C20: La última noche.

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La noche antes de la coronación, el escondite de los chicos de la Isla de los Perdidos estaba lleno de actividad frenética. La presión estaba en su punto máximo mientras revisaban los últimos detalles de su plan. Sabían que el día siguiente sería crucial para su objetivo de invadir Auradon y reinstaurar el poder de los villanos en el reino.

Mal estaba sentada en una mesa en la esquina de la habitación, inmersa en un antiguo libro de hechizos. Las páginas se pasaban con rapidez mientras buscaba algo específico. Su rostro estaba en una mueca de concentración, y el leve brillo de la luz de una lámpara iluminaba las arrugas en su frente.

—Vamos, ¿dónde estás? —murmuraba Mal, sus dedos rozando las páginas con una mezcla de ansiedad y frustración.

Evie, que estaba organizando algunos artefactos mágicos en una mesa cercana, miró a Mal con curiosidad. El brillo en sus ojos revelaba una mezcla de simpatía y preocupación.

—¿Qué estás buscando, Mal?

Mal se detuvo un momento para mirar a Evie, su expresión mostrando una mezcla de irritación y desesperación. —Una pócima que pueda hacer que Ben se desenamore de mí. No puedo permitir que sus sentimientos interfieran con nuestro plan. Necesito que esté completamente enfocado en el objetivo.

Evie frunció el ceño, sorprendida por la preocupación de Mal. —Eso suena complicado. ¿Realmente crees que es necesario?

Mal se pasó una mano por el cabello, su frustración evidente. —Es necesario. No quiero que Ben nos distraiga con sus sentimientos. Necesitamos que esté concentrado en la misión, no en un romance complicado.

Evie observó a Mal durante un momento, sus ojos revelando una profunda compasión. A pesar de su aparente dureza, todos sabían que la estancia en Auradon les había dejado una huella. Las amistades que habían hecho allí, las experiencias compartidas, eran valiosas para ellos, y Evie no podía evitar sentir que, en el fondo, Mal estaba luchando con la dualidad de sus emociones.

—Sabes, Mal, no es fácil para ninguno de nosotros —dijo Evie con suavidad—. A pesar de todo lo que hemos pasado, y de lo que tenemos que demostrar a nuestros padres, no podemos ignorar lo que hemos vivido aquí. Para muchos de nosotros, esto ha significado algo más que solo un plan. Han sido momentos importantes y amistades que apreciamos.

Mal alzó la vista del libro, sus ojos encontrándose con los de Evie. La dureza en su mirada se suavizó un poco, y aunque no dijo nada, el reconocimiento de la verdad en las palabras de Evie era evidente.

Carlos, que estaba revisando algunos dispositivos mágicos con su habitual nerviosismo, intervino para tratar de aliviar el ambiente. —No te preocupes, Mal. Todo está bajo control. Solo asegúrate de que todo esté en su lugar para mañana. Estamos contando contigo.

Jay, que estaba revisando un mapa del castillo con atención, se giró hacia el grupo. —Vamos a repasar una vez más. Durante la coronación, el Hada Madrina usará su varita para coronar a Ben. En ese momento, nuestro objetivo es robar la varita sin que nadie se dé cuenta.

Mal dejó el libro a un lado y se unió a la conversación. —Exactamente. Una vez que tengamos la varita, la usaremos para derribar la barrera que protege Auradon. Nuestros padres estarán listos para invadir el reino en cuanto podamos abrir el paso.

—¿Y qué pasa con Ben? —preguntó Evie, mirando a Mal con una mezcla de curiosidad y preocupación—. ¿No es peligroso que siga enamorado de ti? ¿No crees que eso podría complicar las cosas?

Mal se pasó una mano por el cabello, su frustración evidente. —Es por eso que estoy buscando la pócima. No quiero que sus sentimientos interfieran. No es justo para él ni para nosotros. Necesitamos que esté concentrado en la misión, no en un romance complicado.

Evie asintió, comprendiendo la preocupación de Mal aunque no estuviera del todo de acuerdo con la necesidad de la pócima. —Entiendo. Solo asegúrate de que todo esté en su lugar para mañana. Estamos contando contigo.

Carlos revisó su reloj con inquietud. —El tiempo está avanzando. Necesitamos asegurarnos de que todo esté listo antes de la coronación.

—No te preocupes, Carlos. Todo está bajo control —dijo Jay, intentando calmar el ambiente—. Solo tenemos que seguir el plan y mantenernos alertas.

La conversación se volvió más centrada en los detalles técnicos mientras el grupo continuaba con los preparativos. El ambiente en la habitación estaba cargado de una mezcla de nerviosismo y determinación. La coronación estaba a la vuelta de la esquina, y con ella, la oportunidad de llevar a cabo su meticuloso plan.

El grupo sabía que tenían que demostrar a sus padres lo malos que podían ser. A pesar de los momentos de camaradería y las amistades genuinas que habían hecho en Auradon, debían cumplir con las expectativas de sus familias para asegurarse de que los villanos pudieran recuperar el poder.

En la penumbra de la habitación, el silencio solo era interrumpido por el murmullo de sus pensamientos y la preparación constante. Sabían que el destino de Auradon estaba a punto de cambiar, y estaban decididos a hacer todo lo que estuviera en sus manos para asegurar el éxito de su misión. La última noche antes de la coronación era un testimonio de su dedicación y determinación, mientras se preparaban para el desenlace de sus planes.

Herederos del destino | Ben Bestia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora