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Capitulo 34: Aroma

Cada noche, Yoongi encontraba la forma de escabullirse hasta la habitación de Jimin, como si ese breve trayecto fuera un ritual secreto que ambos compartían. A veces se quedaban hablando hasta que el sueño los vencía, riendo en voz baja, intercambiando historias de su día. Pero había otras noches, como esta, donde el silencio daba paso al deseo, y Jimin podía sentirlo desde el momento en que Yoongi lo tocaba. 

El baño se había convertido en su refugio favorito, un espacio íntimo donde el agua amortiguaba los sonidos y las paredes contenían sus gemidos. Allí no había necesidad de contenerse, y cada movimiento bajo el agua se sentía más intenso.

Jimin estaba ahora a horcajadas sobre Yoongi, con las manos aferradas a su cabello empapado. El agua de la bañera se agitaba cada vez que Yoongi embestía desde abajo, un ritmo lento pero firme, como si quisiera saborear cada segundo de la unión entre ambos.

—Ngh... Yoongi... —susurró Jimin, su respiración entrecortada, con la frente inclinada hacia la de él, buscando algo de estabilidad en medio de las oleadas de placer. 

Las manos del alfa recorrían su espalda, trazando líneas imaginarias sobre su piel mojada, mientras lo atraía más cerca, como si quisiera que cada parte de él permaneciera pegada a su cuerpo. 

—Ah... sigue... —Jimin se mordió el labio, sintiendo cómo el calor en su vientre se intensificaba con cada movimiento lento y profundo. 

Yoongi soltó un suspiro bajo, su mirada fija en Jimin, como si cada expresión del omega fuera una promesa silenciosa.

—Te ves tan hermoso así... —murmuró, su voz baja y llena de devoción. Jimin sintió su pecho apretarse ante esas palabras, su corazón latiendo rápido, al borde de dejarse caer por completo en ese momento. 

El nudo de Yoongi comenzaba a formarse, una presión cálida y constante que se anclaba entre ambos, haciendo que Jimin ahogara un gemido mientras sentía cada centímetro de él llenarlo. Sus piernas se ciñeron más fuerte alrededor de la cintura del alfa, asegurando esa conexión íntima, buscando al mismo tiempo liberación y calma.

—Ah... Yoon... —Jimin respiró con dificultad, apoyando su frente contra la del alfa, buscando algún tipo de refugio en la cercanía. Ambos permanecieron allí, con los ojos cerrados, respirando al unísono mientras el nudo se completaba, y la tensión en sus cuerpos se transformaba en una paz cálida y dulce. 

Yoongi dejó pequeños besos en su rostro, siguiendo el rastro de agua que resbalaba por sus mejillas y su nariz, hasta alcanzar sus labios.

—Eres todo lo que quiero... —susurró entre besos.

Jimin rió con timidez, sintiendo cómo esas palabras le llenaban el corazón y al mismo tiempo le daban miedo, un miedo dulce que le recordaba lo fácil que era caer por completo en él. Se escondió en el cuello del alfa, dejando escapar una risa baja, como si no supiera cómo procesar tanta felicidad de golpe. 

—Me encanta verte así... —continuó Yoongi, dejando más besos en su cabello—. Tan cerca de mí, tan perfecto... 

—Alfa... —susurró Jimin, enterrando su rostro aún más en su cuello, sintiendo cómo cada palabra de amor hacía eco en su corazón, despertando una calidez profunda que lo envolvía por completo.

Las manos de Yoongi seguían acariciando su espalda, suaves, tranquilas, como si quisiera grabar cada detalle de ese momento en su memoria.

Ambos permanecieron así durante un rato, envueltos en sus propios suspiros y caricias lentas, dejando que el tiempo se deslizara junto con el agua.

I LOVE YOU, BOY | YOONMIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora