40 -EL ABUELO STEEL

39 4 38
                                    


«En 2020, en la época en que empezaron los maremotos que provocaron que grandes bloques de hielo cayeran al mar, se abrieron nuevas rutas marítimas. Y algunas de esas rutas resultaron en verdaderos atajos para viajar. Pero poco se sabía de ellas y eran difíciles de aprovechar, porque se necesitaban experimentados y valerosos marinos. Y el abuelo Steel fue seleccionado para una misión muy especial: para formar parte de un grupo que transportaría un material desconocido.

Todo era secreto, pero demasiado improvisado. Contaban con que un viejo farero mantuviera encendida una luz para sortear una zona llena de arrecifes. Sin embargo, cuando se acercaron no encontraron ninguna luz que los ayudara. El capitán pidió voluntarios para viajar en bote hasta las rocas y volver a poner en marcha el faro. A pesar de ofrecer una cuantiosa recompensa nadie quería jugarse la vida sin la ayuda de un radar de fondo y la seguridad de un faro.

Cuando el capitán se iba a dar por vencido, el Abuelo Steel se presentó voluntario. Tenía un plan en mente, y puesto que nadie iría con él, pidió la mejor barca, herramientas y un arma por si el farero le daba problemas. El capitán se lo dio todo, pero le dijo que solo esperarían dos días. Si para entonces no veían la luz del faro, abandonarían al abuelo a su suerte.

Pero el abuelo confiaba en su memoria.

Anteriormente formó parte de una expedición que salió a buscar agua para un mercante, y se le quedó grabada la formación rocosa porque le recordaba la silueta de un gigantesco animal prehistórico. Aunque el deshielo había hecho más peligroso el paso, el Abuelo lo había sorteado con maestría. Ahora estaba seguro de poder hacerlo siempre que el mar se mantuviera en calma el tiempo suficiente.

Al llegar encontró al farero borracho y lo mató. Recogió todas las armas del muerto y preparó su estrategia. Encendió la luz del faro y se dispuso a esperar hasta ver la proa del barco... y esperó un poco más, para apagar la luz en el momento justo en que la inercia del buque no pudiera evitar el choque con las rocas escondidas bajo el agua. Y esperó agazapado con paciencia y fue matando a tiros a los sobrevivientes que llegaron a la orilla.

Cuando estuvo seguro de que no había más gente en el barco, buscó 'la misteriosa carga' en la bodega y empezó a trasladar y cargar los 'barriles' en la barca.

Le llevó una semana esconder los barriles que aún estaban amarrados al barco. Después, usó las ropas del capitán y 'sus papeles' para hacerse pasar por él y vender la mercancía.

Un año más tarde entró en la mansión que el mismo había planificado y mandado construir. Guardó parte del tesoro y mandó hacer objetos como este diario, los marcos de estos ventanales» ...

—Pero la noche a la que te refieres —continuó Lion—, la noche en que Eddy perseguía a Dorothy, terminó en tragedia porque ella se quedó atrapada en este torreón. Cuando Eddy llegó a la puerta, ella retrocedió de espaldas a la ventana. En ese momento un rayo atravesó el cristal buscando el medallón que tenía en su pecho. Cuando cayó, ya estaba muerta. Eddy fue a buscarla, y la encontró destrozada. Pero no había cristales en su cuerpo, ni en el suelo... Entonces extrañado miró hacia la ventana y le pareció que no se había roto.

Más tarde el médico informó que no había encontrado restos del feto.

—¿Cómo puedes saber todo eso?

—Así lo cuenta Eddy en su diario, y te estoy pidiendo esto porque ahora su hijo está en peligro y sólo puedo salvarlo con el dinero del tesoro... Si no lo haces por él, recuerda que también es el hijo de Dorothy.

John Murdock tuvo que sentarse. Lion le ofreció un trago de la botella que había traído.

—Sabes cómo meter a un hombre en problemas. Me retuerces el corazón para que haga lo que pides y ponga mi vida en peligro, como hicieron los Steel en aquellos tiempos.

—Cierto, el metal es radiactivo. Todos los que lo tocaron han muerto, incluido Eddy. Pero, ahora hay medios seguros para hacer el trabajo. Tengo trajes especiales para cinco hombres y aquí hay cien cápsulas y una pistola para inyectarlas. Aparte de eso, te proporcionaré una embarcación especial que contiene un tanque.

—He dejado hombres vigilando tu avión y has venido hasta aquí solo. ¿Qué me impide cogerlo todo?

—Me decepcionas, como te he dicho, ahora hay juguetes nuevos... ¡Zoe dispara a la botella!

El pequeño proyectil pulverizó la botella a escasos centímetros de Murdock, quién dio un respingo, y se movió hacia la ventana. Pero sus hombres no habían oído nada y ni siquiera uno miraba en dirección al torreón.

—Me has tenido vigilado todo este tiempo.

—Sí, y me temo que tus hombres no valen mucho como guardaespaldas.

—Eddy no me hubiera tratado así.

—Si no puedo contar contigo buscaré quién lo haga. El dinero mueve montañas y estamos hablando de mucho dinero— Murdock miró a Lion como si lo viera por primera vez.

—¡Vamos al cincuenta por ciento!

—Eso es. Yo pongo los medios y tú pones la mano de obra.

—Pero mis hombres también sabrán dónde está el tesoro.

—Nos llevaremos todos los barriles que quedan y ya no habrá tesoro que pueda tentar a nadie.

REFLEXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora