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Capítulo 45: Oportunidad para una mentira.

Dia 2:
Yoongi despertó de golpe, su respiración agitada y el pecho subiendo y bajando como si hubiera corrido una maratón. Había soñado con Jimin. En el sueño, el omega intentaba decirle algo, pero su voz no salía. Solo sus labios moviéndose desesperadamente, y sus ojos suplicantes que parecían gritar algo que Yoongi no podía entender. Se llevó una mano al pecho, sintiendo cómo su corazón latía desbocado. Algo no estaba bien. 

El lobo de Yoongi se removía inquieto, como si intentara decirle algo también. Miró por la ventana y notó que el sol ya había salido. Namjoon debía llegar pronto con el dinero, y luego seguirían las instrucciones del secuestrador. Pero la duda lo carcomía: ¿cómo podía Jimin estar detrás de todo esto? Por más que todos los indicios apuntaran hacia él, algo en Yoongi no podía aceptarlo. Había una resistencia interna, un clamor que pedía buscar otra verdad. 

Se levantó despacio, sus pensamientos nublados. Caminó por el pasillo en dirección al cuarto de Yena. La niña no había dormido bien en los últimos días, llorando en las noches y pidiendo a gritos que trajeran de vuelta a Jimin. Cada vez que Yena lo hacía, Yoongi se quedaba sin palabras. No sabía qué decirle, no sabía cómo consolarla cuando él mismo estaba al borde del colapso. 

Al entrar en la habitación de su hija, la vio dormida, hecha un pequeño ovillo en medio de las mantas. El corazón de Yoongi se apretó. Caminó hacia ella y se metió en la cama con cuidado, abrazándola con fuerza. Sentía que su instinto protector lo consumía, que haría lo que fuera necesario para que ella estuviera bien. Pero mientras sostenía a Yena, otra sensación lo abrumó: estaba cansado. Cansado de ser fuerte para todos. ¿Quién era fuerte para él? Cerró los ojos, tratando de encontrar una respuesta en el vacío, y con cada pensamiento imploraba en silencio: Jimin, por favor, dame una señal... algo que me diga que no eres culpable de esto. 

Jimin estaba en las peores condiciones

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Jimin estaba en las peores condiciones. El omega se sentía mareado, con náuseas constantes que apenas podía contener. Su cuerpo estaba débil, y el hambre y la sed lo estaban consumiendo. Sungwoon había desaparecido desde la madrugada, dejándolos solos en esa habitación claustrofóbica. 

De repente, escuchó que alguien lo llamaba. 

—Jimin...—la voz de Woonyoung era baja, como si temiera ser escuchada—. Jimin... 

El omega abrió los ojos con dificultad, girando la cabeza hacia la joven. Parecía querer decir algo, pero al mismo tiempo dudaba en hacerlo. 

Finalmente, Woonyoung rompió el silencio: 

—¿Qué sientes por mi cuñado? 

La pregunta lo tomó por sorpresa. Jimin tragó saliva, su mente volviendo a los recuerdos de Yoongi. Sus ojos se perdieron en un punto fijo de la habitación mientras trataba de encontrar las palabras adecuadas. 

I LOVE YOU, BOY | YOONMIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora