25 -VISIÓN DE DÍA

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Lion dormitaba sentado en un bar del Distrito de la Costa. Su mente agotada proyectaba la escena que esperaba ver de un momento a otro: a Beth bajando de la limusina de Whitaker y llegando a la pasarela del rompeolas. Mantenía la tablet cerca para poder oír cualquier mensaje con claridad. Necesitaba dormir, pero no podía permitírselo antes de hablar con Beth. La había llamado varias veces, pero la chica no contestaba.

El Reflejo, que había sido vetado por Zoe durante toda la noche, volvió a intentar comunicarse con Lion, sin embargo, el sueño ligero de este, al no ser un verdadero sueño, no transmitía ninguna imagen y, por tanto, el Reflejo tampoco podía transmitir nada.

El camarero despertó a Lion al chocar el cubilete de hielo sobre la mesa de mármol. Lion se resignó a seguir esperando el tiempo que hiciera falta. Whitaker ya le había avisado de que Beth no estaba de humor: «Se va a enfadar». Usó dos cubitos de hielo para refrescarse la cabeza, y dejó que el agua helada descendiera. Se estaba secando los ojos, cuando vio a Beth bajar de la limusina y empezar a andar hacia la pasarela.

El Reflejo, al constatar que Lion estaba a punto de despertarse del todo, intentó proyectar su mente a través de Zoe, para forzarlo a dormir. El resultado fue que Lion empezó a verlo todo como en un vídeo ralentizado. Whitaker se despidió sacando una mano por la ventanilla y Lion vio su propia mano responder al saludo por el rabillo del ojo. Beth caminaba a paso de carga, pero la mente de Lion alargaba los pasos y entrecortaba la imagen. Beth arrastraba una maleta y un abultado bolso en bandolera que golpeaba rítmicamente su costado al ritmo de sus pasos.

El tiempo se paró justo cuando la chica puso un pie en el puente salpicando agua de mar. Lion conectó con sus pesadillas y quedó petrificado. El sol rielaba sobre el azul ondulante haciendo saltar chispas sobre un mar que se extendía hasta cubrir el paseo. Lion gritaba sin voz. Cuando Beth dio el siguiente paso, el mar ya se elevaba varios metros por ambos lados del puente, pero ella seguía en movimiento ajena al peligro. Lion intentaba parar la película de la muerte que sus pupilas anticipaban foto a foto. Y antes de que la pared de agua oscureciera el sol... cerró los ojos.

Beth gritaba al otro lado de la cortina de agua—: ¡Mirren me ha echado! ¿Te lo puedes creer?

Sus furiosos ojos azules eran como la esfinge a punto de fulminar al primer incauto que no supiera responder a sus preguntas. Pero Lion estaba dormido. Su mente vagaba por los restos del tsunami y la muerte azul.

—¿Qué te pasa? ¿Estás bien?

Beth le tocó un hombro y acercó su rostro mostrando preocupación. Lion no se despertaba. La chica lo zarandeó y él entreabrió los ojos. Se sintió mecido por los dos océanos verdiazules de Beth y la muerte azul cedió. Poco a poco recuperó la calma y se despertó completamente.

—He tenido una pesadilla en pleno día —Dijo Lion.

—¿Tomas tus pastillas?

—He pasado toda la noche despierto.

—Pues a mí me han echado. No tengo trabajo, y ahora mismo no sé a dónde ir.

—Te han echado porque ya no les sirves. ¿Me dejas tu móvil?

En cuanto Lion lo tuvo en la mano, lo lanzó al mar.

—¡Eh! ¿Cómo te atreves?

—Pregúntate, ¿cuándo te enteraste de que Castle tenía un hijo?

—¡Me has tirado el móvil!

—Cálmate un momento y responde, ¿cuándo te enteraste de dónde estaba el hijo de Castle?

—Cuando tú me lo dijiste en la «sala segura» ¿no lo recuerdas?

—Cierto, pero Jacob tenía pinchado tu teléfono y se enteró... de algún modo se enteró. He salvado al hijo de Castle por muy poco.

—¿Whitaker sabe lo que me acabas de decir?

—Sí.

—¿Y por qué no me ha dicho nada?

—Porque hace bien su trabajo.

—¡No me lo puedo creer! ¿También dudabas de mí? ¿Y ahora cómo puedes estar seguro?

—Viéndote llegar hecha una furia.

—¿Te parece divertido?

—Toma, este es el móvil que me diste en el Star & Steel.

—¿Y tú que usarás?

—Ahora llevo a Zoe a todas partes— Lion le enseñó la tablet escondida en el diario.

—¿Ese es el diario de Castle? ¿Qué ha pasado con las hojas?

—No sé a dónde han ido a parar las hojas originales. Pero Eddy se las apañó para seguir controlando mi vida a través de Zoe: dosificando la información a medida que voy cumpliendo con sus últimas voluntades.

—Pues Jacob planea que un juez invalide el testamento.

—Lo sé. Me lo hizo saber en persona y el sicario que envió a matar a Michael, me deja claro que está dispuesto a todo. Tengo que ir a Winterlander a la mansión de los Steel, para cumplir con el siguiente requisito del testamento. Y en el proceso quizá desbloquee más información que nos pueda ayudar.

—¿A nosotros? —dijo Beth extrañada de que Lion la incluyera.

—Tú, yo, Whitaker... quiero decir, que Castle contaba con nosotros, para llevar a cabo sus últimas voluntades. Pero no podremos hacer nada si un juez me deja fuera del testamento.

—Pues yo me acabo de quedar en la calle y Jacob se ha encargado de que ningún bufete de abogados me contrate.

—Puedes volver al ático.

—Claro y me voy a vivir contigo ¿no?

—¿Cómo te apañabas con Castle?

—Tenía mi propio cuarto.

—Pues puedes volver a instalarte ahí

—¿Y tú?

—Tengo espacio de sobra, pero... te necesito.

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