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La tarde estaba bañada en un cálido resplandor, con el sol descendiendo suavemente sobre la ciudad y tiñendo el cielo con tonos de naranja y rosa. Ben había preparado cada detalle con sumo cuidado. Colocando algunas velas que sabía que te gustaban, unas cuantas golosinas y dulces acomodados en una pequeña mesa, junto a unas mantas y cojines, había revisado que el proyector estuviera listo para reproducir la película que quisieran.

Sabía que un mes no era mucho tiempo en la escala de una relación, pero sentía que estos primeros días habían sido como una revelación. Y hoy, en el primer mes de estar juntos, quería asegurarse de que sintieras cuánto te apreciaba y lo mucho que habías llegado a significar para él.

Con el corazón latiéndole en el pecho, Ben observó el libro que sostenía entre las manos. No era solo un libro, sino algo que él había elegido después de mucha búsqueda y reflexión. En cada página había dejado pequeños rastros de sí mismo: frases subrayadas, anotaciones y palabras que pensaba que resonarían con ella. Era una historia que, a su manera, contaba algo sobre ambos, algo que él no podía expresar de otra forma.

Cuando escuchó el timbre, respiró profundo y fue a abrir la puerta. Ella estaba allí, sonriendo, con una caja entre las manos. El regalo estaba envuelto con detalles sencillos, pero él podía notar la atención con la que ella lo había preparado.

—¡Sorpresa! —dijeron ambos al mismo tiempo, y rompieron a reír. Era como si todo en ese momento estuviera en perfecta sincronía, como si el universo les hubiera regalado ese instante exacto de felicidad compartida.

Ben te extendió el libro, con una mezcla de emoción y nerviosismo. Lo tomaste entre tus manos, observando la portada y los bordes desgastados, signo de que él había pasado tiempo con ese libro, escudriñando cada palabra. Lo abriste lentamente, y tus ojos recorrieron las primeras páginas, deteniéndose en las notas escritas a mano. Cada frase subrayada parecía una confesión, un pedazo de él que ahora podías atesorar.

—Ben, esto es... —sonreíste, tocando las palabras como si cada línea fuera un susurro, una conversación entre ellos—. Es hermoso.

—Quería que supieras que, desde que llegaste, me haces ver las cosas de una manera diferente —murmuró Ben, bajando la mirada por un momento, un poco avergonzado de ser tan honesto— Y este libro... creo que te representa. Y, no sé, quise dejar algo mío en él, para que lo sintieras contigo.

Tomaste su mano y lo miraste con ternura, sus palabras te habían tocado profundamente. Tu sonrisa era una mezcla de gratitud y cariño, pero también había algo más, una chispa de emoción que no podías ocultar aunque quisieras.

—Yo también tengo algo para ti —mencionaste, y le tendiste la caja envuelta con cuidado.

Ben levantó la tapa, y sus ojos se iluminaron al ver lo que había dentro. Había dulces de todos sus sabores favoritos, organizados con mimo y esmero. Y, bajo ellos, una camiseta de su equipo de fútbol preferido, en un tono exacto, con el escudo bordado que tanto significaba para él. Soltó una risa incrédula, al tiempo que sacaba la camiseta de la caja y la sostenía frente a sí, impresionado por el detalle.

—Esto es... —empezó a decir, casi sin palabras— No puedo creer que te hayas acordado de mi equipo, ¡y los dulces! Sabes exactamente lo que me gusta. Es perfecto, en serio.

Te sonrojaste sin poder evitarlo, visiblemente aliviada de que tu regalo hubiera tenido el impacto que esperabas.

—Quería hacer algo que te recordara que presto atención a cada cosa que dices —admitiste, mirándolo de reojo—. Me pareció especial darte algo que sé que te emociona.

Ben no podía dejar de mirarte, encantado por cómo había pensado en esos detalles. Para él, este era un recordatorio de que lo entendías, de que te preocupabas y, de alguna manera, lo apreciabas tanto como él a ti.

Se sentaron juntos entre las mantas y cojines, rodeados por el suave resplandor de la tarde. La caja de dulces quedó abierta entre ustedes, y compartieron algunos mientras charlaban y reían. Cada vez que uno tomaba un dulce, el otro sonreía, disfrutando de esos instantes de simplicidad y compañía. No eran los objetos, sino el significado que habían puesto en ellos lo que hacía que ese primer mes fuera memorable.

—¿Te has dado cuenta de lo rápido que ha pasado este mes? —preguntaste de repente, mirándolo con una mezcla de sorpresa y dulzura.

Ben asintió, sin apartar los ojos de ti.

—Sí, y aún no puedo creerlo. Siento que te conozco desde hace mucho más tiempo —dijo él, sosteniéndole la mirada —Durante este mes he podido aprender mucho sobre ti, y también he aprendido a amarte, mas de lo que tu crees.

Sonreíste,mientras un leve rubor se extendía por tus mejillas.

—Yo siento lo mismo contigo, a tu lado me siento diferente, mas yo, mas completa.

La conversación fluyó naturalmente, sin prisas, y cada palabra parecía estrechar más los lazos que los unían. Cada pequeño detalle de la tarde, desde los dulces hasta el libro y la camiseta, era un recordatorio de que estaban creando algo juntos, algo que, con el tiempo, podría volverse una historia digna de ser recordada.

Finalmente,hojeaste de nuevo el libro, con los ojos fijos en una frase subrayada que él había marcado especialmente para ti. Leíste en voz alta: "A veces, las mejores historias comienzan en los lugares más inesperados, en los momentos menos planeados, con personas que llegan a tu vida como una sorpresa."

Ben sonrió al escucharla, reconociendo la frase y el peso que tenía.

—¿Crees que eso se aplica a nosotros? —preguntó él, tomando tu mano con suavidad.

Lo miraste, y tu sonrisa fue suficiente para confirmar que ambos sentían lo mismo. Tal vez, ese era solo el primer capítulo de una historia que aún no sabían hasta dónde los llevaría.

Con la tarde cayendo y el cielo oscureciendo, permanecieron juntos, compartiendo dulces y pensamientos, sin prisa por despedirse. No necesitaban palabras para expresar lo que sentían, porque ambos sabían que, en ese instante, en ese preciso momento, no había nada más perfecto que estar el uno junto al otro.

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♡ᴡɪᴛʜ ʏᴏᴜ...ɪɴ ᴀɴᴏᴛʜᴇʀ ʟɪғᴇ°࿐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora