Si el rojo fuera una persona, sería ella.
El rojo precioso del rubí, tan exclusivo y amado, tan protegido y buscado.
Si ella fuera el rojo, sería también el rojo de los faroles y luces navideñas que prenden cada tanto en las épocas más enternecedoras del año, al igual que el rojo carmesí que brilla tan arrogante y precioso durante todo el mes de febrero, que el catorce de aquel por todo el mundo se ilumina ante la llegada del amor, el estruendoso amor de cada amante de la ciudad.Pero si ella fuera el rojo, sería el color más odiado. Sería también el ardiente fuego quemando y abrasando a su paso, reduciendo a cenizas, reduciendo a nada… Destrucción, Destrucción propia. Si ella fuera el rojo, sería también la mancha de sangre en el corazón, aquella que te agarras con el puño deseando lograr arrastrarte un poco más rogando por tu vida; los ojos de la muerte, los ojos del miedo.
Si ella fuera el rojo, ella sería igual de dulce que las frambuesas, y tan ácida como las cerezas recién arrancadas de su tallo. Sería el labial que marca propiedad en un Malboro Rojo en los 70's, Eileen Merrell la tomaría en sus labios vírgenes y jamás la dejaría escapar. Sería también el beso dulce de una abuela a su nieto antes de mandarlo a la escuela, provocando burlas, risas, pero más amor que cualquier mierda que le puedan meter al cerebro a ese niño.
Si ella fuera el rojo, sería la toxicidad misma, un peligro, un vicio. Un peligro para sí misma. Drógandose con su propia piel.
La roxicidad, tan roja, tan ella, tan dulce, tan amarga.
El rojo, el Malboro.
El rojo, ella.
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𝙄𝙉 𝙈𝙔 𝙃𝙀𝘼𝘿
Poetry¿Qué ocurre? ¿Por qué de nuevo me llenan las ganas indestructibles y feroces de atrofiar mi rutina de sueño para escribir...? ¡Qué importa! Voy por mi café. Mi poesía, la que se me ocurre en lo más profundo y oscuro de la madrugada. • únicamente p...