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Capitulo 36: ¿La sorpresa de Yoongi o la sorpresa para Yoongi?

Jimin estaba terminando de vestir a Jihoo, quien aún estaba un poco adormilado después de haber estado enfermo durante el fin de semana. Yoongi lo observaba en silencio desde la puerta del cuarto, con una expresión tranquila pero decidida.

—¿Nos vamos? —dijo finalmente el alfa, cruzando los brazos mientras miraba al omega y a los niños.

Jimin alzó la vista y asintió, intrigado por el tono misterioso en la voz de Yoongi. El alfa rara vez organizaba planes sin avisarle primero. Yena, al escuchar las palabras de su padre, corrió hacia él llena de energía.

—¿A dónde vamos, papá? —preguntó la niña emocionada, tirando del brazo de Yoongi.

El alfa sonrió con suavidad. Se agachó para quedar a la altura de Yena, colocándole una mano en la cabeza.

—Tengo una sorpresa para ustedes.

—¿Una sorpresa?—repitió la niña con ojos brillantes, rebotando sobre sus talones. 

Yoongi asintió y luego miró a Jimin, que se acercaba a ellos con Jihoo acunado en sus brazos, su carita aún algo pálida y los párpados pesados.

—Vamos, suban al auto. Quiero que la sorpresa siga siendo sorpresa hasta que lleguemos.

Jimin arqueó una ceja, curioso, pero siguió a Yoongi sin hacer más preguntas, disfrutando del raro momento en que el alfa se tomaba el tiempo para hacer algo especial. Subieron al auto; Jihoo seguía apoyado contra el pecho de Jimin, medio dormido, su respiración suave y tranquila mientras Jimin le acariciaba la espalda en círculos pequeños.

Yoongi condujo en silencio, con una expresión satisfecha. Yena, sin embargo, no dejaba de hacer preguntas, moviéndose inquieta en su asiento.

—¿Falta mucho? ¿Es un parque? ¿O una tienda de juguetes?

Yoongi soltó una risa breve, sin revelar nada.

—Ya casi llegamos, paciencia.

Jimin sonrió mientras apoyaba la mejilla contra la cabeza de Jihoo. Miraba de reojo a Yoongi, agradecido por el esfuerzo que estaba haciendo por su familia. Podía sentir el cambio sutil en el alfa, como si realmente estuviera intentando ser más presente luego de los últimos acontecimientos.

Después de un trayecto que para Yena se hizo eterno, el auto finalmente se detuvo frente a una entrada amplia flanqueada por campos verdes y establos.

—¡Mira, hay caballos! —gritó Yena, prácticamente trepando en su asiento para asomarse por la ventana. 

Jimin dejó escapar una risa suave al verla tan emocionada, y Yoongi sonrió satisfecho mientras apagaba el motor. Bajó rápidamente del auto y fue directo a abrir la puerta del lado de Jimin. 

—¿Puedes bajar?—le preguntó en voz baja, acariciando la cabeza de Jihoo que seguía acurrucado contra el omega. 

Jimin asintió, bajando con cuidado y ajustando al niño en sus brazos. Entonces, Yoongi caminó hacia el otro lado y abrió la puerta para Yena, que prácticamente saltó del asiento, su rostro iluminado de emoción. 

—¿Dónde estamos?—preguntó, girando la cabeza en todas direcciones.

Yoongi se inclinó hacia su hija con una sonrisa suave. 

—Jimin me contó que no pudiste montar a caballo en la granja de tu amiga... así que te traje aquí para que lo hagas.

Los ojos de Yena se agrandaron de asombro. Por un momento, se quedó sin palabras, hasta que de repente corrió hacia su padre y lo abrazó con todas sus fuerzas.

I LOVE YOU, BOY | YOONMIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora