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Despertaste al sentir los rayos del sol colarse por tu ventana, el aroma de lavanda y flores recorría tú habitación. Te sobaste la cien ligeramente tratando de calmar el dolor de cabeza que sentías, creíste que probablemente no fue tan buena idea haber ido a la fiesta de noche pues ahora sufrías las consecuencias.

Saliste pesadamente de tu cama, te aseaste y preparaste para salir, no tenías muchas ganas de cocinar, ademas era tu día libre por lo que seria un perfecto plan quedarse en casa el resto de la tarde viendo películas y disfrutando de una velada solitaria.

Te dirigiste hacia la puerta de tu departamento, no sin antes tomarte una pastilla para tu dolor, y salir hacia las calles algo solitarias por ser demasiado temprano. Afortunadamente tu cafetería favorita estaba abierta, entraste siendo recibida por el aroma a café recién molido y una atmósfera acogedora.

Las paredes estaban adornadas con fotografías en blanco y negro de la ciudad en sus años dorados, y estanterías repletas de libros antiguos, invitando a los clientes a sentarse y leer. El mobiliario, era una mezcla ecléctica de sillas y mesas de madera, creando un ambiente relajado y familiar. En una esquina, un viejo tocadiscos reproducía suave música clásica, dándole un toque de magia a la estancia. Así como las luces cuidadosamente dispuestas, ofreciendo una luz cálida. El mostrador de madera oscura estaba repleto de pasteles caseros, croissants recién horneados y una variedad de tés exóticos.

Te acercaste al mostrador donde el ya conocido barista, y tu amigo, comenzó a atenderte.

—Buenos días —saludo alegremente.

—Buenos días Kenji, dame el desayuno de siempre por favor, pero agrégale extra de café dulce

—¿Resaca después de la fiesta? —pregunto mientras empezaba a preparar tu pedido.

—No te imaginas cuanta, creo que debí declinar la oferta —dijiste cansada mientras te apoyabas levemente en el mostrador, apreciando el olor de los pasteles.

—Bueno ya sabes como es Brooklynn —dijo mientras cortaba un pedazo de pastel de chocolate y lo guardaba en tu pedido —si no ibas ella probablemente te hubiera arrastrado

—No le puedo decir que no —dijiste levantando la vista, admirando como comenzaba a preparar el café de manera artesanal con mucha maestría —aun no me creo que hayas logrado aprender a hacer eso en menos de una semana

—Que te puedo decir, aprendo rápido —dijo divertido, mientras vaciaba los granos de café —Por cierto ¿qué paso con el chico de anoche?

Te quedaste algo perpleja ante lo que pregunto —¿Cuál chico? —preguntaste confusa.

—El chico con el que estabas anoche —respondió, al ver tu mirada de confusión dejo lo que estaba haciendo y se cruzo de brazos —en serio no lo recuerdas?

—Si lo recordara no estaría preguntando Kenji

Él suspiro, bajo los brazos y comenzó a explicarte —Anoche estuviste con un chico bailando, creo que primero conversaron y ya luego los vimos en la pista, Brooklynn hasta les tomo fotos —dijo sacando su celular para enseñártelas. En ellas aprecias tú de espaldas, y en frente de ti un chico bastante alto, con el cabello claro algo largo pero sin exagerar, su mirada estaba fija en ti mientras te tomaba de la mano.

Te quedaste bastante sorprendida, normalmente no bailabas con nadie, se te complicaba un poco iniciar una conversación con alguien nuevo y que de la nada se hayan puesto a bailar daba a notar que esta vez te pasaste un poco con las bebidas. Aunque no negabas que el chico era totalmente tu tipo—Ay dios —dijiste avergonzada mientras te cubrías tu rostro.

—Creo que te quería pedir tu número, pero ya estabas medio dormida, así que Brooklynn le dijo algo, no se que y nos fuimos.

—¿Crees que le haya dado mi número? —preguntaste.

—No creo, sabes que no lo daría así como así —afirmo mientras te entregaba tu pedido, le pagaste el dinero correspondiente y comenzaste a beber tu café.

—Bueno, quizás ya no lo vuelva a ver, pero quedo la experiencia —dijiste divertida, estabas por irte hasta que escuchaste el timbre de la tienda anunciado que alguien o en este caso, varias personas entraban. Dos chicas de cabello oscuro, una con el cabello largo que vestía un uniforme deportivo y otra de cabello corto que iba abrigada con una chaqueta y botas oscuras, y a su lado un chico alto que se parecía mucho al de la foto y al de anoche...

—Mierda —dijiste en voz baja, Kenji te miro a ti y luego al chico y rápidamente se dio cuenta de quien era —Mátenme por favor

—Mira por la parte buena nos ahorramos contratar un detective que lo encontrara —dijo, al ver que se acercaban al mostrador te hizo una seña con la mano para que te apartases un poco dejando espacio— Buenos días

—Buenos días —saludo el chico, las chicas respondieron también sin ver que aun te encontrabas al lado —vamos a querer tres capuchinos por favor

—Y una rebana de pastel de zanahoria también por favor —dijo la de cabello corto.

—En seguida salen —dijo Kenji comenzando a preparar la orden, te vio de reojo y le diste un asentimiento a modo de despedida, mientras te movías trataste de evitar a toda costa la mirada del chico, quien si te había notado, y ahora te miraba curioso.

Te dirigiste hacia la puerta, haciendo que el ruido de la campara indicara tu salida, comenzaste a caminar hacia las calles y dirigirte a tu casa lo mas rápido posible, pero escuchaste como alguien venia atrás de ti y lo confirmaste cuando un toque en tu hombro te hizo darte vuelta.

—Hola —dijo el chico, parpadeaste confusa tratando que articular alguna palabra.

—H-hola —dijiste —¿necesitas algo?

—Lo sabia, eres la chica linda de ayer —dijo casual, tú sentiste como tus mejillas se colorearon y deseaste que la tierra te tragara en ese momento.

—Y supongo que tú eres el chico con el que baile ayer ¿cierto?

—Sip, perdona mis malos modales, pero ayer no pude pedirte adecuadamente tu número,—explico —creo que tu amiga Brooklynn va conmigo en la carrera y me dijo donde encontrarte

Así que fue eso— Si, ¿estudias mercadotecnia o algo parecido?

— Comunicología, pero hay algunas clases que compartimos —menciono —Tú vas también en la misma universidad ¿no?

— Si, solo que yo estudio entre el área de medicina y arte, estoy en psicología

—Si, algo así me habías mencionado ayer —dijo asintiendo —sabes no quiero asustarte, pero ayer me besaste

Sentiste que se bajaba la presión en ese momento— Espera ¡¿Qué?!

—Bueno bailamos un poco, comenzamos a platicar y de repente nos estábamos besando. Eso es lo que recuerdo —dijo acercándose un poco hacia ti.

—P-pero, es que no entiendo, oh mierda —dijiste al empezar a recordar que hubo un momento en el que estaban bailando y decidiste besarlo, solo dios sabe de donde sacaste la valentía para hacer eso.

—Parece que ya recordaste

—Lo lamento, no estaba en mis cinco sentidos en ese momento

—No tienes porque disculparte, en realidad te quería preguntar si hay posibilidad de que me des tu número, me encantaría conocerte y si tú quieres salir alguna vez —propuso con una sonrisa dulce, que fue directo a tu corazón.

—Oh, claro aquí tienes —sacaste tu celular y le mostraste tu número, él le tomo foto e hizo lo mismo con el suyo propio.

Sonrió complacido al ver la foto en su celular y mientras lo guardaba dijo—Nos veremos luego, princesa

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♡ᴡɪᴛʜ ʏᴏᴜ...ɪɴ ᴀɴᴏᴛʜᴇʀ ʟɪғᴇ°࿐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora