Lion subía por el atajo muy atento a cómo colocar los pies para sortear las agresivas rocas. Pero cuando llegó a la cima del pequeño macizo, enseguida reconoció el lugar del sueño: El torreón brillaba a la luz del sol, como el faro blanco surgiendo entre montañas.
Zoe emitió un sonido indicando que algo se había desbloqueado y lo leyó inmediatamente. Después se sentó a tomar uno de los sándwiches que le había preparado la discreta mujer de Murdock. Fue el propio John quién le sugirió aquel atajo en la montaña.
—Así verás la mansión a vista de pájaro, igual que el Magort.
—¿Sabes lo del Magort?
—Lo vi cuando llegó Eddy la primera vez y desapareció de la vista en cuando se fue. Era algo muy raro, de esas cosas que se te quedan en la cabeza. Así que pregunté a todo el que pudiera saber algo. Solo uno reaccionó a mi pregunta. Aunque dijo que no sabía nada, yo sé que las historias que el cerebro quiere ocultar, un buen licor las baja a la boca. Con su verborrea me contó lo que vio: «Huíamos a toda máquina y cuando por fin conseguimos rodear la isla, nos dimos cuenta de que el Magort nos seguía como un espíritu vengativo...»
Saqué la conclusión de que el pájaro voló hacia la seguridad del barco y que desde entonces siguió a Eddy. Hoy te ha seguido a ti, y es evidente que te reclama... Murdock se dio por vencido.
—Si estás decidido a ir, mejor que cojas un atajo y llegues con buena luz. Desde las rocas podrás ver donde amarró 'el abuelo' su barco y la tumba de todos los Steel.
—Todavía queda una Steel: Valerie Mirren.
—Esa picapleitos no cuenta, su padre fue desheredado... Si sobrevives a ese mausoleo, pásate por aquí y cuéntame qué has visto. Aquí la gente habla de cosas extrañas que se mueven en el torreón y que iluminan la noche como si fuera un faro. Nada de todo esto es normal. Tú tienes que entenderlo también.
Desde la montaña, la mansión solo destacaba por las ventanas del torreón, el resto quedaba difuminado porque sus fachadas y tejados oscuros se mimetizaban con el paisaje. Lion había visto las fotos de los tiempos en que la abuela Eleanor empezó a dar fiestas, y la mansión resplandecía con todas sus luces exteriores encendidas. Murdock tenía que haberla visto con sus propios ojos, sin embargo, sólo hablaba de ella como si fuera un barco abandonado.
A medida que Lion se acercaba a la majestuosa escalinata se iba sintiendo más asombrado. Entendió que Murdock siempre había visto la mansión de lejos y sonrió. Aquellas puertas dobles eran todavía capaces de resistir cualquier cañonazo hiriente de un mentiroso filibustero como él.
Se paró un momento para ver el escenario del crimen. Por encima de la puerta, una balconera rodeaba la parte frontal del edificio, imitando el puente de mando de un barco. Y quince metros más arriba, la ventana central del torreón, el lugar desde el que cayó Dorothy.
Lion buscó la llave en su mochila, pero al apoyar la mano en la puerta, cedió sin ruido. El interior estaba iluminado no sólo por la luz que se filtraba por las ventanas de la entrada, sino también por los ojos de buey que flanqueaban las paredes externas y las conectaban con el pasillo y los salones internos.
Todo parecía limpio. Esperaba olor a cerrado, a moho, a podredumbre, pero olía a madera noble y cuero añejo.
En penumbra, frente a él a izquierda y derecha, la doble escalera se unía en el piso de arriba. Pero prefirió seguir el pasillo, porque ese era el recorrido que debieron hacer los invitados en los buenos tiempos, para llegar a los salones del fondo, donde podrían cenar y bailar.
La última puerta conducía al jardín. Se giró para observar la simetría del pasillo central, rematado también en este extremo por dos escaleras perpendiculares que llevaban a las dependencias del piso de arriba.
«Todo inspirado en el diseño de un barco», pensó Lion.
Recordó la rosa de los vientos dibujada en el suelo del Star & Steel, y entendió que todos los Steel fueron influenciados por el espíritu marinero del abuelo Steel.
Caminaba por la mansión esperando que surgieran los recuerdos de haber estado allí, pero ni siquiera veía signos de deterioro. Nada parecía fuera de lugar. Las sillas ocupaban su sitio en la mesa, no había suciedad, ni telarañas. Se fijó en que a la lámpara central no parecía faltarle ninguno de sus adornos y sus colgantes de cristal multiplicaban en reflejos la luz del atardecer...
Sintió un tirón y caminó instintivamente hacia las escaleras que desaparecían en el piso de arriba. El tirón volvió a su cabeza como el aviso de una cicatriz que anticipa un cambio de tiempo. Como un lamento por la carne atada por invisible sutura.
Lion lo reconoció, incluso antes de que el Reflejo emitiera un fulgor apenas contenido por el miedo y la esperanza.
La Figura reflejó a Lion como si quisiera aprendérselo de memoria: cada botón de la camisa, cada mechón de cabello descuidado, la barba de varios días y la expresión de reconocimiento. Para Lion era su reflejo y para el Reflejo Lion era ya su piel.
Al Reflejo le hubiera gustado tocar a Lion, pero temió que esta vez Lion muriera. Lion tuvo que separarse de él porque sentía las emociones del Reflejo como propias.
Ahora el Reflejo quería mostrarle algo, pero no podía expresarlo con palabras. Lion entendió que debía seguirlo hacia el torreón. A Lion se le erizó el pelo de la nuca al sentir cómo sus sueños se fundían con la realidad al subir los peldaños de aquella escalera, aunque aquí no había rastro del azul, ni olas gigantes que amenazaran muerte.
Sabía que tenían que atravesar el pasillo que llevaba al cuarto de Dorothy y sentía la tensión del Reflejo. Supo que siempre evitaba ese camino. Prefería ir por la escalera externa, la que siempre usó el abuelo para subir discretamente, y donde murió la abuela tratando de salvar a Dorothy. Pero el Reflejo quería enseñarle el recorrido que usó Dorothy cuando huía de Eduardo Castillo. A Lion se le fueron los ojos hacia el gran ventanal forjado por el extraño metal que trajo el abuelo y del que decían emanaba luz cuando se hacía de noche.
Todo estaba bien puesto, como esperando a que alguien usara la mesa, la silla y el reposapiés donde se había sentado Lucy. Incluso la tablet estaba sujeta tal como la dejó ella.
El Reflejo se paró frente a la ventana vacía yLion entendió que quería comunicarle algo. Y ocurrió como siempre que elReflejo quería comunicarse con él, lo hizo como si estuviera en un sueño.
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REFLEX
Science FictionSiempre que nos acercamos a una ventana miramos a través de ella, pero nunca nos fijamos en el cristal. _ 2021© -2024© Safe Creative