C28: Risas y sospechas.

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SOLEIL.

Los rumores sobre Alex y yo habían llegado a mis oídos, y aunque al principio me molestaron, pronto me di cuenta de lo ridículos que eran. Era una tarde tranquila en el jardín de la academia, y mis amigas y yo estábamos sentadas en un círculo, disfrutando del sol y la compañía. Morven, Lonnie, Jane y yo reíamos y charlábamos sobre todo y nada a la vez.

—¿Sabías que dicen que tú y Alex están saliendo? —dijo Lonnie, con una sonrisa burlona en los labios.

Morven soltó una carcajada y añadió:

—¡Sí! Dicen que son la pareja perfecta. Me pregunto quién inventa estas cosas.

Me eché a reír, sacudiendo la cabeza.

—¡Por favor! Alex es solo un amigo. Ni siquiera hemos pasado tanto tiempo juntos. ¡La gente siempre inventa cosas!

Jane, quien había estado escuchando en silencio, se inclinó hacia adelante, sus ojos brillando con curiosidad.

—Soleil, no sé si te has dado cuenta, pero Ben parece... no sé... un poco diferente últimamente. Tal vez esté celoso.

Morven asintió con entusiasmo.

—¡Exacto! He notado cómo te mira. Y la otra vez en la fiesta, ¿recuerdas cómo se quedó callado cuando Alex te habló?

Me crucé de brazos, mirándolas con incredulidad.

—¿Ben? ¿Celoso? Vamos, chicas. Ben me odia tanto como yo a él. Solo se preocupa por sus deberes y su preciosa Mal. No hay nada más.

Lonnie se inclinó hacia adelante, sus ojos llenos de convicción.

—Soleil, tal vez estás viendo solo lo que quieres ver. A veces las cosas no son tan claras como parecen.

Suspiré, frustrada por sus insistencias.

—Chicas, de verdad, no hay nada entre Ben y yo. Es solo que siempre hemos sido así. No me interesa, y él definitivamente no está interesado en mí.

Morven levantó una ceja, una sonrisa juguetona en su rostro.

—Bueno, entonces no te importará que sigamos observando, ¿verdad? Podríamos estar equivocadas, pero también podríamos estar en lo cierto.

Jane asintió tímidamente, sus ojos brillando con una mezcla de emoción y timidez.

—Sí, Solei, no hay daño en estar atentas. Solo queremos lo mejor para ti.

Me reí y sacudí la cabeza, resignada a sus sospechas.

—Bien, bien. Observen todo lo que quieran. Pero no esperen que las cosas cambien. Ben y yo somos como el agua y el aceite. Y así es como siempre será.

Mientras nos reíamos y continuábamos nuestra charla, no pude evitar que las palabras de mis amigas quedaran grabadas en mi mente. ¿Podría haber algo más detrás de la manera en que Ben actuaba? No, era imposible. Pero una pequeña voz en mi interior no dejaba de susurrar que tal vez, solo tal vez, mis amigas tenían razón.

Herederos del destino | Ben Bestia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora