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Capítulo 7: Encuentros


—¿Jimin?

—Sungwoon, hola — Sabía que no era una visita amistosa. Sungwoon se maldijo, al abrir la puerta luego de escuchar los golpes impacientes en la puerta de su casa. Se encontró cara a cara con aquel alfa, un traficante de drogas,  cuya reputación lo precedía.

—¿Dónde está Jimin?—exigió, su voz en un gruñido amenazante. Sungwoon tragó saliva, nervioso. No había visto a Jimin en semanas y la preocupación lo consumía.

—No sé nada de él—respondió Woon, tratando de mantener la calma. —Escapó.

Seungri no se contentó con la respuesta. Avanzó un paso, acercando su rostro intimidante al de Sungwoon. —¿Escapó? ¿Y crees que eso me importa? Si tu maldita zorra no aparece para saldar tú deuda, entonces pagarás por él, y créeme que no sera con tu culo.

La amenaza colgaba en el aire como una nube oscura. Seungri lo miró fijamente por un momento más, asegurándose de que el mensaje había sido claro, antes de girarse y marcharse, dejando a Sungwoon con el peso de la situación aplastándolo.

La desesperación apoderándose de él. La ira y el miedo mezclándose en su interior, formando una tormenta imparable. De un manotazo, barrió las botellas de vino que decoraban su pequeña sala. Los cristales se estrellaron contra el suelo y las paredes, esparciendo un aroma agrio y penetrante.

—¡¿Cómo pudo escapar?!—gritó al vacío, sus manos temblando mientras tomaba otra botella y la lanzaba contra la pared. La desesperación lo estaba consumiendo. Los clientes exigían a Jimin, sus deudas crecían y el tiempo se agotaba.

Se dejó caer al suelo entre los fragmentos de vidrio, con la cabeza entre las manos. Necesitaba encontrar a Jimin. No solo para apaciguar a Seungri y a los otros, sino también para salvar su propia vida.

Mientras el eco de su desesperación resonaba en la pequeña habitación, Sungwoon se dio cuenta de que no podía perder más tiempo. Tenía que actuar, buscar a Jimin en cada rincón de la ciudad. Solo así podría encontrar una salida y esa era tener a Jimin devuelta a su lado.

Yoongi se detuvo frente a la casa de su ex suegra, el corazón latiendole con fuerza

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Yoongi se detuvo frente a la casa de su ex suegra, el corazón latiendole con fuerza. Habían pasado dos meses desde que la mujer había decidido llevarse a Yena a vivir con ella, y el dolor de la separación lo estaba consumiendo. Al bajar del auto, observó la fachada conocida y tomó aire antes de tocar el timbre.

La puerta se abrió, revelando a su suegra con una expresión tensa. —Hola, Yoongi—dijo ella sin mucho entusiasmo, dando un paso atrás para dejarlo entrar.

Él asintió con una leve sonrisa nerviosa.
—Hola. ¿Está Yena lista?

Antes de que su suegra pudiera responder, la pequeña apareció detrás de ella, con los ojos llenos de lágrimas. Al ver a su padre, las lágrimas comenzaron a rodar por sus recordetas mejillas.  —¡Papá!—gritó, lanzándose a sus brazos.

I LOVE YOU, BOY | YOONMIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora