C4: Decisiones y conflictos.

695 35 1
                                    

SOLEIL.

El sol comenzaba a declinar, tiñendo el cielo de tonos dorados y rosados mientras me dirigía hacia el jardín de la escuela. River, el hijo de Pocahontas, me había pedido que nos encontráramos para hablar. Aunque su invitación no me había afectado demasiado, me parecía adecuado ser honesta y educada.

Cuando llegué al rincón tranquilo del jardín, donde los árboles y arbustos formaban una especie de refugio, encontré a River esperándome. Llevaba una camisa azul claro y pantalones oscuros, y su sonrisa era cálida y amistosa.

—Hola, Soleil— dijo River, acercándose con una sonrisa nerviosa. —Me alegra que hayas venido.

—Hola, River— respondí, manteniendo una actitud relajada. —¿Qué pasa?

River parecía estar buscando las palabras correctas. —Bueno, quería invitarte a salir este fin de semana. Pensaba en ir al Lago Encantado para un picnic o, si prefieres, podríamos tener una cena en el castillo. ¿Qué piensas?

Sonreí de manera amable. —Agradezco mucho la invitación, pero no estoy interesada en salir en este momento. Creo que sería mejor si simplemente seguimos siendo amigos.

River asintió con comprensión, aunque su decepción era evidente. —Entiendo, Soleil. Gracias por ser honesta. Espero que podamos seguir siendo amigos.

—Por supuesto— respondí con sinceridad, aliviada de que lo hubiera tomado bien.

Después de la conversación con River, me dirigí a la cafetería para encontrarme con Morven. Aunque el rechazo no me había afectado profundamente, estaba contenta de tener a alguien con quien hablar sobre ello.

Cuando llegué a nuestra mesa, Morven estaba allí, mordisqueando una manzana y hojeando un libro. Me senté frente a ella, sintiendo una ligera pesadez en el estómago.

—¿Cómo te fue?— preguntó Morven, mirando de arriba a abajo.

—River me invitó a una cita— comencé, sin rodeos. —Pensaba en un picnic en el Lago Encantado o en una cena en el castillo. Lo rechacé porque no estoy interesada, pero no me molestó mucho.

Morven dejó el libro a un lado, su expresión se suavizó en una mueca de preocupación. —Lo hiciste bien al ser honesta. No es fácil rechazar a alguien. ¿Cómo lo tomó él?

—Con madurez— respondí, encogiéndome de hombros. —Me alegra que no se lo haya tomado mal. Solo quería ser clara para no darle falsas esperanzas.

Mientras hablábamos, no me di cuenta de que Ben había entrado en la cafetería y estaba escuchando nuestra conversación. Cuando notó la oportunidad, se acercó con una sonrisa burlona.

—Vaya, vaya, Soleil— dijo Ben, inclinándose ligeramente hacia nosotros. —¿Rechazaste una invitación a una cita? Eso debe ser un gran evento.

Morven frunció el ceño, pero yo no pude evitar sonreír de manera irónica.

Herederos del destino | Ben Bestia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora