43

353 79 24
                                    


Capítulo 43: Carta

Jimin recorrió la casa en busca de Yoongi, pero cada habitación estaba vacía. Finalmente, un lugar cruzó su mente: el altillo. Subió con paso silencioso, como temiendo romper la quietud, y al llegar vio la figura de Yoongi en el balcón, de pie, observando el jardín sumido en un profundo silencio.

Con suavidad, Jimin se acercó y Yoongi percibió su presencia, aunque no se volvió para mirarlo. Ambos sabían que era la primera vez en semanas que se encontraban a solas, y eso hacía que el ambiente se sintiera aún más tenso. Después de un breve silencio, Jimin rompió el hielo.

—Te estaba buscando— dijo en voz baja. —Necesito hablar contigo.

Yoongi asintió, sin quitar la vista del horizonte. Un silencio espeso volvió a formarse, uno que ambos parecían temer romper. Yoongi luchaba con el impulso de girarse y preguntarle cómo estaba, si necesitaba algo, pero Jimin, como adivinando esos pensamientos, lo detuvo antes de que pudiera decir nada.

—No sé si te has dado cuenta, pero he empezado a darle leche de fórmula a Jihoo—comenzó Jimin, su voz firme aunque sus dedos se tensaban alrededor de la baranda del balcón. —La ha empezado a aceptar. Aún toma pecho, pero... ya no tanto como antes.

Jimin dejó escapar un suspiro profundo. Sus manos, firmes sobre la baranda, se apretaron con fuerza mientras daba el siguiente paso en lo que había estado planeando durante semanas.

—Cuando Jihoo deje de tomar de mi pecho... me iré, Yoongi.

Yoongi giró hacia él, incrédulo, sintiendo cómo su lobo interno se inquietaba de inmediato. Sus ojos buscaban algún rastro de duda en el rostro de Jimin, pero solo encontró decisión.

—He estado pensando que, tal vez, podrías buscar un cuidador en la Oficina de Omegas para que los niños comiencen a adaptarse— continuó Jimin, mirándolo con serenidad. —Puedo instruir al nuevo cuidador hasta mi partida.

Yoongi asintió casi en un susurro, repitiendo apenas audiblemente.

—Le prometíste a Yena que no te irías..

Jimin esbozó una risa breve, incrédula.

—No sé cómo sabes de esa promesa... fue algo que le dije en secreto—admitió, y luego añadió con ternura. —Pero Yena es una niña inteligente y lo entenderá. Pronto crecerá, y ambos dejarán de necesitarme.

Hubo un leve silencio antes de que Jimin añadiera, sin apartar la vista del jardín.

—Además... Yena parece estar muy cómoda con la señorita Sohee.

Yoongi observó el perfil de Jimin, sus palabras cargadas de algo que no podía descifrar. Sin embargo, antes de que pudiera preguntar, Jimin lo miró directamente a los ojos.

—Yoongi— dijo con suavidad —Deberías considerar a Sohee para el futuro. Es una mujer hermosa, y le tiene mucho cariño a tus hijos. Sería una buena compañera para ti y una figura cariñosa para ellos.

Yoongi negó de inmediato, sus palabras entrecortadas.

—Entre Sohee y yo no hay nada.

Jimin sonrió, aunque esta vez sus ojos reflejaban una melancolía que Yoongi no supo descifrar del todo.

—Quizá no ahora— replicó —pero en el futuro... si lo permites, las cosas podrían cambiar.

De nuevo, el silencio cayó entre ellos. Jimin desvió la mirada hacia el jardín, perdido en sus pensamientos. Si todo salía como lo tenía planeado, en un par de semanas estaría listo para desaparecer de sus vidas, sin dejar rastro alguno que Seung-hyun pudiera seguir.

I LOVE YOU, BOY | YOONMIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora