo el comienzo," —dijo Sukuna antes de desaparecer en la oscuridad, dejando a Pikachu solo en el campo de batalla, agotado pero determinado.

La guerra contra Sukuna y Kenjaku no había terminado. Pero Pikachu, con su Voto Vinculante, había logrado sobrevivir otro día.

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Pikachu en Jujutsu KaisenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora