SOLEIL.
Faltaba una semana para la coronación de Ben, y la presión estaba en su punto máximo. Para aliviarnos un poco del estrés, los reyes decidieron que nos iríamos a un campamento en el bosque durante dos días, completamente desconectados del mundo. Sin wifi y rodeados de naturaleza, la idea me parecía tanto una bendición como una tortura.
Al llegar al bosque, el lugar me impresionó. Los árboles altos y el silencio absoluto eran un cambio radical con respecto al constante bullicio del castillo. Mientras el grupo descargaba el equipo, me tomé un momento para apreciar el entorno. Aunque el bosque era hermoso, no podía evitar sentir cierta aprensión sobre cómo sería el tiempo aquí, especialmente con Ben y el resto del grupo.
―Este lugar es increíble, ¿no? ―dijo Morven, mirándome con una sonrisa entusiasta.
―Sí, es realmente impresionante, aunque algo extraño ―respondí, tratando de sonar más animada de lo que me sentía.
Mientras montábamos las tiendas, noté que Mal y Evie estaban bastante relajadas, aunque sus interacciones conmigo me parecieron un poco forzadas. Mal intentaba ser amigable, algo que me desconcertaba, y Evie estaba aún más animada de lo habitual, haciendo comentarios y bromas que me parecían fuera de lugar.
La primera noche alrededor de la fogata, el ambiente era más relajado. Morven y yo nos sentamos juntas mientras el grupo compartía historias y canciones. El calor de la fogata y el sonido de las risas me ayudaron a relajarme un poco, aunque la presencia de Ben y las tensiones que habíamos tenido seguían en mi mente.
―¿Nunca te has preguntado qué sería de nuestra vida si todo fuera diferente? ―preguntó Morven, mientras asaba malvaviscos.
―Sí, a veces lo pienso ―respondí, mirando las llamas―. A veces desearía que las cosas fueran menos complicadas.
―Lo sé, pero al menos tenemos momentos como estos para desconectar ―dijo Morven―. Y aunque la gente a veces es difícil, aquí estamos todos juntos.
A la mañana siguiente, despertamos con el canto de los pájaros y el sol brillando a través de los árboles. El plan para el día era hacer una caminata por el bosque y disfrutar de las actividades al aire libre. No estaba completamente entusiasmada, pero decidí que era mejor intentar aprovechar el tiempo en el campamento.
―¿Lista para la caminata? ―me preguntó Morven, mientras nos preparábamos.
―Sí, más o menos ―respondí, dándole una sonrisa forzada―. Veamos qué tal va el día.
Nos dividimos en grupos para la caminata, y me tocó en el equipo con Ben, Mal, Jay, Carlos y Evie. A medida que comenzábamos a caminar por el sendero, noté que la tensión entre Ben y yo seguía palpable. Aunque intentaba concentrarme en el paisaje, no podía evitar que la fricción entre nosotros me afectara.
―Este lugar es... diferente ―comentó Evie, observando el entorno con curiosidad.
―Sí, definitivamente es un cambio de ritmo ―dijo Jay, tratando de animar el ambiente.
Carlos, nervioso como siempre, asintió y dijo: ―Sí, un respiro es bueno.
La caminata fue una mezcla de esfuerzo y frustración. La tensión con Ben era evidente, y nuestras interacciones eran cortantes. Cuando tuvimos que trabajar juntos en la navegación, la frustración que sentía se volvió más intensa.
―¿Siempre tienes que hacer que todo sea más complicado? ―le lancé a Ben mientras subíamos una colina empinada.
Ben me miró, visiblemente cansado. ―Parece que te olvidas de que estamos aquí para disfrutar también, no solo para conquistar montañas.
―No estoy olvidando eso ―respondí, tratando de mantener la calma―. Solo intento no retrasar a todos.
Mal, que estaba cerca, intervino para tratar de suavizar la situación. ―Vamos, chicos, no necesitamos más discusiones. Estamos aquí para relajarnos y disfrutar.
Agradecí el esfuerzo de Mal, pero mi frustración persistía. La caminata no solo era física sino emocionalmente desafiante. A pesar de mis intentos de disfrutar el tiempo en el bosque, el conflicto con Ben seguía presente.
Esa noche, la fogata nos reunió nuevamente. Aunque intenté relajarme, el ambiente seguía siendo tenso. Morven y yo conversamos mientras el grupo compartía historias y canciones. El tiempo alrededor de la fogata me permitió sentirme un poco más conectada con el grupo, pero el conflicto con Ben seguía sin resolverse.
A pesar de las tensiones, el campamento fue una oportunidad para vernos de manera diferente. Aunque aún teníamos problemas por resolver, el tiempo en el bosque mostró que, a pesar de nuestras diferencias, podíamos encontrar puntos en común. Cada momento compartido en la naturaleza era un recordatorio de que había algo positivo en las experiencias que vivíamos juntos.
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Herederos del destino | Ben Bestia.
Fanfiction|| PRIMER LIBRO COMPLETO. || SEGUNDO EN PROCESO. En el brillante y encantado reino de Auradon, dos príncipes, cada uno con un legado poderoso, han estado en una constante rivalidad desde que tienen memoria. Ben, el heredero carismático y noble del R...