16 -SUEÑO EDIFICIO

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LLion se encontraba en una calle emboscada, donde gente extraña lo hizo sentirse amenazado. Un suave viento extendía una noche perenne sin que llegara a oscurecer, y volvió la vieja sensación de ser ligero, capaz de elevarse.

Quizá no habría persecución, pero animado por el viento, corrió de todos modos, porque quería volar y buscaba un edificio alto. Lo encontró sinuoso lleno de ventanas que se remontaban hasta el cielo.

Muchos caminantes se habían movido en su dirección y empezaron a sitiarlo. Subió las escaleras del edificio a grandes zancadas hasta que la luz de la entrada solo fue un recuerdo gris. Pero no le importó entrar en la oscuridad, se sentía ingrávido. Saltó hacia el hueco de la escalera y se impulsó hacia arriba apoyando solo las manos en el tramo de barandilla que separaba cada piso.

Cuando llegó arriba, enfrentó una puerta que parecía retener el sol. Tras cruzarla se sintió a salvo. Nunca lo atraparían en un lugar tan alto si podía ver extenderse el horizonte más allá del mar.

Sintió la seguridad de que podía volar a cualquier punto razonable en el que fijara la vista.

El Reflejo, que esperaba su momento en el sueño, hizo surgir de nuevo la torre blanca entre las montañas. Ahora a Lion le parecía un lugar tentador, pero hacía mucho tiempo que no saltaba. Una parte de él sabía que podría lograrlo, pero otra le recordaba que era el terror a que lo atraparan lo que lo impulsaba a saltar, y ahora nadie le perseguía.

El Magort surgió desde atrás, le rebasó y siguió adelante.

Era provocativo verlo volar como si estuviera hecho de aire.

Lion no supo cuánto tiempo se quedó mirando al Magort.

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