♡ᴡɪᴛʜ ʏᴏᴜ...ɪɴ ᴀɴᴏᴛʜᴇʀ ʟɪғᴇ°࿐

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Basada un poco en el mundo de Bridgerton, aunque solo la ambientación, y el personaje de Francesca. Lo demás me lo invente yo.

En una tarde soleada y perfecta asististe a un evento junto a la familia Bridgerton, a la finca de los Featherington. Los invitados estaban en un amplio y verde prado, rodeados por árboles frondosos y flores silvestres que daban un toque natural y romántico al ambiente. Una carpa blanca grande, decorada con cintas de seda y flores, se encontraba en el centro del campo. Las damas de la alta sociedad junto a las recientes debutantes, con sus vestidos de muselina y encaje, conversan alegremente mientras sostienen copas de champán, mientras los caballeros, vestidos con elegantes chaquetas y corbatas de seda, charlan animadamente sobre las últimas noticias.

En un rincón de la carpa, una pequeña orquesta toca música suave, añadiendo un toque de sofisticación al ambiente. La suave brisa que corre a través del campo trae consigo el aroma de las flores y la tierra, creando un entorno idílico que parece sacado de un cuadro romántico.

-Mira quien esta ahí -señalo Francesca, una de las Bridgerton y tu mejor amiga. Volteaste la mirada hacia donde indicaba y te encontraste suspirando muy fuerte al ver de quien se trataba -Deberías ir y hablar con él, antes de que Cressida se le eche encima como una mosca

-Aunque quisiera hacerlo, no tengo el suficiente valor como para acercarme -dijiste mientras te reías en voz baja al escuchar su comentario, Ben Pincus era uno de los solteros mas codiciados de toda la ciudad, y no era para menos, además de poseer una gran cantidad de dinero, era una persona muy amable y agradecida. Cada madre de la ciudad ya habían insistido en que debía encontrar una esposa adecuada, la misma reina había platicado con él al respecto pero sus comentarios se los reservo, lo que causaba la incógnita de si ya existía alguien en su corazón.

-Por favor, llevas mas de un año enamorada de el, incluso mis hermanos han notado tu interés -dijo Francesca, mientras tomaba otra cucharada del pastel que estaba degustando con alegría.

-Si incluso tus hermanos lo han notado y él aun no, entonces no hay esperanzas para mi

-Oh por favor, solo hay que acercarnos y listo lo seducirás con tus encantos tan rápido que te pedirá matrimonio inmediatamente -dijo divertida, dejando su postre de lado, e incitándote a levantarte de donde se encontraban sentadas.

-Francesca no -dijiste tratando de quedarte en tu lugar, pero fuiste jalada por ella parándote, suspiraste resignada y comenzaron a caminar hacia donde se encontraba el joven.

Sentías que tu pulso aumentaba mientras la distancia se reducía, tenias muchas ganas de salir corriendo pero tu amiga te había agarrado del brazo para que no escaparas. Cuando llegaron hasta donde el, creíste ver vagamente un sonrojo un cuando te miro pero probablemente había sido una alucinación.

-Saludos duque -dijeron tu y Francesca mientras se inclinaban, recibiendo la misma muestra de respeto por parte de él

-Saludos señoritas -dijo sonriendo -¿Disfrutan del evento?

-Lo disfrutaríamos mas si no hubiera tanta humedad en el aire -dijo Fran a lo que tu asentiste, creíste que te habías quedado sin voz hasta que se giro a verte directamente a los ojos

-Y usted, ¿lo disfruta señorita?

-Y-yo -tartamudeaste ligeramente, intentando tranquilizarte - Claro es un lugar maravilloso

-Me alegra -dijo sonriendo - ¿Qué les pareció la selección de postres?

-De lo mejor sin duda, a _______ le encantan los postres, y comparto el gusto -te sonrojaste levemente por el comentario pero trataste de mantener tu cabeza en alto para no denotar tus nervios.

-¿Es así? Entonces espero que gusten acompañarme a la carpa, quisiera probar algunos ya que no he tenido oportunidad

-Me encantaría, pero mis hermanos me están esperando, sin embargo mi amiga claro que puede -dijo Francesca empujándote levemente hacia él, quedando cerca de su cuerpo, alzaste la vista encontrándote con que él ya te estaba mirando como embelesado.

-Si usted gusta señorita -dijo muy cortes, lo que estremeció tu corazón.

-Seria un placer, duque

Comenzaron a caminar hacia la carpa, aunque no sin antes voltear a ver a tu amiga quien sonreía alegre al verte junto a tu enamorado. Dentro de la carpa, mesas largas y cubiertas con manteles de encaje están repletas de exquisitos postres, frutas frescas, y bebidas. Hay pirámides de macarons en tonos pastel, tartas de frutas decoradas con flores comestibles, y fuentes de chocolate donde los invitados podían mojar fresas.

La luz del sol atravesaba las telas translúcidas de la carpa, creando un ambiente cálido y acogedor.

-¿Que tipos de dulces le agradan duque? -preguntaste tratando de establecer una conversación para hacer ameno el ambiente.

-Por favor solo dime Ben, se siente extraño que siempre me llamen por mi titulo, y contestando a tu pregunta, prefiero los que sean de frutas

-Entiendo, entonces que le parece probar uno de estos?, es de limón y es muy suave -dijiste levantando un pequeño dulce decorado con tonos blancos y amarillentos.

Creíste que tomaría el postre cuando se inclino hacia a ti, pero te sonrojaste al ver como sus labios rozaron tus dedos al tomar un pequeño bocado del dulce.

El sabor cítrico del limón, combinado con el azúcar glas y la ternura de tus dedos, hicieron que el momento se sintiera íntimo, casi prohibido, a pesar de que nadie los estaba viendo en ese momento.

-Es verdad, esta delicioso, aunque sospecho que cualquier cosa sabrá mejor si viene de tus manos -dijo viéndote directamente a los ojos.

-Y-yo, me alegra que le gustara -dijiste a duras penas, sentías tu cara caliente lo que probablemente denotaba que estabas sonrojada.

-Alguna otra recomendación que quieras hacerme? -preguntó aun sin apartar la vista de ti.

-Bueno... -comenzabas a buscar algún otro dulce que pudiera gustare con la mirada siendo seguido por él.

Siguieron recorrieron el lugar, cada postre que le mostrabas el se inclinaba y le daba una probada quedando muy cerca uno del otro, aunque poco a poco tu nerviosismo paso a una comodidad junto a el. La complicidad entre ambos era palpable, un lazo silencioso que se fortalecía con cada pequeño gesto compartido, cuando terminaron de su larga degustación antes de salir de la carpa Ben te detuvo sujetando cuidadosamente tu mano.

-Se que sonara algo atrevido de mi parte, pero le gustaría que nos encontramos en la siguiente fiesta señorita? -preguntó, sus ojos casi suplicaban por una respuesta y el leve sonrojo de su rostro casi te hizo suspirar.

-Sería un placer -dijiste mirándolo, sonreíste levemente al ver como sus ojos se iluminaban por tu afirmativa.

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