El salón de trajes del castillo estaba iluminado por una cálida luz dorada que se filtraba a través de las grandes ventanas. Los muros estaban adornados con ricos tapices que narraban la historia de la familia real. En el centro, Ben estaba de pie sobre una plataforma mientras un sastre ajustaba cuidadosamente las medidas de su traje de coronación. La tela era de un azul profundo con bordados dorados que reflejaban el esplendor del reino.
A un lado, la Reina Bella y el Rey Bestia observaban con una mezcla de orgullo y ansiedad. La ceremonia de coronación estaba a la vuelta de la esquina, y el traje que Ben llevaba estaba destinado a ser el símbolo de un nuevo capítulo en su vida y en el reino.
El sastre ajustó un par de alfileres y dijo, —Todo está casi listo. Solo unos últimos ajustes y el traje estará perfecto. —terminó con emoción.
Ben, con el rostro serio, aprovechó el momento para hablar con sus padres. —Hay algo de lo que necesito hablar con ustedes, algo importante.
La Reina Bella se acercó, su expresión atenta y maternal. —Claro, Ben. ¿Qué sucede?
Ben respiró profundamente, consciente de la importancia de sus palabras y la muy posible reacción que tendrá su padre. —He decidido mi primera proclama oficial como rey... —calló algunos segundos. —Voy a traer a los jóvenes de la Isla de los Perdidos a Auradon.
El Rey Bestia frunció el ceño, su expresión se tornó dura. —¡Eso no es una decisión que puedas tomar a la ligera, Ben! Los villanos de la isla han hecho cosas horribles. Han dañado a muchas personas. No podemos simplemente permitirles entrar en nuestro reino.
La Reina Bella se mostró igualmente preocupada. —Ben, ¿estás seguro de que esto es lo que quieres hacer? La gente de Auradon ya tiene suficientes razones para temer lo desconocido. Estos jóvenes podrían traer problemas.
Ben se mantuvo firme, levantando la barbilla con determinación. — Lo sé, pero los jóvenes que traemos no han cometido esos crímenes. Ellos no son responsables de los actos de sus padres. Merecen una oportunidad para demostrar que pueden ser diferentes.
El Rey Bestia sacudió la cabeza, visiblemente alterado. —No puedes ignorar el daño que sus padres han causado. Lo que estás proponiendo pone en riesgo no solo tu reputación, sino la seguridad de todo el reino.
La Reina Bella, con una mirada preocupada, preguntó, —¿Quiénes son exactamente estos jóvenes que planeas traer a Auradon?
Ben tomó un momento para respirar antes de responder. Ahora con la pregunta de su madre, se sentía más seguro a que aceptarían—Serán los hijos de Cruella de Vil, la Reina Malvada, Jafar y —reunió todo el valor que tenía para decir frente a su padre el nombre a continuación —... Maléfica.
El sastre, al oír los nombres de los villanos, palideció visiblemente, sus manos temblaron ligeramente. —¿Los hijos de... Maléfica y Jafar? ¡Esos nombres...! Son terribles. —susurró.
El rostro del Rey Bestia se endureció aún más al oír el nombre de Maléfica. Sus ojos se agrandaron, y su voz tembló de indignación. —¡Maléfica! ¡Eso es demasiado! No solo estamos hablando de villanos comunes, sino de los hijos de alguien que ha causado tanto sufrimiento. ¡No puedo permitir que alguien así entre en nuestro reino!
El sastre se frotó las manos nerviosamente, su voz temblando. —Si estos jóvenes son realmente... como sus padres, eso podría significar grandes problemas. ¿Estamos seguros de que esto no podría poner en peligro a todos nosotros?
El príncipe negó rápidamente y miró a sus padres con un fervor renovado. —Lo entiendo, pero creo que debemos darles una oportunidad. Si solo los juzgamos por sus padres, estamos perpetuando el ciclo de odio y miedo. Quiero que Auradon sea un lugar donde las personas puedan cambiar y encontrar su propio camino, sin importar su pasado.
La Reina Bella se quedó en silencio por un momento, mirando a su hijo con una mezcla de orgullo y temor. Finalmente, su expresión se suavizó. —Tu visión es noble, y estoy orgullosa de ti por seguir tu corazón. Sin embargo, me preocupa que estés asumiendo un riesgo demasiado grande.
El Rey Bestia respiró profundamente, su expresión suavizándose lentamente. —Tu determinación es admirable, Ben. Aunque tememos las repercusiones, confiamos en ti. Si estás decidido a seguir adelante, haremos lo que podamos para apoyarte, pero debes estar preparado para lo que pueda venir. —Le había costado más decir esas palabras que mantener un reino.
La Reina Bella asintió lentamente, su voz llena de ternura y preocupación. —Sí, confiamos en ti. Si estás convencido de que este es el camino correcto, te apoyaremos. Pero debes ser consciente de las dificultades y de cómo manejarás los posibles problemas.
Ben miró a sus padres con una mezcla de gratitud y alivio. —Gracias. Lo haré. Solo espero que, con el tiempo, todos vean que lo que estamos haciendo es lo correcto.
El sastre terminó de ajustar el traje y dio un paso atrás, satisfecho con su trabajo. —El traje está listo, Príncipe Ben. Estará perfecto para la coronación.
Ben se giró hacia sus padres con una sonrisa de agradecimiento. —Estoy listo para esto. No importa lo que venga, enfrentaré el desafío con la mejor de mis intenciones.
La Reina Bella y el Rey Bestia lo miraron con una mezcla de orgullo y preocupación. Sabían que el camino hacia el cambio no sería fácil, pero también comprendían que el verdadero liderazgo a menudo requería dar el primer paso hacia lo desconocido.
Con el traje terminado y la coronación a la vista, Ben se preparaba para un futuro lleno de promesas y desafíos. La decisión de traer a los jóvenes de la Isla de los Perdidos a Auradon era solo el comienzo de una nueva era, y tanto Ben como sus padres estaban a punto de enfrentar un viaje que pondría a prueba sus valores y sus corazones.
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Herederos del destino | Ben Bestia.
Fiksi Penggemar|| PRIMER LIBRO COMPLETO. || SEGUNDO EN PROCESO. En el brillante y encantado reino de Auradon, dos príncipes, cada uno con un legado poderoso, han estado en una constante rivalidad desde que tienen memoria. Ben, el heredero carismático y noble del R...