18 -POR EDDY EL LOCO

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 Lion y Whitaker vieron cómo los coches de Jacob y sus hombres se alejaban por la gran avenida.

—Necesito un trago —gruñó Lion.

—¿No tienes bebidas 'energéticas' en el ático?

—Cero alcohol. Solo zumos y refrescos.

—Tengo una botella viuda en la limusina.

Diez minutos más tarde, estaban tomando un trago en el ático junto a la piscina. Lion bebía en silencio, dejando que el alcohol arrastrara toda la ira hacia el fondo.

—¡Un licor excelente! —dijo Lion.

—Me la regaló Castle... ¿Sabes?, me gustaba mirar esta botella y recordar los buenos tiempos cuando la suerte la fabricábamos nosotros mismos.

—Gracias por la ayuda. ¿Por qué me llamaste jefe?

—Porque si Jacob Hauer se sale con la suya, también tendré problemas. Y después de lo de hoy las cosas no pintan bien. Tienes un demonio dentro —dijo Whitaker pesimista.

En el cerebro de Lion se produjo un clic. Era tiempo de dejar de reaccionar y tomar la iniciativa. Se puso de pie.

—No voy a beber más. Esta copa me la debía el loco que me metió en este lío.

—¿El señor Castle?

—¿Tú crees que estaba loco como dice Hauer?

— Yo solo era su chófer, y él nunca hablaba de sus cosas conmigo. Si al final tengo que declarar en un juicio, diré que en los últimos tiempos estaba más huraño que de costumbre. Desde que volvió de Winterlander, hace unos meses, planeaba algo con este ático, y en algún momento decidió que tú formaras parte del plan.

—¿Qué pasó en Winterlander?

—No me dejó ir, pero me pidió que cuidara de Beth.

—¿Y qué papel juega Beth en todo esto?

—Beth siempre ha trabajado en el Star & Steel, pero en las plantas inferiores. Tras la muerte de Castle, Beth fue promocionada y subió hasta la planta de Valerie Mirren. Creo que investigaba algo muy confidencial para Castle, por eso la trajo a vivir aquí.

—Hasta que llegué yo.

—Pero gracias a Castle ha ascendido y ahora dispone de un despacho con un apartamento adjunto.

—¿Por eso dijo que «Eddy» era su amigo?

—No. Beth y Castle se hicieron amigos, porque ella lo cuidó hasta su muerte.

—¿Ahora trabajas para ella?

— No. Pero le hago de chófer cuando lo necesita.

—¿Por qué? ¿No puedes conseguir algo mejor?

—Castle me asignó una pensión en el testamento y esta es mi manera de agradecérselo. Pero si Hauer gana, tendré que buscarme un empleo.

—Averiguaré qué planes tenía «Eddy» antes de que Jacob inicie el proceso judicial.

*

Lion tenía algunas ideas en las que pensaba ponerse a trabajar, pero no antes de probar qué tal era la despensa de «Eddy». Tras dar buena cuenta de unos huevos con beicon, saboreó el mejor café desde que lo echaron del trabajo. Y eso le recordó la frase de Hauer «Cómprese un traje». Miró el guardarropa de su habitación y arqueó una ceja: todo era informal o demasiado colorido.

Se acercó al ordenador y preguntó por una buena sastrería, pero la voz de Zoe contestó en lugar del ordenador:

—Stallman Fairs —dijo Beth con naturalidad.

—¿Ahora suplantas al ordenador de la casa?

—Desde que me ha activado, tengo pleno acceso al ordenador

—¿Qué tiene Stallman Fairs de particular?

—Es donde Eduard Castle compraba sus trajes. Le esperan a las 17:00.

Eso le daba tiempo de completar su ronda por la casa y empezó por volver a comprobar las puertas que no se abrieron el día anterior. Se dio cuenta de que estaban una a cada lado de la salida a la terraza. Se paró en la de la izquierda, y ya iba a preguntar a Zoe, cuando vio que se entreabría un poco y se cerró enseguida. Acercó el diario, pero la puerta permaneció cerrada. Entonces entendió. Se acercó con el diario pegado al cuerpo y esta vez la puerta se abrió hasta la mitad y volvió a cerrarse con brusquedad. Sin embargo, el truco no funcionó con la puerta de la derecha. Intrigado, salió a la terraza y rodeó el edificio.

Tal como pensaba, no solo había una escalera que subía hacia la piscina, había otra que conectaba con el piso inferior justo en la habitación que parecía tener problemas en abrirse.

Recordó que el ascensor subió dos pisos que no estaban contabilizados en la botonera. Bajó la escalera y probó la puerta. No se abrió. Entonces, recorrió toda la terraza, intentando mirar hacia el interior, pero todos los ventanales estaban protegidos con mamparas.

«Eddy», pensó, «tenía un ático con una terraza en el piso superior y otra 'casa' en el piso inferior, cuyo acceso estaba restringido. Quizá planeaba tener invitados en el futuro».

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