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Nota: Este escenario no ocurre en la isla



El parque estaba casi desierto, salvo por unos pocos valientes que se atrevían a enfrentarse a la tormenta. La lluvia caía en cortinas densas, creando un ritmo constante y relajante al golpear las hojas de los árboles y el suelo de tierra. Los caminos de piedra brillaban bajo el agua, reflejando la luz tenue de los faroles que apenas lograban atravesar la cortina de gotas.

Los bancos estaban vacíos, con charcos formándose en sus superficies. El aire olía a tierra mojada y a frescura, ese aroma inconfundible que solo trae la lluvia. Las personas iban y venían con su paraguas en mano para protegerse de la lluvia. Las flores en los jardines se inclinaban bajo el peso del agua, sus colores vivos contrastando con el gris del cielo nublado.

Un riachuelo corría alegremente al borde del parque, su flujo aumentado por la lluvia, mientras pequeñas ondas se formaban en la superficie del agua. El ambiente era sereno, con un toque de melancolía, como si el mundo se hubiera ralentizado, invitando a cualquiera que estuviera allí a detenerse y contemplar la belleza tranquila del momento.

Tú no fuiste la excepción, deteniéndote a apreciar unas rosas empapadas por la lluvia pero que aun conservaban su belleza inigualable, te acercaste levemente notando ese olor a tierra mojada y el leve perfume de las flores filtrándose por tu nariz, llevándote inmediatamente a sentirte tranquila y en calma.

Hasta que escuchaste un ruido entre los arbustos de las flores, escuchando claramente un maullido, dejando tu paraguas de lado te acercaste para mover las flores viendo entre ellas a un gatito pequeño, te apoyaste en tus piernas para acercar tus brazos lo mas posible al gato y sacarlo de allí, aunque sintieras algunas espinas causarte rasguños en el proceso.

Al tomarlo y sacarlo de ahí notaste que estaba temblando y estaba empapado por la lluvia, te quitaste la sudadera que llevabas para envolverlo y lo acercaste a tu pecho para intentar calentarlo. Ibas a tomar tu paraguas hasta que viste como alguien mas lo tomaba y lo ponía sobre ti para cubrirte, al alzar tu vista encontraste a Ben allí, parado junto a ti.

- Cielos estas toda empapada- dijo viéndote sin tu sudadera, rápidamente te pidió que sostuvieras el paraguas un momento para quitarse su propia sudadera y ponerla sobre tus hombros. - ¿Estas bien?- dijo tomando nuevamente el paraguas para cubrirlos.

Tú aun estabas procesando lo que había ocurrido pero en cuanto saliste de tu trance respondiste- Si...si! Estoy bien no te preocupes- dijiste mientras aun abrazadas al gatito que seguía cerca de tu pecho buscando calentarse- Lo siento si te preocupaste, pero no te resfriaras sin tu sudadera?

- Estaré bien, el chiste es que tu estés bien- dijo sonriendo y acercándose a ti- Ademas creo que ese amiguito debe tener mas frio que yo en estos momentos- menciono señalando al gatito- Deberíamos llevarlo al veterinario

- Es cierto, creo que hay uno aquí cerca ¿me acompañas?- preguntaste sosteniendo el paraguas y señalando la dirección, él asintió sonriendo y paso una mano por tu hombro para abrazarte y acercarte a él.

Sentiste tus mejillas calentarse por su acción pero le devolviste la sonrisa y comenzaron a caminar hacia la veterinaria, notando que la mayoría de los establecimientos ya estaban cerrados a causa de la lluvia, pero ese no.

Entraron al lugar notando las luces acogedoras que la rodeaban y lo perfectamente organizado que estaba todo, diseñado para hacer sentir cómodos tanto a las mascotas como a sus dueños. notaste el mostrador de recepción, atendido por una mujer joven que los recibió con una sonrisa amable.

- Buenas tardes, ¿les puedo ayudar en algo?- pregunto

Tú te aceraste hasta ella para mostrar al gatito aun envuelto en tu sudadera- Quisiera pedir una consulta para el, lo encontré en el parque que esta a unas cuadras de aquí.

♡ᴡɪᴛʜ ʏᴏᴜ...ɪɴ ᴀɴᴏᴛʜᴇʀ ʟɪғᴇ°࿐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora